Preocupa el descontento global con la democracia entre los jóvenes

La entendible desilusión combinada con el engaño populista podría crear un ciclo entre demagogos capaces de hacer estallar las cosas y políticos moderados incapaces de recomponerlas. Una vez que un país ha caído en esta trampa del populismo, es difícil escapar: recordemos lo que ocurre en Argentina

Los jóvenes están disconformes con la democracia. Pero más preocupante es que ese descontento es mayor si se lo compara con lo que ocurría con anteriores generaciones a su misma edad. Esto los hace inclinar hacia los extremos políticos ya sea de izquierda o de derecha - que puede, a su vez, amenazar seriamente la democracia en el futuro. Es fácil entender que rechacen las maneras en que se hacen las cosas frente a los fracasos de muchas democracias. Para que la democracia liberal prospere será crucial que haya una reforma y renovación.

Esta evidencia sobre las actitudes proviene de un nuevo estudio llamado Juventud y Satisfacción con la Democracia que fue realizado en el Centro para el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge. Se conocieron los resultados después de que un informe en enero sobre la satisfacción global con la democracia concluyera que la democracia se encuentra en un "estado de malestar" en todo el mundo.

Se elaboró en base a 43 fuentes que abarcan 160 países y 4,8 millones de consultados y su resultado es deprimente. Los jóvenes, después de todo, son nuestro futuro. Si, como sugiere el estudio, están desencantados con un sistema político por el que se derramó tanta sangre el siglo pasado, puede que no tenga mucho futuro en éste. De hecho, las principales conclusiones sugieren eso.

La primera y más importante es que la satisfacción de las generaciones más jóvenes con la democracia (especialmente los millennials, los nacidos entre 1981 y 1996) no sólo disminuye con el tiempo, sino que es menor que en generaciones anteriores. Eso sucede especialmente en Europa occidental, las democracias "anglosajonas" (incluyendo EE.UU. y el Reino Unido), América latina y el África subsahariana.

No sorprende que un factor que contribuye al descontento en las democracias de altos ingresos sea el mal desempeño económico. En particular, "los altos niveles de desempleo juvenil y la desigualdad de la riqueza están asociados con la mayor insatisfacción". Además, esa disconformidad ha crecido no sólo de manera absoluta, sino más rápido que en generaciones anteriores.

En las democracias emergentes de América latina, África subsahariana y el sur de Europa se observa que los jóvenes no recuerdan las luchas pasadas por la democracia. Pero sí ven la corrupción y la incompetencia de hoy. También se sienten atraídos por los líderes populistas, en parte porque en las democracias occidentales son más "ideológicos" y menos tolerantes con el desacuerdo respetuoso que las generaciones anteriores. En promedio, indica el estudio, las personas de 18 a 34 años muestran un aumento de 16 puntos porcentuales en la satisfacción con la democracia durante el primer mandato de un populista, ya sea de izquierda o de derecha. La presidencia de Donald Trump ha sido una excepción.

Sin embargo, dada su hostilidad hacia las instituciones existentes, al final el populismo tiende a crear una profunda crisis de legitimidad democrática cuando está realmente en el poder.

No debemos desesperar. Si bien es cierto que los millennials se sienten más disconformes con la democracia a medida que envejecen, la caída en la satisfacción sólo fue de 50% a 45% en este último estudio. Pero, en los países anglosajones, esa disminución fue de 15 puntos porcentuales.

La entendible desilusión combinada con el engaño populista podría crear un ciclo entre demagogos capaces de hacer estallar las cosas y políticos moderados incapaces de recomponerlas. Una vez que un país ha caído en esta trampa, es difícil escapar: recordemos lo que ocurre en Argentina.

La advertencia es clara. No podemos arriesgarnos a dirigir nuestras sociedades en beneficio de los ricos y los ancianos y seguir confiando en que seguirán siendo democráticas. Se las debe ver dirigidas en beneficio de todos. La calamidad del Covid-19 subraya esta verdad. Debemos aprender y actuar de acuerdo a este entendimiento o nos arriesgaremos a caer en el abismo de la demagogia.

Traducción: Mariana Oriolo

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