En Colombia responden a las protestas: "La única manera es subiendo los impuestos"

El ministro de Hacienda colombiano afirma que no hay otra forma de satisfacer los reclamos de la creciente y cada vez más sólida clase media, que exige mejores servicios públicos.

Alberto Carrasquilla escuchó el claro mensaje de las protestas masivas que sacudieron a las naciones latinoamericanas el año pasado. Y su respuesta es que hay subir los impuestos.

El ministro de Hacienda de Colombia, sostiene que aunque su país fue la economía latinoamericana con mejor desempeño el año pasado, con un crecimiento del 3,3%, el gobierno debe escuchar a los cientos de miles de manifestantes que piden mejores servicios públicos, que serán financiados por los más ricos.

"Tenemos una clase media que está creciendo y esta clase media es más exigente", dijo Carrasquilla a Financial Times durante una entrevista. "Quieren más y mejores servicios públicos. El gran desafío que tenemos en Colombia es que nuestra recaudación de impuestos es muy baja por nivel de ingresos. "Están más dispuestos a exigir más inversión que a pagar más impuestos. . . La única manera de salir de [esta situación] es con mayores impuestos", afirmó.

Sus comentarios reflejan la profundidad con la que se sintieron en toda América latina las repercusiones de los disturbios que comenzaron en Chile en octubre. Al igual que Chile, Colombia tiene buena reputación entre los inversores por sus políticas macroeconómicas conservadoras y su constante crecimiento.

Pero las millones de personas que el año pasado salieron a las calles en toda la región andina para exigir mejores jubilaciones, acceso gratuito a las universidades y atención sanitaria de mayor calidad llevaron a los gobiernos a replantearse el modelo económico basado fuertemente en la economía de libre mercado para brindar un mejor estándar de vida.

La alícuota máxima del impuesto a la renta en Colombia subió el año pasado de 33% a 39% como parte de una reforma más amplia que también disminuyó los elevados niveles del impuesto a las sociedades. Pero Carrasquilla no quiere detenerse ahí. "Nos dicen que deberíamos gravar entre tres y cuatro puntos porcentuales más del PBI y utilizar ese dinero de manera inteligente", señaló refiriéndose a las recomendaciones de las organizaciones internacionales.

Es la segunda vez que Carrasquilla ocupa el cargo de ministro de Hacienda de Colombia. Pero reconoce que los desafíos que enfrenta ahora son muy diferentes. Su primer período en el puesto fue 2003-7, una época tranquila en la que América latina disfrutaba del auge de los productos básicos y el crecimiento de Colombia era en promedio cercano al 6% anual.

"Creo que el mensaje que América latina debería recibir es que la clase media es ahora muy sólida", afirmó. "Es más educada y más urbana, puede organizarse más fácilmente y hay que ser conscientes de que hay preocupaciones que no existían hace 10 o 15 años".

Los opositores sostienen que el gobierno del presidente Iván Duque debe ir más allá de aumentar los impuestos personales y elevar el gasto para atacar la corrupción y la desigualdad. Según Sergio Fajardo, ex alcalde de centro-izquierda que compitió con Duque para la presidencia en 2018, la percepción de los colombianos sobre la corrupción ha cambiado.

Antes, los votantes criticaban a los políticos individuales, muchos de ellos alcaldes o gobernadores en lugares remotos del país, por ser corruptos. Ahora, aseguró Fajardo, "hay una percepción generalizada de que 'Me están robando', que éste es un sistema corrupto y que me está quitando oportunidades".

Colombia también tiene que enfrentar un flujo migratorio sin precedentes desde los últimos cuatro años que proviene de Venezuela, de donde huyeron más de 1,6 millones. Los refugiados han impulsado el crecimiento, pero Carrasquilla calcula que cuestan cerca del 0,4% del PBI en gastos de salud y educación.

Lejos de los piquetes en las salas de directorio de Bogotá, las preocupaciones de las empresas se centran en la debilidad del sector de la exportación, que sigue dependiendo fuertemente de las ventas de petróleo y carbón. La deficiente infraestructura y la constante violencia rural han frenado las exportaciones agrícolas.

Es posible que Carrasquilla no tenga que preocuparse por los impuestos y el gasto de Colombia durante mucho más tiempo. Según los medios de comunicación locales, podría pasar al banco central, quizás a fines de año.

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