Bonos bajo fuerte estrés dan buena chance para invertir en los globales
El mercado ve riesgos de una nueva reestructuración, y los analistas coinciden en que el futuro de los bonos se definirá tras las elecciones. Cuáles son los preferidos por los analistas
La curva de bonos argentina opera bajo un escenario de fuerte estrés financiero.
Los rendimientos de los bonos alcanzan máximos, a la vez que la curva se muestra cada vez más invertida. Los bonos argentinos operan con paridades muy bajas y rendimientos muy superiores a sus pares.
El mercado ve riesgos de una nueva reestructuración, y los analistas coinciden en que el futuro de los bonos se definirá tras las elecciones.
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A la hora de analizar la forma y el nivel de la curva de bonos soberanos argentinos, se puede sacar la conclusión de que el mercado ve elevados riesgos de transitar un nuevo evento crediticio sobre la misma.
Es decir, los inversores ven riesgos de un default, o bien de un reperfilamiento, incorporando implícitamente una nueva reestructuración de la deuda.
En primer lugar, los rendimientos de los bonos se ubican en máximos. La curva de ley local opera con tasas del 61% en el tramo corto y de casi 30% en el tramo más largo.
Por su parte, los globales operan con rendimientos del 57% en el tramo corto y del 27% en el tramo largo.
Esto implica que la curva no solo está invertida, sino que ha profundizado su inversión, reflejando que se incrementan los riesgos de un evento crediticio.
Debido a que los bonos operan con tasas tan altas, la deuda termina operando por sus paridades, las cuales se ubican en niveles de u$s 28 en promedio.
El mercado percibe estos riesgos debido a que la Argentina tiene cerrado el mercado de deuda global, combinado con una posición débil en reservas internacionales, las cuales se esperan que se ubican en niveles de -u$s 12.000 millones al finalizar la actual gestión.
Rodrigo Benítez, economista jefe de MegaQM, sostuvo que la Argentina no tiene el mercado de capitales internacional abierto y, por lo tanto, el rollover de su deuda parece cerrado.
"Entendemos que lograr bajar esos niveles de tasa de interés (riesgo país) es uno de los desafíos centrales de la próxima administración. Los plazos son muy cortos y el precio actual de esos activos responde a ese nivel de exigencia. En enero de 2024 se deben pagar u$s 1545 millones, en julio u$s 2779 millones y en enero 2025 u$s 4734 millones", advirtió.
Por lo tanto, Benítez considera que el objetivo probablemente sea lograr algún acceso al mercado de capitales para el vencimiento de julio 2024, siendo un objetivo exigente.
"Eso permitiría ir sentando las bases para lograr el roll over del vencimiento más grande que cae en enero del 2025. Esto deja una ventana de tiempo corta, para tener éxito con las medidas iniciales que tome el nuevo gobierno y especialmente con los avances que se puedan lograr hacia el equilibrio fiscal. Si eso no se logra, estos instrumentos seguirán operándose por nivel de paridad y por expectativas de valor en escenarios de reperfilamiento", determinó.
La clave pasa por las elecciones
El consenso entre los analistas es que el futuro de la deuda soberana dependerá no solo del resultado electoral, sino fundamentalmente de los planes de estabilización que implemente cada candidato y como dichas medidas mejoran la posición de reservas y el acceso a los mercados globales.
Sin embargo, además del resultado electoral, los analistas esperan una mayor volatilidad en los instrumentos de deuda argentinos.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI), entienden que la valuación de bonos dependerá de las señales de los candidatos en términos de mostrar intención de llevar a cabo las reformas económicas necesarias, como así también la capacidad política para hacerlas.
"En la previa, Milei parece dispuesto a lo primero, presentándose como el candidato del cambio, aunque no está claro el apoyo político con el que dispone para hacerlo. Mientras que Massa parece representar justamente lo contrario, tiene el poder político para llevar a cabo reformas, pero por el momento no se muestra contundente en su intención de realizarlas", afirmaron desde PPI.
