Elecciones presidenciales en Estados Unidos: ¿los mercados extrañarán a Trump si no consigue la reelección?

Una presidencia de Joe Biden podría reducir el dominio de las acciones tecnológicas estadounidenses. Es posible que quiera gravar y regular más a los gigantes digitales del país

El mundo se verá muy diferente si Joe Biden gana la presidencia de EE.UU. este noviembre.

Los inversores de mercados mundiales se acostumbraron a los provocativos tuits de Donald Trump y a su fuerte interés personal por la solidez del índice de acciones del país. Aunque a muchos no les gusta su política internacional y les preocupan los aranceles, sus guerras comerciales y la nueva guerra fría con China, aprovecharon los recortes de impuestos y su implacable apoyo al empleo y al crecimiento.

Aunque su manejo de la pandemia recibe críticas, su deseo de mantener abiertos los negocios tiene sus defensores en la comunidad inversora. Pese a las alarmas y a algunos titulares impactantes, los índices de acciones norteamericanos han liderado el mundo tanto antes de que del virus como ahora durante la fase de recuperación de los mercados.

Pero ahora podría perder las elecciones ante Joe Biden, que no sólo le lleva una constante ventaja de 8% en las encuestas nacionales, sino que además lidera la mayoría de los estados cruciales.

¿Qué podrían esperar los inversores si ganan los demócratas? Joe Biden prometió aumentar sustancialmente los impuestos a las personas y a las sociedades, lo que amenaza el valor futuro de las acciones. Quiere que EE.UU. abrace la revolución verde, es decir revertir la política de Trump apuntada a fomentar las inversiones en petróleo, gas y carbón para que el país sea autosuficiente en combustibles de carbono. Un demócrata en la Casa Blanca hostigaría a las compañías de petróleo y gas con impuestos y regulaciones, mientras que ofrecería más subsidios y reglas favorables a las energías renovables. Eso tendría un impacto en los sectores y en los valores de las acciones.

El equipo de Biden lo promociona con una serie de propuestas basadas en su personalidad diferente a la de Trump. Él es el candidato de la empatía, el "presidente del directorio" que escuchará y respetará a los aliados, los expertos y a la opinión internacional. Le dará forma a nuevas políticas basadas en las alianzas. Estará en contra de China pero querrá comprometer más a los aliados para presionar a China para que modifique su comportamiento en todo tipo de áreas desde el comercio hasta las libertades civiles. Será más cauto en cuanto al virus, y se mostrará más dispuesto a tomar medidas para limitar su propagación.

Lejos de EE.UU., este ha sido otro año en el que gran parte del resto del mundo tuvo un mal desempeño. El lento crecimiento económico antes de entrar en cuarentena, sumado al considerable daño económico que provocaron las políticas para enfrentar el virus, empujó los mercados de valores a la baja.

La falta de gigantes tecnológicos que exploten la rápida y forzosa digitalización de gran parte de la actividad económica y social impidió que la recuperación de los mercados de valores de Europa sea similar a la del Nasdaq.

La tendencia a largo plazo es firme hace muchos años. Mientras vemos al Nasdaq alcanzar nuevos máximos históricos casi a diario, las bolsas de España e Italia languidecen a la mitad del nivel de sus últimos picos alcanzados en 2007. El mercado de valores de Francia sigue debajo del máximo de 2000, mientras que en Japón se ubica muy por debajo de su pico de 1989.

Una presidencia de Biden fortalecería los vínculos entre la UE y EE.UU. y harán causa común para presionar juntos por la revolución verde. Es posible que Biden quiera gravar más a los gigantes digitales norteamericanos y al resto del sector corporativo, y quizás quiera regularlos. Esto podría alterar las preferencias de los inversores.

Sin embargo, no podrá frenar ni modificar el entusiasmo del mundo por todo lo que sea online, por la inteligencia artificial, por los datos digitales y la asistencia personal virtual. Los gigantes digitales conservarán gran parte de la participación de mercado que ganaron durante la cuarentena y continuarán conquistando nuevos mercados y ofreciéndonos servicios que no sabíamos que queríamos.

Habrá una creciente brecha digital entre Occidente y China, que también impactará en los valores de las acciones. Es probable que éstas sean unas semanas difíciles, ya que los mercados ven el posible cambio de presidente y les preocupa el avance del virus. Las próximas alzas, por supuesto, dependen de que continúen bajas las tasas de interés y de que los bancos centrales y los gobiernos mantengan sus abundantes estímulos.

Traducción: Mariana Oriolo

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