Financial Times: ante los comicios en EE.UU. los inversores optan por "no hacer nada"

Los recuerdos del shock que produjo la inesperada victoria de Trump en 2016 llevan a los gestores de activos a no hacer grandes apuestas y mantenerse neutrales en la previa a las elecciones en EE.UU.

A medida que se acerca esta elección presidencial en EE.UU., la cual podría cambiar el curso de los mercados mundiales, algunos inversores diseñaron una extraña estrategia para pilotear el resultado: planean no hacer nada.

Las encuestas apuntan a una clara victoria del partido demócrata el 3 de noviembre, quizás a tal escala que le permitiría tomar el control de la presidencia y de las dos cámaras del Congreso -un resultado que podría provocar cambios en sectores como energía y salud, y marcar la dirección de los mercados de acciones y bonos en general.

Pero muchos inversores son conscientes de que no pudieron predecir la sorprendente victoria de Donald Trump en 2016 -que provocó convulsiones en los mercados durante la noche- ni el repunte de las acciones a largo plazo impulsado por la posterior baja del impuesto de sociedades. Otras sorpresas, como el alza y luego el histórica desplome de la libra esterlina la noche anterior al referéndum por el Brexit ese mismo año, hicieron que algunos inversores en esta oportunidad prefieran simplemente sentarse a esperar el resultado.

"Somos una administradora de activos. No somos bandidos ni apostadores", dijo Vincent Mortier, director de inversiones de Amundi. "No queremos hacer una operación a corto plazo que sea muy especulativa. Eso puede sonar a ser poco valiente, pero no tomar una decisión es también tomar una decisión".

En lugar de elegir un ganador y adivinar el impacto, Mortier busca mantenerse neutral. Les está diciendo a los gestores de carteras que estén preparados para una gama de posibilidades, desde una disputa por los resultados electorales hasta una victoria aplastante de los demócratas, y que decidan a qué precio ciertos activos serían baratos en una venta masiva.

Esta estrategia no la siguen sólo las grandes administradoras de activos; algunos inversores de corto plazo también se muestran inusualmente cautelosos. "La mayoría de los gestores de hedge funds están tratando de no hacer inversiones basadas en un acontecimiento binario como las elecciones de EE.UU.", contó Karim Leguel, jefe europeo de soluciones de hedge funds en JPMorgan Asset Management, agregando que los gestores buscan, en cambio, operaciones que puedan ser buenas independientemente del resultado.

Algunos gestores dicen que los han elegido para ofrecer baja volatilidad en los rendimientos. Por lo tanto, no quieren tener que explicar a clientes o jefes cómo fue que tuvieron grandes pérdidas, o incluso grandes ganancias, por una apuesta al resultado electoral. "Realmente no estamos haciendo operaciones teniendo en cuenta las elecciones. No tenemos mucho riesgo en ninguno de los dos resultados", dijo Tom Clarke, que dirige un fondo macro de William Blair en Londres.

Los gestores de fondos macro, que negocian con bonos, divisas y acciones a nivel mundial, han diversificado sus carteras como forma de reducir el riesgo en vísperas de la votación, según Nathanael Benzaken, director de clientes de Lyxor Asset Management.

Mientras tanto, los gestores de acciones redujeron el tamaño de sus operaciones y retiraron las apuestas al alza de las acciones, afirmó.

Fiona Frick, CEO de la firma de inversiones suiza Unigestion, contó que su compañía estuvo equilibrando riesgos mediante la compra de opciones de venta, pero también comprando futuros sobre activos subyacentes, lo que daría ganancia si los mercados suben.

Incluso las encuestas privadas que se realizan como una manera de obtener una ventaja en una elección -una estrategia que utilizaron algunos hedge funds para el referéndum por el Brexit - son peligrosas. Un alto ejecutivo de un hedge fund contó a Financial Times que probablemente no vuelvan a usar este tipo de sondeos después de que resultaron contraproducentes en otra elección. "Sentíamos que teníamos una ventaja, pero estábamos completamente equivocados [sobre el resultado]", señaló esta persona.

La sensación de los inversores sobre las elecciones de EE.UU. cambió notablemente en estos últimos días. En general, de las victorias demócratas se esperan mayores impuestos que impactan sobre las utilidades de las compañías y arrastran las acciones a la baja.

Ese preconcepto se mantiene a pesar de los últimos ejemplos de historia: el índice S&P 500 se duplicó con creces desde que asumió el demócrata Barack Obama en 2008 hasta la victoria de Trump ocho años después.

Sin embargo, en 2020 una triunfo demócrata no sería el resultado que les genere más problemas a quienes ven una tendencia alcista. Por el contrario, sería mucho más disruptivo un resultado electoral parejo con Trump negándose a aceptar una derrota y aferrándose al poder. Una victoria demócrata que derive en mayores niveles de gasto fiscal quizás sea el resultado más favorable para las acciones, según los analistas.

Incluso en el caso de una venta masiva, los inversores sostienen que es más difícil encontrar coberturas seguras. Normalmente, los bonos del gobierno de EE.UU. funcionan bien en períodos de tensión. Pero los rendimientos de esa deuda ya son mínimos desde que la Fed redujo las tasas de interés a casi cero en marzo, dando a los bonos poco margen para seguir subiendo de precio. Las opciones de venta de acciones, que aprovechan la caída de los mercados de valores, ya están caras.

"Hace unos años, te habría dicho que es fácil", dijo Mortier de Amundi. "Ahora soy un poco escéptico sobre el armado coberturas agresivas, aunque tenemos la sensación de que algo va a suceder".

Traducción: Mariana Oriolo

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