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Los inmigrantes europeos en el Reino Unido, preocupados por el Brexit

Tres millones de comunitarios residen en el Reino Unido. Son casi 6,6% de la fuerza laboral. Los británicos que viven en la UE temen una revisión de sus privilegios

"Recuperar el control de nuestras fronteras" demostró ser un potente mensaje para la campaña por el Brexit. Ahora que el país votó a favor de abandonar la UE, la inmigración será uno de los grandes temas en las negociaciones por el "divorcio". ¿Qué está en juego? Éstas son las respuestas a algunas de las principales preguntas.

¿Cuántos ciudadanos comunitarios viven en el Reino Unido y qué pasará con ellos?
Cerca de 3 millones de ciudadanos de la UE residen en el Reino Unido y representan 6,6% de la fuerza laboral. Es probable que quienes ya vivan allí tengan permitido seguir haciéndolo. En principio, el 71% de ellos hace cinco años o más que está allí (según datos de 2015), lo cual significa que califican para obtener la residencia permanente. Al resto probablemente les mantengan los derechos para que puedan quedarse, según comentarios de importantes políticos durante la campaña por el Brexit. Sin embargo, igual habrá cuestiones difíciles de resolver; por ejemplo, determinar si los residentes comunitarios del Reino Unido podrán llevar a sus parientes para que vivan con ellos.

¿Qué pasa con quienes se muden a Gran Bretaña entre ahora y la "fecha de divorcio"?
Eso no está claro. Chris Crayling, un alto ministro de gobierno del bando partidario de dejar la UE, dijo a FT la semana pasada que el Reino Unido podría tomar medidas tempranas para restringir el libre tránsito de personas en el caso de que fuera necesario "evitar un masivo ingreso de gente" antes de la fecha oficial del Brexit.

¿El Reino Unido cerrará las fronteras a los comunitarios después del Brexit?
Las fronteras no cerrarán, pero probablemente haya normas nuevas que determinen quién puede entrar. Si bien es posible que Gran Bretaña acepte mantener el libre movimiento de mano de obra a cambio de acceso al mercado único de la UE (que es el arreglo que hizo Noruega), ese resultado parece poco probable dado que la promesa de la campaña por el Brexit era "recuperar el control" de la inmigración.

Muchos que votaron dejar la UE pidieron un "sistema de puntos estilo australiano". Los sistemas de puntos permiten a los países admitir inmigrantes según sus características, como idioma, educación, experiencia laboral y ocupación. En Australia, el gobierno fija límites a la cantidad de personas que acepta según su profesión. Por ejemplo, el año pasado decidió recibir hasta 1.000 trabajadores especializados en el cuidado de niños, 1092 profesionales en imágenes médicas y 1230 ingenieros eléctricos, según el Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford.

¿Cómo quedan los empleadores de mano de obra inmigrante no calificada, como mozos o mucamas?
Algunos sectores de la economía británica pasaron a depender de los trabajadores de la UE: representan casi 8% de las 5,7 millones de personas empleadas en comercios, hoteles y restaurantes, por ejemplo. No queda claro si la política inmigratoria pos Brexit admitirá el ingreso de trabajadores no calificados. No lo hace la actual política del Reino Unido sobre la inmigración de no comunitarios. Tres cuartas partes de los ciudadanos de la UE que trabajan en Gran Bretaña no cumplirían con los actuales requisitos de visa que se aplica a los trabajadores no comunitarios.

¿Qué pasará con los británicos que viven en la UE?
El debate por el referéndum provocó profunda preocupación entre los ciudadanos del Reino Unido que residen en el resto de la UE. Sea Costa del Sol en España o en los pueblos del sur de Francia, los británicos temen que muchos de los servicios y privilegios que disfrutan como fácil acceso a la salud pública y la portabilidad de su jubilación sean revisados. El sentido común indica que el gobierno español, por ejemplo, no tendrá interés en complicarle la vida a cientos de miles de británicos que viven en su país. El mercado inmobiliario costero, por ejemplo, se verá seriamente afectado si grandes cantidades de británicos deciden volver al Reino Unido.

Al mismo tiempo, la situación incierta en cuanto a expatriación de los británicos quizás ofrezca a los gobiernos de la UE una poderosa carta al momento de negociar sobre la nueva relación que querrá tener Gran Bretaña con Europa. "Con la salida de la UE los británicos perderían el derecho a transitar, trabajar y hacer negocios libremente en el área económica más grande", advirtió este mes el primer ministro Mariano Rajoy.

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