Fondos cotizados: cómo elegir los más convenientes

Tener que elegir entre más de 8000 fondos que cotizan en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) podría ser abrumador hasta para los inversores más experimentados. Afortunadamente, unos simples pasos facilitan la tarea.

PRIMER PASO

Lo primero que hay que hacer es definir el segmento de mercado, es decir, el tipo de activo que se quiere comprar. Se puede elegir un ETF concentrado en clases de activos como renta variable, renta fija o materias primas. Y dentro de eso, el inversor puede ajustar su foco. Por ejemplo, las acciones se diferencian por su capitalización de mercado, geografía o sector económico al que pertenecen.

ETF SUSTENTABLES

Dentro del mismo segmento de mercado, las empresas podrían diferenciarse por sus credenciales éticas; por ejemplo, hay ETF "sustentables" concentrados en temas específicos como, por ejemplo, empresas con bajo consumo de agua. O algunos podrían simplemente descartar los títulos valores de compañías con características no deseadas, como aquellas que son altamente contaminantes.

ETF DE RENTA FIJA

Estos fondos se diferencian por tipo de emisor (empresa o gobierno), calificación crediticia (grado de inversión o alto rendimiento) o su fecha de vencimiento. Los inversores pueden delimitar aún más el enfoque en base a los tipos de valores subyacentes, como los bonos convertibles (cuyo retorno dependerá en parte del movimiento de las acciones de la empresa) o los bonos a tasa flotante, que ofrecen protección contra el aumento de la inflación.

ESTRATEGIA DE INVERSIÓN

Los inversores también tienen a su disposición una variedad cada vez más amplia de posibles estrategias de inversión. Los ETF eran tradicionalmente vehículos puramente pasivos, que trataban de replicar el retorno de un índice de mercado subyacente.

Pero ahora hay un pequeño, pero cada vez mayor, ejército de fondos de gestión activa que buscan superar su índice de referencia. En los primeros cinco meses del año, se lanzaron más ETFs activos que pasivos en EE.UU., según los proveedores de datos FactSet y Ultumus.

Un concepto diferente, la estrategia smart beta, mezcla los enfoques de inversión activa y pasiva. Pero la elección y ponderación de las posiciones individuales responden a una fórmula preescrita, y no a la decisión del administrador del fondo. Como siempre ocurre con las inversiones, hay un acalorado debate sobre la eficacia de esta estrategia.

CONSIDERACIONES PRÁCTICAS

Dependiendo de dónde cotice, un fondo puede simplemente no estar disponible para un inversor, o su costo de negociación puede ser excesivamente alto.

Los ETF acumulativos reinvierten los pagos de dividendos y cupones, mientras que los distributivos hacen esos pagos a los inversores de manera regular. Este flujo de ingresos suele estar sujeto a un impuesto con una alícuota diferente a las ganancias de capital.

RIESGO CAMBIARIO

Los inversores también deben considerar cuál es la moneda de la clase de cuotaparte. Si es una moneda extranjera, el inversor enfrenta un riesgo cambiario. En otras palabras, el precio del ETF en la moneda local del inversor fluctuará con los movimientos del tipo de cambio, lo que podría conducir a pérdidas no relacionadas con el retorno de los activos subyacentes.

Traducción: Mariana Oriolo

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