FRONTERA CALIENTE

La amenaza de Trump a México tiene poca explicación

La decisión del presidente norteamericano sorprendió a sus aliados. Podría demorar la ratificación del acuerdo comercial T-MEC, una de las prioridades legislativas de su gobierno

La decisión de Donald Trump de amenazar a México con aranceles a sus productos fue asombrosa en muchos niveles.

El momento que eligió fue terrible ya que podría demorar la ratificación del acuerdo comercial entre EE.UU, México y Canadá (T-MEC), una de las mayores prioridades legislativas de la administración Trump.

El tipo de medida también es extraña. Trump utiliza una herramienta de política de comercio para obtener concesiones en política inmigratoria, ya que exigió mano dura para evitar el ingreso de mexicanos por la frontera sur. Este mal uso del comercio probablemente sea llevado ante los tribunales norteamericanos, y también ante la Organi-zación Mundial de Comercio.

Finalmente, con esta decisión desapareció cualquier esperanza de los aliados de EE.UU. de que Trump estaba tan focalizado en la guerra comercial con China que se abstendría de recrudecer las confrontaciones comerciales con el resto del mundo.

La creencia de que Trump enfrenta sólo un conflicto comercial a la vez -y eligió a China- se fortaleció el mes pasado cuando demoró los aranceles automotrices a la UE y a Japón; y abandonó los impuestos a los metales provenientes de Canadá y México, en la misma semana que elevó los gravámenes a Beijing. Pero la semana pasada esa idea se hizo añicos.

Por supuesto, todavía existe la chance de que se llegue a un acuerdo para evitar los aranceles a México a partir del 10 de junio, cuando todos sus productos serán sujetos a un gravamen de 5%.

Mientras tanto, el New York Times informó que la administración Trump quedó atrapada en un feroz debate sobre si fijar aranceles al aluminio australiano, otro cachetazo a un aliado cercano que es un contrapeso del poder chino en la región Asia Pacífico. El Departamento de Estado logró evitar los impuestos contra Canberra, pero advirtió a Australia que es una nueva posible víctima del proteccionismo de Trump.

Todo esto deja lecciones. Una de ellas es que Trump nunca dejará escapar a nadie. Los aliados norteamericanos pueden hacer gran esfuerzo por hacer concesiones y sellar acuerdos para evitar aranceles punitivos, pero el presidente estadounidense aún puede volverse contra ellos en cualquier momento.

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