

"Tickets de menos de u$s 1 millón". Esta es la orden que le dio el directivo de un banco al jefe de la mesa de dinero, en referencia a las operaciones de contado con liquidación. Nadie quiere ser el próximo sancionado, multado ni suspendido por la CNV. Ayudan al gobierno a mantener planchada la cotización porque un ascenso del blue chip suele tener como consecuencia un salto en el precio del dólar paralelo.
"La presión de la compra vía contado con liqui se mide así: si el rendimiento de los bonos cae más que el dólar implícito, es que hay fuga. Si el rendimiento de los bonos baja y el CCL sube, entonces la fuga sigue firme", advierte un operador.
El volumen actual del CCL es de entre u$s 15 y u$s 17 millones diarios, porque por ahora hay contraparte en el exterior, pero con estos rendimientos admiten se hace más difícil sostener el CCL debajo de $ 12.
Según describen los brokers, con el volumen actual, para sacar u$s 100 millones sin modificar el precio del liqui se demora más de tres meses. Si el CCL sube, se tardará más por las restricciones implícitas, por eso algunas empresas están aprovechando ahora para fugar divisas.
En los últimos días crecieron las operaciones, ya que están entrando fondos de afuera y aprovechan a calzar. La demanda es variada: hay fondos que ingresan hasta para comprar activos en pesos y otros que están constituyendo caja para entrar en telefonía celular 4G en preacuerdo con el gobierno. Además, hay instrumentos de carry como Boden y Bonar que operan brokers locales: ellos traen y llevan con el mismo capital con ayuda de algunos exportadores. En el Bonar 24, el 75% del volumen corresponde a CCL. Mientras no suba el precio, el gobierno deja hacer. "Tampoco es algo impresionante, pero es el tipo de demanda que antes no estaba y hacía volar el liqui. Es una demanda que no estará siempre, sobre todo la de fondos que buscan posicionarse", revelan en el sector.
Si bien es cierto que por Boden se negocia menos que antes, la demanda de afuera es mayor a la local, y eso hace que se mantenga el CCL. Aunque hay un holding minero muy grande a punto de vender activos por $ 1.700 millones que estaría por salir haciendo blue chip. Es el primer fondo saliendo en meses y quiere aprovechar el cambio a favor antes de los meses críticos eleccionarios. Como el volumen del CCL es muy chico y se opera muy poco, empezaría la semana que viene, porque fugar estos fondos le llevaría cinco meses.
"A partir de los controles, sólo operamos bonos y pocas cantidades por vez, ya que si hacés tickets grandes te mandan inspecciones", advierte el director de un banco. Operando acciones en lugar de bonos es más difícil su control, porque la negociación es contra New York Stock Exchange, aunque los contratos de conversión son más caros y demoran en hacerse el triple de tiempo. El tema es que con los bonos en dólares es más visible el precio y el costo de salida. Por eso, el gobierno sigue más a los bonos. "Igual, si los dejás unos días en cualquier especie queda más disimulado. Algunos, entonces, prefieren hacerlo en acciones y con Cedears", revela un agente bursátil.
De todas formas, el consenso de las sociedades de bolsa está operando el título que mejor les cierra en la cotización. En realidad, es prácticamente imposible esconderse del gobierno, dado que no importa con qué instrumento se opere. El hecho que después se los transfiera al exterior por Euroclear hace que tenga implícito que esta última operación es con el fin de liquidarla en el extranjero.
Sucede que, a las restricciones existentes, hay que agregarle los topes de monto asignados por el mercado a cada agente (para operar con todos sus clientes), que son significativamente menores que antes. Ese tope hace que si un agente tiene un cliente que opera montos importantes (como un fondo común de inversión), le deja mejor margen para operar con los demás. El cupo total está relacionado directamente con la responsabilidad patrimonial computable de cada firma bursátil, y va de un mínimo de $ 25 millones a un máximo de $ 400 millones. El volumen es todavía bajísimo, pero está comenzando a mutar la forma de operar.
"Hoy hay muy pocos agentes que se animen a girarte un palo (u$s 1 millón) de golpe. Te piden una semana. De todas formas, la demanda no es grande por cuestiones estacionales", comenta un avezado operador.
Ocurre que la mayoría de las empresas estadounidenses e inglesas cierran el año contable en octubre o abril. Por lo que de noviembre a fin de febrero tienen muy pocos incentivos para girar plata al exterior.
Otra novedad en el mercado es que las escribanías amigas de los agentes vuelven a armar los pooles de prestanombres para girar la caja negra de las empresas: juntan clientes en blanco que puedan girar u$s 50.000 y les ofrecen el negocio, donde se gana entre 5% y 10% por pase. "Es más riesgo, pero más rápido y mejor negocio que las hipotecas, que están muertas de hambre", indican en la City.



