Contabilidad en negro: el Vaticano escondía más de 1000 millones de euros sin declarar

Es la primera vez que la Santa Sede cuantifica sus tenencias no declaradas. Desde que Francisco inició su papado el Vaticano creó un Ministerio de Economía, adhirió a normas contables internacionales y contrató firmas de auditoría.

Una investigación sobre la situación contable del Vaticano arrojó como resultado que la Santa Sede contaba con 1000 millones de euros no declarados, según un comunicado del departamento financiero del estado pontificio publicado ayer. La información es resultado de una pesquisa destinada a transparentar la administración financiera del Vaticano lanzada por el papa Francisco y, aunque su registro era irregular, no se trataría de fondos irregulares.


El responsable designado para sanear las finanzas del Vaticano dijo que el dinero fue escondido en base a "patrones establecidos por largo tiempo" para las normas contables del pequeño país. El Papa Francisco nombró al cardenal australiano Geoge Pell, primer ocupante del recientemente creado ministerio de Economía de la Santa Sede, para supervisar las finanzas del Vaticano después de décadas de control por parte de italianos.
El comunicado divulgado ayer aseguró que los fondos ascendieron a alrededor de 1100 millones de euros (unos u$s 1200 millones). Se trata de la primera vez que el Vaticano cuantifica dinero no declarado.


Pell no sugirió ningún delito, pero dijo que los departamentos habían tenido durante mucho tiempo "casi carta blanca" con sus finanzas. El Vaticano dijo que Pell no se refería a "fondos ilegales, ilícitos o mal administrados".
El estado financiero de 2014 también mostró que la Santa Sede, que incluye la mayor parte de sus departamentos en Roma y las embajadas de todo el mundo, tuvo un déficit en su presupuesto de 25,6 millones de euros, parecido al de 2013.


Los principales ingresos del 2014, "además de otras inversiones", son 50 millones del Instituto para Obras de Religión (IOR) y 21 millones de euros provenientes de las iglesias locales y de las donaciones de los propios fieles.


Esto último se da en virtud al artículo 1.271 del Código de Derecho Canónico, que establece que "por razón del vínculo de unidad y de caridad, y conforme a las posibilidades de su diócesis, los obispos contribuyan a que la Sede Apostólica disponga de los medios que necesita".


La Santa Sede no basa sus recursos económicos en unos impuestos fijos ofrecidos por las distintas diócesis sino en "tasas por servicios ofrecidos y, principalmente, por las oblaciones o aportaciones libremente ofrecidas por los fieles".


El patrimonio neto se ha incrementado en 939 millones de euros, a causa de ajustes llevados a cabo para incluir todos los bienes activos y pasivos del ejercicio. Como en los años precedentes", el principal gasto de la Santa Sede es en personal, que en el 2014 se situó en los 126,6 millones de euros, con un total de 2.880 trabajadores de los 64 entes que componen la sede de la Iglesia Católica.


La Ciudad del Vaticano, que tiene un presupuesto aparte, registró un superávit de 63,5 millones de euros, casi el doble del año anterior, debido a los fuertes ingresos de los museos, que atraen alrededor de seis millones de visitantes al año.


Desde la elección del actual Papa en marzo de 2013 el Vaticano ha impulsado reformas para adherirse a normas financieras internacionales e impedir el lavado de dinero y ha cerrado varias cuentas sospechosas del Instituto para las Obras de Religión (IOR).


El año pasado, el Vaticano adoptó las Normas Internacionales de Contabilidad del Sector Público (IPSAS) y los estados financieros de cada departamento son auditados en forma externa.

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