Temor empresario por amenaza de aranceles a productos mexicanos

Los ejecutivos de las compañías norteamericanas advierten que las tensiones comerciales tendrán impacto sobre el crecimiento del país. La Fed ya había comunicado su preocupación hace más de un año

A los ejecutivos de las empresas estadounidenses les cuesta imaginar qué forma tomará el sistema comercial global con las políticas de Donald Trump tras su decisión la semana pasada de abrir en México un segundo frente en su guerra comercial.

El plan del presidente norteamericano de fijar aranceles a México como represalia por la inmigración ilegal llevó a que las empresas y los mercados llegaran a la conclusión de que los últimos aranceles fijados por Trump, por ejemplo al acero y aluminio, no eran simplemente tácticas de negociación hacia metas estratégicas más amplias, sostienen los analistas.

Algunos funcionarios de la Reserva Federal hace más de un año que advierten que las tensiones comerciales amenazan el crecimiento, pero las empresas norteamericanas tardaron en decirlo.

Para muchos inversores, la decisión de Trump de gravar las importaciones mexicanas marca un alarmante punto de inflexión. México está altamente integrado al esencial mercado automotriz de Estados Unidos. Hay componentes que a menudo cruzan varias veces las fronteras de ambos países, y que podrían estar sujetos a repetidos aranceles.

México fue también el segundo mayor exportador nacional de productos hacia EE.UU. en 2018 después de China, que vende bienes por más de u$s 500.000 millones anuales a Norteamérica. Eso significa que enormes cantidades de mercadería podrían verse afectadas si Trump eleva los aranceles, tal como amenazó, incluso a riesgo de provocar una disrupción en el mercado financiero y en la economía.

Después de los abruptos movimientos en los mercados financieros del viernes, los inversores ahora señalan que hay significativas probabilidades de que EE.UU. entre en una recesión porque les preocupa la voluntad del presidente de seguir adelante con una agenda comercial cada vez más hostil.

Seth Carpenter, economista de UBS, señaló que los inversores se dieron cuenta de que los aranceles siguen siendo una "herramienta" que elige usar la administración Trump, y que si recrudece la guerra comercial podría provocar una significativa desaceleración de la economía norteamericana. "Les cayó la ficha", afirmó.

Las acciones siguen cayendo esta semana mientras los inversores digieren la creciente amenaza económica. Jim Bullard, presidente del banco de la Reserva Federal de St Louis, aseguró que podría "pronto" ser necesario recortar la tasa de interés como consecuencia de las disputas comerciales y las expectativas de baja inflación.

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