Por la disparada del dólar, el rojo externo se desplomó 75% en junio

El déficit de cuenta corriente, la medida de la vulnerabilidad externa de la economía, cayó a u$s 387 millones el mes pasado. Se llegó por las malas: una suba de casi 50% del dólar en el año y caída en recesión. Aún así, analistas señalan que de mantenerse esta tendencia podría reducir la exposición de Argentina a nuevas corridas como la que se inició en abril pasado

El déficit de cuenta corriente del balance cambiario se redujo abruptamente en junio, producto del impacto de la suba del dólar en la capacidad de compra de los argentinos de bienes importados y servicios en el exterior, como el consumo por turismo. El rojo externo, que necesita ser financiado a través de ingreso de dólares financieros, es la medida de la debilidad que mostró la Argentina ante las "turbulencias" llegadas del exterior. El mes pasado esa cifra cayó un 75% en comparación con mismo mes del año pasado y un 83% en comparación con mayo.

Por las malas, con una corrida cambiaria y contra activos argentinos que todavía mantiene a la política monetaria en modo de emergencia, el frente externo muestra signos de corrección.

En junio el déficit de cuenta corriente del balance cambiario alcanzó los u$s 387 millones. Esta es la diferencia entre los dólares que entran y salen del país a través del intercambio de bienes (balanza comercial) y servicios (balanza de servicios, que en la Argentina está explicada en gran parte por la salida de divisas por turismo emisivo, mucho menor al ingreso de fondos por la visita al país de viajeros que llegan desde el exterior).

La cifra no deja de ser un rojo, un resultado negativo, pero es una reducción importante del tamaño de la sangría respecto a períodos comparables. Por caso, en mayo, el déficit de cuenta corriente informado por el Banco Central (BCRA) había sido de u$s 2299 millones y en junio de 2017, un año antes, de u$s 1521 millones. En junio, el flujo de salida de divisas por intercambio de bienes y servicios se redujo entonces un 83% respecto al mes anterior y un 74,5% respecto a mismo mes del año pasado.

La mejora del frente externo, al menos por un mes, parece haber empezado a transformarse en una realidad. Claro que la vía para lograrla fue por demás accidentada.

El dólar en el mercado mayorista saltó 35,7% desde el 23 de abril, día del inicio de la corrida contra el peso, hasta el día de ayer. En el año acumula un avance del 47,57% y en los últimos 12 meses sube 57,5%. Y en el proceso la economía pasó del crecimiento a la recesión.

Como explican analistas, la menor capacidad de pago de los argentinos medida en dólares puso un freno abrupto a muchos conceptos de importación o relacionados. Las tasas altas estimularon además la reducción de stocks por parte de empresas y la caída en la actividad frenó decisiones de inversión a futuro.

"En junio se comenzó a ver el impacto de la corrección cambiaria, fundamentalmente en importaciones y gastos vinculados a turismo y tarjetas en dólares. También en los nominados en pesos pero con alto componente de demanda de dólares, como prendarios y personales. Eso se frena en las ultimas semanas y seguramente se va a seguir viendo en las estadísticas del balance de pagos", dijo Martín Vauthier de EcoGo.

La variación más importante se vió en materia de importaciones. El déficit por bienes, la balanza comercial, arrojó un superávit de u$s 1280 millones en el mes, frente a u$s 467 millones en mayo y u$s 373 millones en junio. El anuncio de los cerealeros de ingresar u$s 4000 millones más no parece haber tenido tanto impacto, pero los pagos de importaciones se desplomaron 31%.

"Por el lado virtuoso, fue notoria la caída de importaciones de autos y también de petróleo", resaltó Gabriel Zelpo de Elypsis.

La pregunta, entonces, es si la mejoría se puede sostener en el tiempo.

"El año pasado habías llegado a un déficit récord de cuenta corriente de 4,9% del PBI. Esa era la situación de vulnerabilidad de fondo a la hora de explicar las tensiones cambiarías, más allá del timing y la dinámica. Hacia adelante la cuenta corriente va a corregir, y la magnitud va a depender de donde se estabilice el tipo de cambio", agregó Vauthier.

"Yo diría que es para ilusionarse. La pregunta es, ¿basta para "vivir con lo nuestro" sin necesitar dólares de afuera? No, se va a seguir necesitando financiamiento", dijo Zelpo.

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