ES LA MISMA ESTRATEGIA QUE USÓ PARA LAS PRIMARIAS

Trump intensifica los insultos para llegar a la presidencia

Así como hablaba del Mentiroso Ted Cruz y del Pequeño Marco Rubio refiriéndose a sus rivales del Partido Republicano, ahora a Hillary Clinton la llama chueca

Pocahontas & la Chueca Hillary suena como el título de una película de Disney. Pero, de hecho, son algunos de los insultos a los que recurre Donald Trump contra de las dos mujeres más poderosas del Partido Demócrata Elizabeth Warren y Hillary Clinton mientras se prepara para las elecciones presidenciales en noviembre.
Durante la carrera republicana, Trump comentó que su esposa le había pedido que sea más presidencial, pero que él se había visto forzado a burlarse de algunos de sus rivales con expresiones como Mentiroso Ted Cruz y Pequeño Marco Rubio para obtener la victoria.
Un mes después de haberse asegurado la nominación del partido republicano, ya acude a la misma estrategia que le funcionó para derrotar a 16 oponentes republicanos en su batalla en contra Clinton, que está a punto de convertirse en la nominada del Partido Demócrata, y contra Warren, la apasionada senadora de Massachusetts.
Durante meses, a la campaña de Clinton le encantaba la idea de que Trump fuera el candidato republicano. Pero en las últimas semanas, a algunos aliados les empezó a preocupar que ella esté subestimando al magnate. Esta inquietud se intensificó a raíz de los resultados de las encuestas que indican que los dos rivales están empatados. En un discurso en Washington el domingo, Trump le dijo a miles de veteranos de guerra:Hillary Clinton no puede ser la presidenta. Algunos días antes, envió un mensaje en Twitter afirmando que la Chueca Hillary era un desastre tras conocerse un informe gubernamental que la criticó por haber usado su cuenta de email personal mientras se desempeñaba como secretaria de Estado.
Trump salió a reavivar los ataques que se remontan a la época en que Hillary y Bill Clinton habitaban la Casa Blanca. menciona desde conspiraciones sobre el suicidio de un socio comercial hasta acusaciones no confirmadas de que Bill Clinton habría violado a una mujer.
Trump ha acusado a Clinton de facilitar las relaciones extramaritales de su esposo, en un intento por debilitar las críticas que ella le hace por su historial con las mujeres. Recientemente Clinton dijo que no iba a caer en la trampa de responder, pero que los insultos de Trump le plantea un dilema. Sus intentos de criticar las políticas del magnate quedaron diluidos a raíz de las polémicas declaraciones que hace el candidato republicano, porque lo ayudan a dominar los medios televisivos. El equipo de Clinton intenta dañar la imagen de Trump haciendo hincapié en sus comentarios sobre las mujeres y criticándolo por no haber presentado sus declaraciones de impuestos. La semana pasada, lo atacó por haber dicho hace años que él saldría ganando en una crisis hipotecaria. Él se defendió diciendo que éso es lo que hacen los empresarios.
Del lado demócrata, la ex profesora de la Universidad de Harvard Elizabeth Warren a quien él llamó Pocahontas en respuesta a cuando ella se presentó como, en parte, nativa americana ha podido criticar con eficacia a Trump. Después de que el candidato republicano tuiteó: Yo creo que es muy ofensivo que Goofy Elizabeth Warren, también conocida como Pocahontas, se hizo pasar por nativa americana para entrar en Harvard, ella le contestó: Documenta tu información @realDonaldTrump. Yo no estudié en Harvard.
Norm Ornstein, experto en política del American Enterprise Institute, dijo: Clinton persigue a Trump en temas más vinculados a sus capacidades, y dejan que otros, especialmente Elizabeth Warren, lo ataquen por sus deficiencias personales, morales y comerciales.
Algunos aliados de Clinton le aconsejan que deje de criticar a Trump por detalles, como el tema inmobiliario, y empiece a bombardearlo más ferozmente por su carácter. Pero Ornstein cree que Clinton seguirá con su estrategia actual, dejando que otros hagan los ataques más abrasivos.
Clinton comienza con una pequeña ventaja. Tiene a su favor las tendencias demográficas y Trump tiene una valoración negativa más alta que ella en los sectores de mayor crecimiento del electorado, dijo Kevin Madden, vocero de Mitt Romney en la campaña de 2012. Pero si hay algo que Clinton demostró en sus dos últimas contiendas presidenciales es que sabe desperdiciar ventaja.

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