Restan sólo siete ruedas financieras para las elecciones del domingo 22 y los ahorristas extreman la cautela: un mes es larguísimo plazo en la Argentina y por ende siguen los traspasos del plazo fijo a cuentas corrientes remuneradas, fondos de money market o directamente a la venerada moneda norteamericana.

Por si fuera poco, el ataque terrorista a Israel hizo que el mundo financiero se refugiara en los activos más seguros, en una jornada en la que el feriado en Estados Unidos no permitió medir adecuadamente el comportamiento de los inversores.

"Según datos monetarios al 4 de octubre, se intensifica la corrida desde los depósitos a plazo hacia la cuenta corriente (un reflejo de las cuentas remuneradas), expandiéndose los primeros sólo un 0% intermensual en términos nominales y los segundos un 17,9%. Cabe señalar que los depósitos a plazo, para mantenerse sin cambios en términos reales, deberían expandirse a un ritmo mensual de 9,2%", destacó Portfolio Personal Inversiones en el último informe.

"Los depósitos a plazo disminuyeron $ 431.000 millones desde el 20 de setiembre, retrocedieron 3,2%, mientras que los depósitos en cuenta corriente se dispararon $ 799.000 millones o 14,7 por ciento. Los depósitos a plazo deberían haber crecido $ 575.000 millones o 4,3% según la tasa de acumulación mensual de 9,1/9,3 por ciento. Todas estas tendencias se reflejan en los FCI, con un fuerte ingreso en money markets por $ 124.200 millones el viernes, versus pequeñas salidas en los fondos mutuos atados al IPC y T+1", agregan.

El comportamiento inversor remite a los años '80 cuando los plazo fijo, por la incertidumbre reinante y la alta inflación, se podían efectuar al miniplazo de siete días. Luego, con la llegada de Domingo Cavallo al Ministerio de Economía y el lanzamiento del plan de Convertibilidad se dispuso que sea un mes el mínimo para un plazo fijo. La estabilidad de los precios y el comportamiento de la economía en general fueron llevando a que las colocaciones se fueran extendiendo en su plazo. Luego, la crisis del 2001 volvió a llevar todo al kilómetro cero.

La previa electoral y las dudas sobre quién será el ganador de las elecciones y, no menos importante, las medidas que impondrá apenas asuma el 10 de diciembre, alientan los traspasos al dólar. Pero además la política monetaria y fiscal de los últimos meses también juegan su rol destacado en la incertidumbre del ahorrista que observa una inflación en alza, y un Banco Central con reservas negativas.

Por si fuera poco, hay otro elemento que aporta dudas a futuro. "La falta de lluvias significativas en la región pampeana está afectando el estado del trigo sembrado y ha retrasado la siembra de maíz temprano, aunque especialistas coinciden en que durante la primavera las precipitaciones aumentarán gracias al fenómeno de El Niño", destaca PPI. "Después del dolor que el 2023 infligió a la economía argentina y al flujo de dólares, los inversores comenzarán a monitorear nerviosamente los patrones climáticos argentinos para ver si esta maldición se repetirá en 2024", concluye.

¿Qué puede pasar de ahora en más? Los traspasos no se contienen con subas de tasas, más cuando los principales afectados por ese movimiento son el Tesoro y el propio BCRA, grandes tenedores de deuda en pesos. El encarrilamiento de las cuentas públicas sería una medida lógica pero irreal en la previa de una elección en la Argentina y más en las actuales circunstancias. La credibilidad además juega un rol destacado siempre en los anuncios.

La historia vuelve a repetirse. Por ello no hay demasiadas sorpresas en lo sucedido ayer y desde hace cuatro semanas en el mercado doméstico. Lo raro hubiera sido que otro comportamiento del ahorrista con las señales que venía recibiendo.