China sufre una corrida que dificulta su objetivo de ser un centro financiero mundial

En 30 días se fugaron casi u$s 3000 millones de inversores preocupados por el impacto de la guerra comercial con EEU.UU., la desaceleración económica y la crisis política en Hong Kong.

"Antes de ser dragón, hay que sufrir como hormiga", es uno de los proverbios más citados en China y que podría servir como ejemplo de las dificultades que hoy enfrenta el país en su largo camino por convertirse en la primera potencia financiera, ya que, a nivel del PIB, está en condiciones de subirse al ring y retar al líder indiscutido, EE.UU.

En materia de finanzas, a China le falta mucho para afianzarse como alternativa a dos pesos pesados como son Londres y Wall Street. Por un lado, su moneda todavía carece del atractivo suficiente para convertirse en una reserva de valor al mismo nivel que el dólar o el euro. Y por el otro, sus bolsas sufren por la falta de transparencia y los retos que tiene que enfrentar el país: la guerra comercial con EE.UU., la desaceleración económica y la crisis política de Hong Kong.

Un fiel reflejo de estas debilidades se manifestó entre el 15 de julio y el 15 de agosto pasado, lapso en el cual se fugaron u$s 2900 millones de las bolsas chinas, según datos provistos por EPFR Global data, un récord que no se vivía desde principios de 2017.

Esta espantada de inversores se dio principalmente en acciones, tanto de fondos comunes de inversión como de fondos de índices que cotizan en bolsa, y el flujo de retiros es inquietante, porque a todo lo salido durante el primer semestre de 2019.

Los analistas recordaban que otros episodios de corridas financieras similares a la actual ocurrieron luego de las devaluaciones del yuan de 2016, y los escándalos de corrupción generalizada de 2012. Además, esta fuga de capitales se sumó a los retiros sufridos por los fondos emergentes, de los cuales una parte importante está invertida en China. Por ejemplo, el de BlackRock (mayor gestor de activos del mundo), conocido como "iShares Core MSCI Emerging Markets ETF" y compuesto por un total de u$s 52.400 millones, padeció una sangría de u$s 2600 millones en cuatro semanas.

SUFRIR COMO HORMIGAS

Como reza el proverbio, hoy no es solo el gobierno chino el que sufre como una hormiga: los inversores también, a causa de la tormenta comercial que desató Donald Trump al imponer aranceles a las exportaciones chinas, y que ahora recrudece a ambos lados del Pacífico.

Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) indica que "Existen cada vez más señales que muestran que las tensiones comerciales se traducen en fugas de capitales". Las expectativas no son halagüeñas, luego de la pausa que se dio durante los primeros meses del año, pero que ahora desembocó en una nueva escalada del conflicto.

Además, la huida de inversores se explicó también por la fuerte devaluación de la moneda china, que volvió a atravesar la barrera psicológica de 7 yuanes por dólar, sumada a la expectativa de crecimiento económico del 6,2% para 2019 (según el FMI) que, a los ojos de los analistas suena vintage, porque desde los años 1990 que no se veía una tasa tan baja.

EL VOLCÁN DE HONG KONG

Como si esto fuera poco, lo que se está cocinando en Hong Kong podría terminar asestando un golpe mortal al operativo de seducción que lleva adelante el gobierno de Xi Jinping, con el objetivo de transparentar la operatoria de los mercados financieros del país y lograr atraer a más inversores que hasta ahora.

Prueba de que la crisis política en la ex colonia británica es mucho más grave de lo que ha trascendido es que hasta los dos grandes bancos internacionales que cotizan en las bolsas de Londres y Hong Kong, el HSBC y el Standard Chartered, publicaron solicitadas en los diarios para pedir una solución pacífica.

Sin embargo, entre los analistas e inversores hay una real preocupación de que la crisis quede zanjada por la vía violenta, con la intervención del ejército chino, como en las protestas masivas en la plaza de Tiananmen en 1989. Si este fuera el caso, podría volverse inútil todo esfuerzo por preparar a las bolsas de Hong Kong y Shanghai en competidoras de Wall Street o la City londinense.

Por más que cada vez más empresas hayan sido suspendidas de cotización en los mercados domésticos, y que las autoridades muestren mayor selectividad a la hora de autorizar nuevas salidas a bolsa, todavía existen serias dudas de si todo ese esfuerzo será suficiente

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