Microsoft frente al desafío de mejorar LinkedIn

En el futuro, promete Microsoft, tu asistente digital encontrará las reuniones en el calendario de tu Outlook y te ayudará extrayendo los perfiles LinkedIn de los demás participantes. Entonces, de pasada vas a poder introducir en la conversación detalles salientes de sus carreras profesionales. Habrá apretones de manos, operaciones cerradas, ofertas de trabajo. De lo contrario, todos te mirarán raro. Microsoft está tan enamorado de esa utopía que acordó la compra de LinkedIn por u$s 26.000 millones.
Para Microsoft, esa suma representa menos de su flujo de caja anual. Desde un ángulo, también es barato. La prima del 50% respecto del precio del viernes todavía es inferior a la cotización que en febrero tenían las acciones de LinkedIn y, 29% menor a su pico máximo registrado el año pasado.
Sin embargo, desde otro ángulo, es una gran apuesta porque u$s 26.000 millones no le garantizan una excelente propiedad en Internet. LinkedIn es un inmueble a reparar ubicado en un barrio dudoso. Está repleto de gente que lo usa. Queda menos claro cuántos lo adoran. Menos de una cuarta parte de los 433 millones de usuarios lo visita una vez por mes. También están las estridentes actualizaciones: "¡Felicitá a Bob por su aniversario de trabajo!" Y para quienes están ansiosos por conseguir un puesto básico en varios y diferentes sectores a 1500 kilómetros de tu casa, hay consejos.
El crecimiento se redujo drásticamente, de cerca de 45% interanual el año pasado a una estimación de 20% este año. No hay utilidades. El Ebitda fue de u$s 842 millones en los últimos 12 meses pero sólo de u$s 289 millones teniendo en cuenta los pagos en base al capital accionario. No es ningún misterio que LinkedIn quería vender.
Para generar un mayor crecimiento de los ingresos, Microsoft tendrá que abandonar su promesa de autonomía ante el management de LinkedIn y reestructurar la compañía para que sea menos irritante para los usuarios. En cuanto al crecimiento, sería benévolo decir que no logró mucho con sus anteriores adquisiciones como Nokia y Skype. Y eliminar la irritación no es un área en la que Microsoft se haya destacado en el pasado.
El precio de compra quizás no afecte la capacidad de Microsoft de devolver efectivo a los accionistas, y la operación sólo diluye marginalmente las ganancias, pero las diluye. Es el equivalente a los últimos siete años de inversiones de capital. En ese tiempo, las acciones de Microsoft duplicaron su valor por el formidable negocio de la nube. Esta adquisición hace poco para mantener ese ímpetu.

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