La Asamblea Constituyente de Venezuela está diseñada para favorecer al chavismo
Maduro planifica una reforma de la Carta Magna con la participación de sectores sociales afines. La oposición no participará y la desconocerá
Pasaron más de dos meses desde que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunció, de la nada, la celebración de una nueva "asamblea constituyente" para reformar la constitución del país.
Su decisión generó alboroto. Activistas opositores del gobierno, que ya habían salido a las calles durante un mes en protesta contra el desgaste de la democracia y el precario estado de la economía, reforzaron su campaña y están realizando movilizaciones desde entonces. Más de 90 personas murieron como producto de la violencia y miles resultaron heridos y arrestados.
El 16 de julio, alrededor de 7,2 millones de venezolanos rechazaron la asamblea en un referéndum organizado por la oposición. La fiscal general y algunas otras figuras del establishment intentaron disuadir a Maduro de seguir adelante con su propósito.
Pero este se negó a escucharlos y fijó la fecha de la votación para el domingo 30 de julio. En su sentido más estricto, se trata de un cuerpo de personas encargadas de redactar o reformar una constitución. Quizás el ejemplo más famoso sea el grupo de hombres que redactaron la constitución de Estados Unidos en 1787. En general, una vez que dicha asamblea cumple su labor, se disuelve. Esto es lo que ocurrió luego de la partición de la India, por ejemplo, y en Italia luego de la segunda guerra mundial.
Pero Maduro no dijo cuándo (o siquiera si) su asamblea será disuelta. Sus opositores temen que se transforme en un elemento a largo plazo, y que eclipse a la Asamblea Nacional elegida democráticamente, el Parlamento.
También temen que se amplíe la competencia de la nueva Asamblea con una simple modificación en la Constitución y que se transforme en un Congreso marioneta que autoriza las órdenes del Presidente. Viene a la mente el ejemplo de Cuba bajo el gobierno de Fidel Castro.
De hecho, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela así lo confirmó. Afirma que la nueva Asamblea tendrá "plena facultad de cambiar cualquier constitución existente y crear un nuevo orden legal. También tiene la facultad de disolver la Asamblea Nacional y cambiar la legislación vigente".
Venezuela tiene vasta experiencia con este tipo de asambleas: se remonta a principios del siglo XIX cuando el padre de la patria, Simón Bolívar, ayudó a redactar algunas de las primeras cartas magnas de Latinoamérica.
En 1999, el presidente Hugo Chávez llamó a una asamblea para redactar la constitución actual. Se constituyó en julio de ese año y completó su labor en diciembre. La gran diferencia entre ahora y entonces es que antes de llamar a una asamblea, Chávez celebraba un referendo para consultar al pueblo. Maduro no les dio esa posibilidad a los venezolanos.
Cualquiera que figure en el padrón electoral de Venezuela -alrededor de 20 millones de personas- puede votar. Se elegirán 364 miembros para integrar la asamblea en elecciones municipales. Cada una de las 335 municipalidades del país tendrá un representante a excepción de las 23 capitales estatales, que tendrán dos representantes cada una, y Caracas, que tendrá siete.
La oposición y los analistas afirman que las elecciones municipales se diseñaron para favorecer al gobierno, ya que dan a municipalidades rurales poco pobladas, donde Maduro cuenta con más apoyo, el mismo peso que a las urbanas donde la oposición es más fuerte.
Además de estos 364 representantes, distintos sectores de la sociedad elegirán 181 candidatos, con lo cual el total de miembros de la asamblea alcanza a 545. Los estudiantes, por ejemplo, elegirán 24 miembros en elecciones sectoriales en las que solo pueden participar estudiantes. Los trabajadores tendrán 79 representantes, los jubilados, 28, los pueblos indígenas, ocho, etc. Los empresarios tendrán cinco representantes. La oposición afirma que este sistema es arbitrario y que favorecerá al gobierno.
Entre los candidatos de más alto perfil se incluyen el político de línea dura del gobierno Diosdado Cabello, que sería el primer presidente de la Asamblea, Delcy Rodríguez, que hasta hace poco fue la canciller agitadora de Maduro, y Cilia Flores, la esposa del presidente.
Maduro no respondió esta pregunta. La Constitución actual tiene menos de 20 años y fue redactada durante el gobierno de su mentor Chávez. Los chavistas la usan como ejemplo para el resto de Latinoamérica y Maduro supo elogiarla. Incluso la fiscal general, una crítica central del presidente, cree que la constitución de 1999 "no puede mejorarse".
Por lo tanto, si no está fallada, ¿por qué repararla? El presidente no dijo lo que quiere cambiar de la Carta Magna y su vaguedad hace sospechar a sus oponentes. Temen que todo se trate de un simple ejercicio de acaparamiento de poder.
Maduro sostiene que la nueva Asamblea es necesaria para traer la paz a Venezuela después de tres meses de violencia en la que partidarios de ambos bandos perdieron la vida. Pero cuesta entender cómo la modificación de una Carta Magna traerá calma o ayudará al ciudadano común de Venezuela en su lucha cotidiana.
A la mayoría de las personas no le agrada. Según Datanalisis, la encuestadora más prestigiosa de Venezuela, el 67% de los venezolanos se opone a la Asamblea y el 69% considera que Maduro debería renunciar este año. Cerca de 7,2 millones de personas votaron en contra en el referéndum informal del 16 de julio, y todos los principales partidos de la oposición boicotearon la votación del 30 de julio. Esto significa que los partidarios de Maduro ganarán por lejos, aunque el número de votantes será bajo y el nuevo cuerpo no será representativo del pueblo venezolano.
Es probable que sea el principio del fin. El gobierno no aclaró cómo las dos instituciones trabajarán juntas o, de hecho, si lo harán. Ni siquiera dijo dónde se reunirá la nueva Asamblea integrada por 545 representantes. Pero es muy probable que los candidatos elegidos se trasladen al actual edificio del Parlamento y los miembros democráticamente elegidos de la Asamblea Nacional sean expulsados. En 1999, Chávez disolvió la Asamblea Nacional apenas se instituyó la Asamblea Constituyente.
El gobierno no dijo cuándo se reunirá la nueva asamblea. El mes pasado, Maduro prometió a los venezolanos que sometería cualquier nueva constitución que creara a un referendo popular, pero no aclaró cuándo lo haría.
La próxima fecha importante en el calendario electoral venezolano es el 10 de diciembre, cuando se espera que el país celebre las elecciones regionales largamente pospuestas. Pero la Asamblea Constituyente podría prohibir esas votaciones si así lo decidiera.
Se supone que Venezuela llevará a cabo elecciones presidenciales el próximo año, en las que seguramente Maduro perdería. Una vez más, la Asamblea tendrá la facultad de suspender esas elecciones, medida que sellaría la caída de Venezuela en una franca dictadura.
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