Un Premio Nobel advierte sobre riesgo de burbuja especulativa en Wall Street

Es Robert Shiller, célebre por haber anticipado las burbujas punto com y subprime, a través de su best seller "Exuberancia Irracional". Considera que el actual rally alcista en renta variable se explica por el miedo de los inversores y no por un movimiento de euforia y abre el debate acerca de la legitimidad de las fuertes subas de los últimos meses que ubicaron al índice Nasdaq nuevamente en la cima histórica superando a la marca del año 2000

Es bien sabido entre los analistas e inversores que las dos mayores fuerzas que gobiernan a los mercados financieros son la codicia y el miedo (la tercera podría ser el efecto manada). La codicia por maximizar las ganancias es la fuerza que empuja el precio de las acciones hacia arriba, mientras que el miedo a perderlo todo provoca generalmente los movimientos bajistas, que se amplifican cuando se dispara el efecto manada, en el que una gran masa de inversores decide copiar las decisiones de inversión de un grupo sin considerar si éstas son correctas desde un punto de vista lógico.

Sin embargo, existen momentos en la historia de los mercados financieros que se salen de los caminos trazados por la teoría económica y durante los cuales los inversores adoptan patrones de comportamiento fuera de lo común.

Para Robert Shiller, Doctor en Economía del prestigioso MIT y Premio Nobel en 2013, hoy es uno de esos momentos en los que la teoría clásica no alcanza para explicar lo que sucede. Porque de acuerdo con el economista, el boom que se vive desde hace seis años en el mercado de acciones se explica más por el miedo que por la codicia de los inversores.

Y, a pesar de que sea el temor la principal fuerza que empuja el precio de la renta variable (que permitió que el índice Dow Jones creciera un 150% entre febrero de 2009 y febrero de 2015), hoy los mercados podrían estar frente a una nueva burbuja especulativa, tal como sucedió antes con las acciones punto com y las hipotecas subprime.

Justamente, Shiller es célebre en el mundo académico por una obra que se convirtió en best seller ("Exuberancia Irracional", publicada en 2000), que anticipó el estallido del mercado de empresas tecnológicas. Como si esto fuera poco, en su segunda edición (de 2005) advirtió que el mercado inmobiliario también estaba peligrosamente sobrevaluado, algo que se comprobó amargamente dos años después y que provocó la mayor crisis financiera mundial desde la Gran Depresión de 1929.

En la tercera edición de su obra cumbre (publicada en enero de 2015), el especialista incluyó un capítulo donde esta vez evoca el exceso que se vive en la renta variable, lo que él llama "el boom de la nueva normalidad". A lo que se refiere Shiller (el término de "nueva normalidad" fue popularizado por el gurú financiero Bill Gross, fundador de Pimco, el mayor fondo de bonos del mundo) es a un contexto dentro del cual las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo tienden a reducirse. Esto se da por una caída en el consumo, generada por el miedo que invade a los particulares a perder el empleo y que los lleva a ahorrar de más en previsión de la llegada de tiempos difíciles. "Estos últimos cinco años, las nuevas tecnologías de la información se desarrollaron como nunca antes, hecho que debilitó las perspectivas profesionales de una multitud de personas", afirmó recientemente el Premio Nobel. La consecuencia directa fue esta caída del consumo y el aumento del ahorro.

Pocas alternativas

Por otra parte, la crisis subprime disparó el temor de los distintos gobiernos desarrollados a caer en una nueva Gran Depresión, lo que los llevó a adoptar políticas para contrarrestarlo. Así fue cómo este miedo terminó contagiando a los inversores, quienes colocaron buena parte de sus carteras en los mercados de renta variable.

Esto se dio debido a que las alternativas para invertir con una rentabilidad atractiva fueron muy pocas en el mundo desarrollado en los últimos años (hay que tener en cuenta que las tasas de interés de referencia estuvieron cercanas a cero y que el mercado inmobiliario se derrumbó).

"El boom que actualmente vivimos en los mercados de acciones no es dirigido por la euforia. Si bien se trata de un boom inversor y los mecanismos están todos allí, aún falta la sensación. No vemos ningún optimismo, sino que el boom está siendo dirigido por el miedo", sostuvo Shiller. Y agregó: "No existen demasiadas alternativas a las acciones en estos momentos. Nos encontramos en un período de tasas de interés extremadamente bajas. Yo sí creo que existe una burbuja, pero los bancos centrales no tienen la culpa".

A lo que se refiere el académico (Shiller es profesor de la Universidad de Yale) especializado en la volatilidad y la dinámica de los mercados financieros, es que primó más el pesimismo de los agentes económicos en la caída de las tasas de interés. La Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, entre otros, adoptaron esta política monetaria expansiva para neutralizar un círculo vicioso que se parecía cada vez más al de los años 1930.

Para Shiller, quien basó buena parte de sus investigaciones en el comportamiento de los inversores, otra vez las emociones están llevando la delantera a la razón a la hora de definir dónde invertir. Si no, no se explica que cada vez más crezca la brecha entre el precio de las acciones de EE.UU. (corregido por el índice de inflación) y las ganancias reales de las compañías.

Aunque parezca mentira, esto va en contra de la teoría planteada por el economista estadounidense Eugene Fama, con quien Shiller ganó el Premio Nobel. Para Fama, los mercados financieros son eficientes, por lo tanto racionales e imbatibles. Una visión que choca contra los estallidos de las burbujas de precios que viene anticipando Shiller.

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