LA DEMANDA DEL METAL VA EN PARALELO A LA DUREZA DE LA FED

La baja del oro indica que la tormenta financiera se debe a la solidez del dólar

Cuando uno intenta curar un contagio, es necesario saber la diferencia entre síntomas y causas. Y parece que la crisis financiera de Turquía es sólo un síntoma muy severo del contagio que afecta a las monedas del mercado emergente. La causa subyacente parece ser la solidez del dólar estadounidense.

La lira turca ayer volvió a retroceder contra el dólar, pero más sorprendente fue la uniformidad de las caídas en los otros mercados emergentes. El índice de monedas emergentes de JPMorgan retrocedió a un nuevo piso récord desde su creación en 2010. La rupia de India, una de las monedas emergentes más fuertes desde hace años, tocó un mínimo récord contra el dólar. La rupia de Indonesia sufrió el mismo destino. El rand de Sudáfrica, la moneda del país que más depende de los dólares para financiarse después de Argentina y Turquía, ahora también recibe severas presiones.

Pero la señal más clara de que deberíamos concentrarnos en la solidez del dólar, y no en los acontecimientos en Turquía, proviene del oro. El precio del oro es un excelente indicador de las percepciones del riesgo, de los temores de que las monedas sufran una devaluación. Sigue siendo un importante eslabón del sistema financiero.

Y de alguna manera el precio del oro cayó 12%, medido en dólares, desde su reciente pico marcado hace 12 meses. Su trayectoria se parece notablemente a la que tuvo una moneda del mercado emergente durante ese período. Perdió todo lo que había ganado desde la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2016. Como estamos en un escenario risk-off (donde la percepción del riesgo es alta) y los inversores tratan de limitar sus riesgos, normalmente lo esperable sería que buscaran refugio en el oro.

La pregunta es por qué no sucede en esta oportunidad. En parte, la demanda de oro tiende a provenir de los mercados emergentes, ya sea de individuos que buscan joyas o de los bancos centrales para sus reservas y, por lo tanto, ésta es una señal de que los inversores de mercados emergentes ahora sienten que es mejor comprar dólares y no oro. Y en parte, el oro tiende a funcionar como un indicador de alarma en cuanto a la Reserva Federal. Si los inversores creen que el banco central va a ser demasiado expansivo y permitir que despegue la inflación (tal como se creyó equivocadamente durante los años de mercado de dólar alcista inmediatamente después de la crisis), ellos saldrán a comprar oro. En este momento, se percibe que la Fed está demasiado contractiva (y de ahí la solidez del dólar).

Turquía quizás sea capaz de recuperar la confianza internacional, o quizás no. Pero aunque pueda detener su propia crisis, no podrá contener el contagio, que proviene de la solidez del dólar y de la revaluación de los activos emergentes que los inversores de vieron forzados a hacer.

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