CONFIRMÓ TAMBIÉN QUE NO SE POSTULAR NUEVAMENTE A LA PRESIDENCIA DE SU PARTIDO

Merkel no irá por la reelección y pondrá fin a su carrera política en el 2021

La dirigente alemana tomó la decisión para apaciguar las aguas en la agrupación que lidera, tras una ola de descontento por su política con los refugiados

Angela Merkel anunció el cierre de una era política en Alemania. No se presentará a la reelección como presidenta de su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU,) después de 18 años en el cargo y aseguró que su carrera política finalizará en 2021.

La decisión dará inicio a una batalla por sucederla que podría convertirse en una amarga pelea por el alma de uno de los partidos de la posguerra más exitosos de Europa. En el anuncio, Merkel señaló que "era momento de abrir un nuevo capítulo".

La autoridad de Ángela Merkel se fue erosionando gradualmente desde que ocupó el puesto por cuarta vez el año pasado después de que la CDU obtuvo su menor proporción de votos desde 1949; sus aliados conservadores dedicaron muchos meses a enfrentar una abierta revuelta por cómo ella había manejado la crisis de refugiados.

Pero el disparador inmediato de su partida fueron los continuos reveces en las elecciones regionales, incluyendo el desastroso resultado electoral de su CDU el domingo pasado en el estado occidental de Hesse, donde perdió 11 puntos respecto a las elecciones de 2013.

Merkel gobierna Alemania hace 13 años, período en el que la autoridad e influencia de Berlín en Europa han crecido de manera constante y ella se convirtió en la política más poderosa de la Unión Europea.

Sin embargo, su esperanza de mantenerse como canciller hasta fines de su cuarto mandato podría ser ilusoria. Muchos en Berlín creen que Alemania necesita empezar de cero con un líder nuevo capaz de darle al país una dirección nueva.

Merkel admitió que la campaña de la CDU en Hesse quedó eclipsada por el enojo de la gente con su gobierno en Berlín, en particular las frecuentes peleas entre los socios de la alianza la CDU, su partido hermano de Baviera (CSU) la Unión Social Cristiana de Baviera y los social demócratas (SPD).

"Soy responsable de todo, de nuestros éxitos y de nuestros errores" señaló. Dar un paso al costado como presidenta del partido, agregó, permitirá que la gran coalición "concentre sus energías en el buen gobierno".

La decisión de Merkel llega de alguna manera a apaciguar una ola de descontento dentro de la CDU que se viene gestando hace años. Muchos en el partido están molestos por la manera en que la canciller, hija de un pastor de Alemania del Este, arrastró al partido hacia el centro político, y quieren que regrese a sus raíces conservadoras.

Algunos no le perdonan que haya permitido a más de 1 millón de migrantes ingresar al país durante la crisis de refugiados de 2015-16, una afluencia que alimentó el avance del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que después de los comicios del domingo en Hesse tiene representación en los 16 parlamentos regionales que tiene el país.

Aún antes del anuncio de Merkel, varios candidatos habían surgido como posibles candidatos a reemplazarla como presidenta del partido.

Annegret Kramp-Karrenbauer, la secretaria general del partido, es la elegida de Merkel para sucederla. Jens Spahn, el ministro de Salud, se convirtió en un popular derechista y es muy crítico de la política de refugiados de la canciller. Friedrich Merz, otro conservador que solía ser el líder del grupo parlamentario de la CDU pero fue excluido por Merkel en 2002, también expresó su interés en el cargo.

La decisión de abandonar la presidencia de la CDU es una derrota personal para Merkel, que constantemente aseguró que las cargos de canciller y de presidente del partido nunca deberían separarse. "Es una apuesta, sin duda", reconoció ayer. Pero aseguró que tenía "justificación" porque ella no tienen intenciones de presentarse otra vez como candidata en 2021.

Si Merkel podrá mantenerse como canciller durante tres años es una pregunta abierta. Su destino podría depender del SPD, que en Hesse recibió un golpe aún mayor que la CDU, ya que obtuvo sólo 20% de los votos, una tercera parte menos que en las elecciones de hace cinco años. El resultado intensificó los pedidos a SPD para que se vaya del gobierno y se reafirme como oposición.

Si lo hace, el gobierno caería y se llamaría a nuevos comicios. Merkel dejó en claro que no se volverá a postular a otras elecciones.

El euro se mantuvo firme después del anuncio de la canciller alemana. La moneda única de la Unión Europea no registró cambios ayer, ubicándose en u$s 1,14, lo que deja su descenso para 2018 en menos de 5%.

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