En cuanto al valor de la deuda, desde PPI remarcaron que los bonos continúan cotizando una reestructuración agresiva, dejando espacio para un alza interesante en caso de que las condiciones sean menos hostiles de las esperadas.
En cuanto a sus preferencias, resaltan los títulos con menor paridad.
"En un escenario adverso, donde no se realicen las reformas económicas y el ajuste fiscal necesarios para mantener la deuda performing, serían los que soportarían mayores quitas de capital", dijeron.
Por lo tanto, puntualizaron que los Globales que exhiben una menor paridad son el GD35 y el GD46, que además presentan un current yield' (pago de intereses anuales en relación al precio actual) cercano al 14,5%, de los más elevados entre los bonos soberanos de ley extranjera.
Finalmente, agregaron que "para inversores con un enfoque más optimista, podrían considerar los Bonares de menor duration (como el AL30 o el AL29), que exhibirían una mayor ganancia de capital en caso de que comprima el riesgo país".
Con una visión similar, el equipo de research de Banco Mariva, considera que la deuda en dólares argentina presenta una buena oportunidad para quien acierte sobre los cambios y el éxito de las políticas que implementará la nueva administración para reducir los desequilibrios macro y los temores a una restructuración.
Sin embargo, advierten que la volatilidad en los bonos podría continuar.
"Si bien los dos candidatos han dejado claro que respetarán los contratos y el servicio de la deuda en 2024 (u$s 4300 millones), el desafío de acumular reservas internacionales el año próximo y comenzar a tener acceso a los mercados internacionales no es menor. Hasta tanto, el mercado de deuda en dólares seguirá siendo un mercado de trading de paridades", determinaron.
Alejados de sus pares
Debido a la incertidumbre electoral, los bonos argentinos operan disociados de sus pares.
Los Globales muestran paridades mucho más bajas y rendimientos mucho más altos que los créditos similares a los de la Argentina.
Mientras que Argentina rinde 47% en promedio y opera con paridades de u$s 28, el promedio de créditos de mercados emergentes de alto rendimiento opera con paridades promedio de u$s 68 y una TIR promedio de 19,2%.
Solo Etiopía opera con tasas más altas que la de la Argentina, al rendir 54%, por encima del 48% de los bonos locales.
Si la comparación se hace con créditos de la región, el diferencial es aún mayor.
Los bonos soberanos de Latam rinden en promedio 9,8% y operan con paridades de u$s 77.
Mariano Calviello, head portfolio manager de FIMA, afirmó que la deuda soberana se encuentra disociada de sus pares globales.
"Los bonos argentinos poseen paridades muy bajas en comparación a países emergentes, e incluso en comparación con las paridades en las que opera la deuda soberana en pesos, quizás reflejando dos realidades distintas", afirmó.
Hacia adelante, considera que los bonos más largos podrían verse más beneficiados ante un rebote en la deuda.
"Los bonos en dólares están en precios muy bajos, aunque han tenido cotizaciones menores en el pasado. De existir alguna mejoría, y dado que casi todos los vencimientos operan en paridades similares, los de mayor duration debieran ser los más beneficiados por una mejoría de las condiciones internas, o externas", determinó Calviello.
Desde Delphos Investments coinciden en que los soberanos siguen sin poder hacer poder hacer pie y continúan su tendencia bajista a pesar de las caídas en las tasas de interés de los bonos del Tesoro americano.
"A modo de ejemplo, luego del anuncio de Powell de mantener las tasas sin cambios, la renta fija global tuvo un día positivo. Los soberanos emergentes concluyeron la rueda en terreno verde, pero la deuda argentina solamente logró recuperar algo de lo perdido durante el día", determinaron.
Finalmente, y en cuanto a los bonos con mejor posición, Benítez considera que los bonos más cortos son los que más atractivo presentan.
"En términos de preferencias dentro de estos instrumentos seguimos pensando que los más cortos (GD29 / GD30) son los adecuados para quienes buscan aprovechar los bajos niveles de paridad y los más largos para quienes estén buscando generar flujos vía cobro de intereses", remarcó.
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