La economía china podría frenarse por la devaluación del yuan

Las opciones políticas vinculadas al valor de la moneda del gigante asiático son limitadas debido a las consecuencias que ellas podrían tener sobre el crecimiento económico.

La decisión de Beijing de dejar que el yuan caiga por debajo del nivel de 7 por dólar fue una opción política, pero según los economistas a la economía china no le convendría "convertir su moneda en un arma".

La iniciativa del lunes de elevar la banda de fluctuación del yuan fue en represalia por la última amenaza que hizo EE.UU. de fijar nuevos aranceles. Y si bien el banco central chino tomó medidas para estabilizar la moneda el día siguiente, los inversores temen que las autoridades busquen ejercer presión sobre Washington permitiendo una mayor devaluación.

Si bien los cálculos políticos podrían dictar esa decisión, una limitación podría ser el temor al impacto sobre la economía del gigante oriental, aseguran los economistas.

"No veo ninguna ventaja para China", aseguró Magnus , adjunto del Centro China en la universidad de Oxford. Una depreciación impulsaría el comercio de manera marginal, aseguró, pero la estabilidad de la moneda es mucho más importante para las autoridades chinas, cuya principal preocupación es contener la fuga de capitales, evitar una crisis de deuda local y lograr un economía menos impulsada por las exportaciones y más por el consumo.

Usar el tipo de cambio como una herramienta "es un arma de doble filo, que podría perjudicar tanto a EE.UU. como a China", aseguró Alan Ruskin, estratega de Deutsche Bank.

Un yuan mucho más débil, ¿impulsaría la economía?. Ayudaría a que las exportaciones compitan en el exterior, y podría apuntalar el crecimiento en cierta medida.

Bo Zhuang, de la consultora TS Lombard, señala que el peor panorama económico llevó al liderazgo chino a ser más abierto a una depreciación impulsada por el mercado; y Jian Chang, economista de Barclays, aseguró que las autoridades podrían analizarlo como alternativa a recortar las tasas de interés como herramienta para estabilizar el crecimiento.

Según Magnus , una devaluación sostenida, mucho mayor -de 20% contra el dólar desde el inicio de la guerra comercial- "concedería cierta ventaja competitiva" si bien podría también provocar represalias en la región. Pero el tipo de cambio más débil no hace tanta diferencia en los patrones comerciales como solía ocurrir antes.

Dadas las cadenas de abastecimiento globales, las ganancias de los exportadores se terminan compensando con el mayor precio que ellos pagan por los componentes importados. El uso generalizado del dólar en la facturación del comercio internacional también limita los beneficios.

El riesgo de devaluar más el yuan está en que podría provocar defaults de deuda local nominada en dólares, en especial en el sector inmobiliario.

Una mayor preocupación es la fuga de capitales. Cuando el yuan recibió sostenidas presiones en 2016, la salida neta de capitales en el año fue de u$s 725.000 millones, y si bien China tenía reservas extranjeras superiores a u$s 3 billones, las agotó a un ritmo alarmante para contener la marea.

El principal problema es que la debilidad del yuan perjudicaría a los consumidores chinos, que pagan precios más altos por los productos importados.

Traducción: Mariana Oriolo

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