El Banco Central sigue firme en su decisión de no comprar dólares en el mercado oficial de cambios hasta que la cotización no toque el piso de la banda de flotación, lo cual inquieta a los inversores, que esperan señales sobre acumulación genuina de divisas para hacer frente a los compromisos en moneda extranjera y cumplir las metas del nuevo acuerdo con el FMI.
El Gobierno dio este lunes un paso en esa dirección. El anuncio del Tesoro con la incorporación de un título de deuda a tasa fija en pesos, suscribible en dólares por un total de hasta u$s 1000 millones y al cual pueden ingresar inversores no residentes, apunta a reforzar las reservas y suplir parte de lo que deja comprar en el mercado de cambios.
Para el economista Gabriel Caamaño, director de Outlier Economy & Finance, se trata de algo así como un test al mercado. Es decir, el ministro Luis Caputo estaría "tanteando" a los inversores para saber cuánto y a qué precio puede sumar reservas para el Banco Central a través de una operatoria de estas características.
"Que el Gobierno reciba dólares a cambio de un bono en pesos es algo positivo. Pero no tenemos que verlo como que esta es la operación que equilibra la necesidad de reservas ni la necesidad de financiamiento. Es una señal positiva y es lo que el Gobierno quiere mostrarle al mercado, pero todavía tenemos un riesgo país alto", agrega el analista Christian Buteler.

Buteler sostiene que se trata de una buena noticia para las reservas, aunque insuficiente para las necesidades actuales. Desestima que con la operatoria el Gobierno se haya "lanzado a la pileta" sin saber si hay agua y cree que debe haber algo pactado con inversores que se comprometieron a ingresar, por lo que habría un monto garantizado que impactará en las arcas del BCRA.
El equipo de research de Balanz coincide en que la decisión de Caputo tiene como objetivo acumular reservas, en un escenario sin compras oficiales en el mercado de cambios. Además, destacan que el bono, que vence en 2030, contiene un put a dos años. El seguro coincide con el período de vigencia del gobierno de Javier Milei, lo que otorga más confianza a los inversores.
Federico Furiase, que conforma el directorio del BCRA y es parte de la mesa chica de Caputo, resalta que con la operatoria acumularán reservas netas líquidas dentro de la banda de flotación cambiaria y sin alterar el equilibrio en la base monetaria. A la vez, afirma que es una señal de acceso a los mercados internacionales para refinanciar los vencimientos de capital.
Otra de las "bondades" de la operatoria que destacan los funcionarios cercanos a Caputo es que "le quita presión a la compra de reservas en el piso de la banda de flotación". Es decir, reduce la ansiedad del mercado y del Gobierno por ver rápidamente al BCRA recomponiendo reservas, a pocas semanas de otro pago de la deuda en dólares y el cierre de metas del FMI.
La operatoria, de acuerdo con Furiase, no implica un incremento de la deuda pública del Tesoro, ya que el monto máximo a colocar, tanto para los inversores residentes como para los locales, equivale al 100% de lo que vence esta semana. Incluso, destaca, implica una importante extensión de la duration de la deuda en moneda local, ya que el título caduca en 2030.



