Los agricultores de Estados Unidos ya no quieren a Trump

Mientras toma impulso el juicio político, el enojo por la política de etanol es una amenaza para el presidente norteamericano en el Cinturón Maicero. La actitud de la Casa Blanca sólo genera más indignación.

Siouxland es una refinería de biocombustibles que, con el maíz de algunos de los mejores campos de Estados Unidos, produce etanol para motores de autos. Construidas con el capital y el músculo político de los agricultores locales, estas plantas crearon en los últimos 15 años un mercado para el exceso de oferta de granos y ayudaron a que su país dependa menos del petróleo extranjero.

Pero este otoño boreal, la planta permaneció inactiva durante seis semanas, una de las decenas que disminuyeron o detuvieron sus operaciones pese a que sube la demanda de combustible para transporte.

Los propietarios de las plantas culpan a las exenciones gubernamentales que permiten a las refinerías de petróleo más pequeñas ignorar los cupos que requieren el uso de biocombustibles. El cambio de política le puso un límite al crecimiento de la demanda y presiona los precios del maíz y la soja. El perjuicio que ello genera a los agricultores le está creando un problema a Donald Trump.

Este oscuro cambio de política debilita la posición de Trump en un importante grupo de votantes 

"Apoyamos al presidente Trump en las últimas elecciones", contó Kelly Nieuwenhuis, uno de los 391 agricultores locales con intereses en Siouxland. "Sé que las encuestas dicen que todavía tiene un fuerte apoyo de los agricultores, pero he oído a mucha gente decir que no lo apoyará de nuevo debido a los biocombustibles".

La ira recalca lo difícil que es para la administración Trump satisfacer a los distritos electorales rivales del Cinturón Maicero y de los yacimientos petrolíferos. El número de "exenciones para pequeñas refinerías" se disparó desde 2017 y redujo 7,4% la meta gubernamental de biocombustibles, según la Administración de Información Energética.

Para muchos agricultores, las exenciones son la gota que colmó el vaso después de un año de sufrir los costos de una guerra comercial con China, una temporada de siembra extremadamente húmeda y condiciones de préstamos más duras. La Casa Blanca, por el contrario, sólo genera más indignación.

"No creo que esto lleve a la gente a no votar a Trump en 2020 y a inclinarse por un demócrata"

Hay mucho en juego. Dos de cada cinco bushels de la cosecha de maíz estimada en 347 millones de toneladas se utilizarán para producir etanol este año, según estimaciones del Departamento de Agricultura, por lo que una menor demanda presionaría hacia abajo los precios de los cultivos. La industria de biocombustibles se concentra en varios estados del centro del país que apoyaron a Trump en 2016, incluyendo Iowa, Indiana, Missouri y Nebraska.

La ley federal permitió el crecimiento de la industria. El Estándar de Combustibles Renovables de 2007 exigía el uso anual de al menos 15.000 millones de galones de etanol de maíz y miles de millones de galones más para biodiesel y otros combustibles renovables. Una alianza de grupos de biocombustibles y de comercialización de granos recurrió al lobby, a los aportes a campañas electorales y a los tribunales para defender la norma frente a los ataques de la industria petrolera.

Antes de las elecciones presidenciales de 2016, Trump respaldó las normas como una herramienta para la independencia energética de Estados Unidos. A principios de este año abolió las regulaciones que habían restringido la mezcla de etanol con nafta, lo que deleitó a la industria de biocombustibles más grande del mundo.

El cambio de política le puso un límite al crecimiento de la demanda y presiona los precios del maíz y la soja

Pero la relación se deterioró el 9 de agosto, cuando la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Trump liberó a 31 refinerías de petróleo más pequeñas de sus obligaciones de mezclar biocombustibles, desafiando las quejas sobre las 35 exenciones en 2018 y 19 en 2017. En total, las medidas redujeron el objetivo de biocombustibles en 4000 millones de galones, según datos de la EPA.

Los golpes fueron más duros en una de las zonas de EE.UU. más cercanas a Trump. Sioux, donde se encuentra Siouxland Energy, se encuentra entre los 10 condados del país que más producen maíz. Allí Trump obtuvo más del 80% de los votos en 2016. Otra planta de etanol a 50 kilómetros de distancia permanece cerrada desde julio.

Bob Bowman, un ex miembro del directorio de la Asociación Nacional de Productores de Maíz del este de Iowa, dice que votó a Trump en 2016. Está de acuerdo con la Casa Blanca en la necesidad de confrontar a China en temas que incluyen normas erráticas para la importación de productos agrícolas estadounidenses. Pero desde que Trump abandonó el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y eximió a más refinerías de petróleo, duda sobre 2020. "No sé si la gente va a votar a otra persona. Creo que pueden quedarse en casa y no ir a votar. Eso es lo que oigo en el campo", dijo.

ALGUNOS DATOS

31 refinerías de petróleo pequeñas fueron liberadas de la obligación de mezclar biocombustibles.

347 millones de toneladas de maíz se utilizarán para producir etanol este año, dos de cada cinco bushels de la cosecha.

80% de los votos obtuvo Donald Trump en el condado de Sioux en las elecciones de 2016.

"Creo que mucha gente no está contenta con él", dijo Tim Allen, presidente republicano en el condado de Sioux, refiriéndose al presidente. "Pero no creo que esto lleve a la gente a no votar a Trump y a inclinarse por un demócrata que va a estar a favor del derecho a decidir y del matrimonio gay y esas cosas," concluyó.

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