La deuda soberana argentina en dólares ("hard dólar") consolida la tendencia alcista que inició al cierre de la semana pasada, sumando su tercera jornada consecutiva de subas. Este repunte responde al impulso generado por el reciente acuerdo técnico alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que renovó el interés de los inversores por los activos locales.
Mientras tanto, los mercados globales permanecen atentos a la decisión que tomará la Reserva Federal(Fed) sobre las tasas de interés, prevista para este miércoles. Sin embargo, entre el pulso externo del banco central estadounidense y el calendario electoral nacional, el desempeño de los bonos argentinos sigue determinado en gran parte por factores internos.
En la rueda de este martes, los bonos soberanos vuelven a mostrar leves avances, aunque insuficientes para revertir el fuerte deterioro acumulado durante julio. La presión sobre los títulos es relevante, con pérdidas mensuales que en algunos tramos superan el 14%.
Esta caída generalizada afecta tanto a los bonos Globales -emitidos bajo legislación extranjera- como a los Bonares, que se rigen por ley local, reflejo de un empeoramiento en la percepción de riesgo sobre la Argentina en un contexto donde las variables domésticas cobran mayor protagonismo frente a los factores externos.
El riesgo país, que hace una semana marcaba 754 puntos básicos, se sitúa actualmente en torno a los 719 p.b. y refleja una cierta mejora técnica, pero sigue en niveles elevados.

La jornada de hoy exhibe subas marginales de entre 0,1% y 0,4% en distintos segmentos de la curva soberana. No obstante, este rebote luce más de naturaleza técnica que estructural, dada la ausencia de impulsores positivos claros que permitan un rally sostenido. El mercado se mueve con una lógica de alta selectividad, donde el riesgo político interno, las dudas sobre la sostenibilidad fiscal y la dinámica del financiamiento oficial son los focos centrales de la atención inversora.
La Fed y los bonos más largos
Juan Ignacio Alra, Portfolio Manager de One618, comenta a El Cronista que esta semana Bloomberg definió como "el momento de la verdad" la conclusión de la reunión de dos días del banco central estadounidense, donde se decidirán los próximos pasos en la política de tasas de interés.
Alra analiza que, por ahora, el mercado no anticipa cambios significativos en la política monetaria estadounidense, incluso frente a la creciente presión del presidente Donald Trump. "Las proyecciones del dot plot se mantienen estables y no se esperan sorpresas en la decisión de la Fed. En este escenario, los bonos de mayor duration son los más vulnerables, cualquiera sea el desenlace", explica.
Según el estratega, si la Fed optara por recortar las tasas, los bonos de mayor duration serían los principales beneficiados. Sin embargo, un discurso más restrictivo por parte de Jerome Powell o un aumento en la percepción de riesgo, implicaría un castigo a esos mismos activos. A este complejo panorama se suma una agenda cargada de balances corporativos que pondrán a prueba la solidez financiera de las grandes compañías estadounidenses.
"En un mercado marcado por la volatilidad y la incertidumbre, no existen activos verdaderamente ‘refugio'. En este contexto, contar con una visión clara sobre el rumbo económico resulta clave para adoptar decisiones estratégicas de posicionamiento", recomienda Alra.
Presión política y fragmentación interna en la Fed
Saúl Musicante, coordinador de operaciones y Research de SyC Inversiones SA, aporta a este medio que la atención global está puesta en la reunión de la Fed, "no por la expectativa de un cambio en la tasa de referencia, sino por el resultado de la votación interna del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC)".
Musicante advierte que es probable que la votación no sea unánime. "Al menos dos gobernadores, Waller y Bowman -ambos designados durante la administración Trump- ya manifestaron su preferencia por iniciar un debate sobre una baja de tasas, apoyándose en señales de enfriamiento del mercado laboral", señala.
Además, no descarta que otros miembros se sumen, especialmente en un contexto de creciente presión política, con Trump pidiendo abiertamente la renuncia de Powell para nombrar un presidente de la Fed más alineado con su visión.
Estrategias en un mercado incierto
Para finalizar, Alra destaca que, en un escenario global tan volátil, posicionarse en instrumentos de muy corto plazo puede brindar cierta protección frente a episodios de alta volatilidad. Sin embargo, advierte que esa estrategia implica el riesgo de quedar fuera en caso de que los datos económicos sorprendan "positivamente y el mercado rebote".
"No hay garantías de rentabilidad: el timing y la tolerancia al riesgo resultan determinantes", concluye. Respecto a los activos argentinos, remarca que "no se observan catalizadores externos que puedan modificar sustancialmente su valuación". Aunque considera que "una mejora en el clima internacional podría aportar algo de impulso, el mercado local parece operar bajo una lógica propia".
"La dinámica actual está más influida por factores internos -en especial los vinculados al plano político y electoral- que por las señales que llegan del exterior", sintetiza Alra.



