FT: los bancos de EE.UU. son los más expuestos si se produce una recesión

Cuando las perspectivas económicas globales se debilitan, para los bancos significa un problema mucho mayor de lo que creen los inversores. Los años de inflación por debajo de la meta ya mantuvieron las tasas de interés en mínimos sin precedentes, lo que fue carcomiendo el modelo operativo central de las entidades financieras. El menor crecimiento y la prolongada incertidumbre -por cuestiones como el Brexit o la guerra comercial entre EE.UU. y China- debilitaron el apetito por el crédito y la inversión.

Los bancos de Europa con operaciones globales hace tiempo que enfrentan un clima adverso. Por el contrario, sus grandes rivales de Wall Street tuvieron años con mejor desempeño y precios de acciones cercanos al récord. Eso no convierte a las entidades estadounidenses en más inmunes a una desaceleración económica.

Los bancos globales enfrentan múltiples amenazas. Los márgenes netos de interés -el diferencial entre el costo de endeudamiento y lo que cobran por otorgar préstamos- ya han disminuido. Los bancos centrales están listos para bajar más las tasas, en algunos casos para colocarlas en un terreno aún más negativo, lo que intensifica la reducción del margen. El traslado de las tasas negativas a los clientes corporativos y a individuos con alto patrimonio compensa sólo en parte, pero no hay señales de que la medida pueda abarcar también a la vasta base de depósitos minoristas.

La banca de inversión -que a menudo sostiene las ganancias cuando bajan las tasas para préstamos- también empieza a sufrir. Hay divisiones que están bajo presión porque las compañías escapan del costo y el engorro que significa cotizar en bolsa, y crece una oferta alternativa de dinero proveniente del sector de private equity. Hay oportunidades en esa creciente esfera pero probablemente sean muchas menos de las que ofrece el negocio tradicional de comprar y vender acciones. Después de años de auge, son inminentes las caídas cíclicas en los mercados de acciones y renta fija.

Sólo queda esperar qué tan pronto se producirán y qué tan severas serán. Se espera una inferior cantidad de salidas a Bolsa y menor actividad en el área de fusiones y adquisiciones.

Los desafíos son aún más complejos dado que algunos de los bancos más grandes del mundo tienen además sus propios problemas. Deutsche Bank inició una gran reestructuración en un tardío intento por achicar su unidad de banca de inversión, cuya estructurada era anacrónica. Las perspectivas de Barclays están eclipsadas por la nube oscura que representa el Brexit. HSBC, también afligido por el Brexit, enfrenta además el mayor riesgo político en Hong Kong y China.

La bolsa de valores hace tiempo que ya considera esos males. Los bancos europeos grandes en promedio cotizan a menos de tres cuartas partes de su valor del activo neto. La relación precio/valor libro de Deutsche es inferior a 20%.

Una valuación inferior al 100% sugiere que los inversores creen que los activos no valen lo que el banco dice que vale, o que no tiene la posibilidad de obtener una ganancia satisfactoria y sustentable. Por el momento, los bancos estadounidenses se ven mucho más saludables. JPMorgan, la entidad con mayor valuación en el mundo, tiene una capitalización bursátil cercana a u$s 340.000 millones, casi 1,5 veces su valor del activo neto, y cerca de su máximo histórico.

Los jefes de los bancos son conscientes de los problemas. Los bancos globales están eliminando 30.000 puestos de empleo. La mayoría de los recortes se están haciendo en entidades europeas. Citigroup es una excepción entre los bancos norteamericanos ya que tiene planeado reducir personal.

Los bancos europeos ahora podrían estar mejor posicionados que sus rivales estadounidenses para enfrentar la próxima recesión. Los años de condiciones desfavorables los obligó a ser más eficientes. Por el contrario, los bancos norteamericanos tuvieron un mercado local más benigno y prosperaron en el extranjero. Si cae la actividad global, hay peligro de que estén más expuestos al crecer de manera más agresiva en un momento de condiciones crediticias más riesgosas.

Los bancos europeos se acostumbraron a sentirse rechazados. Las entidades de Wall Street tienen más para caer.

Traducción: Mariana Oriolo

Temas relacionados
Más noticias de Bancos

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés