El próximo 10 de julio, el Banco Central (BCRA) pondrá fin a la emisión de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI). Con esta decisión, la entidad busca eliminar la tasa de política monetaria y dejar en manos del mercado su determinación a través de mecanismos endógenos, aunque se reserva la participación en el mercado secundario.
Así, los bancos deberán canalizar su generación de liquidez fondos hacia los pocos instrumentos disponibles tras el fin de las LEFI y, en ese contexto, las Lecapemergen como el principal destino, pero también las cauciones, pases de mercado y el plazo fijo.
No obstante, desde el sector financiero advierten que esta transición podría generar cuellos de botella y mayores costos operativos, que eventualmente podrían trasladarse a los usuarios.
Cabe recordar que, hasta ahora, la tasa del 29% de las LEFI fungía como un piso para el mercado: si estas (luego de encajes) bajaban por debajo de ese nivel, los bancos podían tomar pesos y colocarlos y se aseguraban ese rendimiento.
Sin ese piso, es esperable que las tasas tiendan a comprimir. Econviews escribió al respecto: "Con el fin de las LEFI, los bancos empezaron a demandar algo más de Lecap cortas, lo que facilitó financiamiento neto para el Tesoro en la última licitación y ayudó a absorber pesos".
El diagnóstico de la consultora es claro: "Como resultado, bajó la liquidez bancaria de corto plazo y subieron las tasas. Estimamos que la estrategia oficial seguirá enfocada en 'secar' la plaza, lo que podría derivar en tasas reales más altas y una desaceleración del crédito".
Bancos y LEFI
El fenómeno se potencia por el desarme progresivo de pasivos remunerados del BCRA, que libera fondos al sistema sin absorberlos inmediatamente. Ante la falta de alternativas rentables, los bancos optan por colocar ese dinero en Lecap, incluso cuando los rendimientos bajan.

"En este contexto, no sorprende que se compren Lecap al 2,6%, y tampoco lo haría si se compran al 1,5%", explica un operador de la City a El Cronista. "La lógica es simple: antes de dejar que la liquidez rinda cero, cualquier tasa positiva resulta atractiva", agrega.
Eso lo confirmó a este medio una fuente de un big player del sector financiero. "Sí, tendremos que calibrar la liquidez, efectivamente es así. Se dará una situación de menor liquidez, naturalmente", deslizó.
En cuanto a la estrategia a seguir por el banco, respondió: "Será un día a día, compraremos Lecap, estaremos atentos a armar una cadena de vencimientos de letras, cauciones, pases de mercado, todos los elementos posibles frente a una situación de ese tipo", aseveró.
Ante la consulta sobre qué problemas operativos generaría la entrada en vigor de la medida, respondió: "Va a generar un cuello de botella de liquidez y eso impactará en los usuarios finales. Efectivamente es así. Y esto es algo que tiene claro el BCRA".
Según un informe de Facimex, al 17 de junio, el stock de LEFI ascendía a $ 27,2 billones a valor técnico, de los cuales $ 16,8 billones estaban en poder del BCRA, $ 6,3 billones en bancos públicos y $ 4,1 billones en privados.
Mercado secundario
"A medida que transcurran las semanas, es probable que haya más LEFI en poder del BCRA, lo que le daría mayor poder de fuego en el secundario", asegura el documento.
Según Facimex, tras la eliminación de las LEFI será imprescindible que los bancos gestionen con mayor rigor su liquidez. "Habrá que observar si esta transición desencadena cuellos de botella operativos", advirtió.
¿Cómo afecta los usuarios?
Andrés Salinas, economista y docente de la Universidad Nacional de La Matanza (Unlam) explicó en declaraciones a este medio que, dado que la tasa ya no será fijada por el BCRA, sino determinada por el mercado, los bancos estarán incentivados a moverse y participar de manera mucho más activa en el segmento de instrumentos de corto plazo.

"Es probable que aumenten su exposición a fondos de Money Market (T+0) o que intensifiquen su presencia en el mercado secundario de Lecap para marcar posición. Sin embargo, todo esto implica un mayor nivel de análisis, una asunción de riesgos más elevada y, en consecuencia, un mayor costo operativo para las entidades", advierte Salinas.
Costos operativos
Salinas es claro y analiza que, cada ajuste en los sistemas o procesos internos de los bancos implicauna inversión significativa en horas de trabajo, "lo que se traduce en mayores costos operativos y, en muchos casos, en ineficiencias temporales que también impactan a los usuarios".
Por eso, mientras redefinen sus estrategias y ajustan sus proyecciones de flujos, es probable que las entidades mantengan mayores niveles de liquidez como medida precautoria, lo que inevitablemente reduce su rentabilidad.
Por ello, y para compensar este impacto, es muy probable que parte o la totalidad de esos costos se trasladen a los clientes a través de aumentos en comisiones o en los costos operativos de productos y servicios.
El experto también anticipa una caída en los rendimientos de instrumentos tradicionales para el público minorista, como los plazos fijos o las cuentas remuneradas. "Podrían verse afectados los FCI de Money Market -tanto los de los bancos como los de billeteras digitales como Ualá, Mercado Pago, entre otras- que hasta ahora se nutrían, en parte, de las tasas de las Lefis", analiza.
"Con tasas más bajas y un escenario más volátil, la rentabilidad de estos instrumentos tendería a la baja", concluye Salinas.



