Elecciones legislativas en EE.UU: un referéndum sobre la gestión Trump

Los republicanos esperan que el auge económico sea un bastión contra los demócratas impulsados por la oposición al presidente

Donald Trump volvió a recurrir a sus viejos trucos. En un discurso ante miles de fanáticos en el oeste de Iowa la semana pasada, el presidente inventó un apodo para su último blanco: la demócrata Cindy Axne, que espera transformarse en la primera mujer en representar a Iowa en la Cámara de Diputados.

"Cindy Tax-Me (cobráme impuestos). Es un nombre muy bueno Creo que en realidad es 'Axne', pero nosotros la llamamos 'Tax Me'", vociferó Trump, provocando carcajadas en la multitud presente en el acto electoral de Council Bluffs. "¡Un chiste muy fácil!"

Trump se divertía con el tipo de maniobras astutas que lo ayudaron a convertirse en presidente. Pero este año tiene un propósito muy diferente. La reunión fue solo una parada de una extensa gira diseñada para ayudar a los republicanos a defender su mayoría en la Cámara, que cada vez peligra más, y mantener el control del Senado.

Las elecciones de medio término de comienzos del mes próximo se perfilan como las más transcendentales en una generación. Hay mucho en juego para el partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso, pero corre el riesgo de sufrir una posible derrota en la Cámara de Diputados debido a la gran cantidad de miembros salientes y demócratas opositores a Trump que están reactivando la indignación.

Para Trump, hay mucho más en juego. Si pierde en la Cámara de Diputados, los demócratas podrían iniciar investigaciones con facultad para exigir la comparecencia de cualquier cosa, desde las declaraciones impositivas del presidente hasta su supuesto romance con la estrella porno Stormy Daniels. Peor aún, si los demócratas obtienen el control de la Cámara de Diputados, podrían intentar destituir a Trump, sobre todo si Robert Mueller, el asesor especial, presenta un informe condenatorio sobre la vinculación entre la campaña de Trump y Rusia y una posible obstrucción de la justicia por parte del presidente.

Según las encuestas políticas, los demócratas pisan fuerte en la etapa final de la campaña. Charlie Cook, editor del Cook Political Report, señala que el partido que controla la Casa Blanca perdió bancas en la Cámara de Diputados en 35 de las 38 elecciones de medio término desde la guerra civil.

Los demócratas precisan ganar 23 bancas para poder controlar la Cámara. Según el boletín informativo Cook Political Report, 69 de las 435 elecciones son competitivas ambos partidos tienen posibilidades reales de ganar, mientras que otras 39 podrían serlo. De las 31 bancas de la Cámara de Diputados que el Cook Political Report considera que podrían ser para cualquiera, 29 están actualmente ocupadas por republicanos, mientras que otras 12 revelan una ventaja del partido Demócrata.

Frente a una posible ola demócrata, los republicanos se consuelan con las buenas condiciones económicas, con una baja del nivel de desempleo a 3,7%. En sus actos electorales, Trump declara que habrá una "ola roja" republicana dada la situación de la economía. "Históricamente no suelen tenerse resultados tan buenos en elecciones de medio término", declaró a la revista New York la semana pasada. "Pero esta es una presidencia distinta y esta es la mayor economía de todos los tiempos, así es que hay que comprobarlo".

David Young, el candidato que enfrentará a Axne en las elecciones del mes próximo, desestima la amenaza. "No creo que la ola azul llegue a Iowa tenemos un dique rojo", afirma. "Puede que algunos tornados azules toquen tierra en algunas partes del país".

Sin embargo, los demócratas confían en que se alzarán con la victoria en la Cámara de Diputados, aun cuando la situación económica sea buena. Si bien las campañas se basan en temas cotidianos referidos al sector de la salud y solicitudes para dar marcha atrás con los recientes recortes fiscales, las elecciones de medio término suelen considerarse una forma de calificar los primeros dos años del mandato de un presidente.

"Mayormente, se trata de un referéndum sobre la gestión de Trump", sostiene Howard Dean, un candidato presidencial por el partido Demócrata en 2004. "Espero ganar en la Cámara de Diputados y realmente creo que hay una buena oportunidad de que ganemos en el Senado".

Cuando un presidente tiene un índice de aprobación de más de 50%, según los registros históricos, las posibilidades de que su partido pierda en las elecciones de medio término pueden ser limitadas. El índice de Trump ha estado oscilando en poco más de 40%.

Más allá de la tendencia de los electores de castigar al partido del presidente, los demócratas deberían beneficiarse con una resolución judicial que ordene una reestructuración distrital en Pensilvania para revertir la manipulación republicana. "Tengo plena confianza en que vamos a recuperar el control de la Cámara", afirma Brendan Boyle, un diputado demócrata que representa a Filadelfia.

Otro factor que infunde optimismo en los demócratas es la posición de las mujeres votantes. El partido está alineando un número récord de candidatas. Muchas de estas candidatas se postulan en distritos competitivos y reciben la ayuda de sólidas campañas de recaudación de fondos.

Abigail Spanberger, una exagente de la CIA que quiere desbancar a Dave Brat, un republicano que aplastó al líder de la mayoría republicana Eric Cantor en las primarias republicanas de 2014, recaudó una cifra récord de u$s 3,6 millones en el tercer trimestre. Su distrito de Virginia era "sólidamente republicano" hace un año, pero ahora se lo considera "impredecible". En febrero, Brat reveló al Financial Times que ganaría, pero afirmó que si perdía por causa de una ola demócrata, "sería por un tsunami".

Las candidatas demócratas también están impulsadas por el movimiento #MeToo (#YoTambién). Muchas están enojadas por cómo los republicanos manejaron las acusaciones de acoso sexual contra Brett Kavanaugh, quien actualmente es juez de la Corte Suprema.

Las mujeres ya constituyen una mayoría del electorado y tienen una mayor tendencia a votar que los hombres. Anna Greenberg, socia del grupo de encuestas de opinión pública Greenberg Quinlan Rosner, afirma que el porcentaje de mujeres que dicen que votarían al partido Demócrata había aumentado desde las elecciones de 2016. Agregó que el partido estaba atrayendo cada vez más mujeres con estudios universitarios y de zonas suburbanas.

"Se ve una afluencia masiva de mujeres en el partido Demócrata. La feminización del partido Demócrata parece estar en su apogeo", sostiene Greenberg, y agrega que una de las protestas más grandes de Washington fue la marcha de mujeres contra Trump al día siguiente de su asunción en enero de 2017.

Boyle afirma que el impulso se verá con claridad en los suburbios de Filadelfia donde se esperan que las demócratas ganen al menos tres bancas: un gran cambio en un estado que no tiene legisladoras ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado.

En una entrevista en un café de una pequeña ciudad al oeste de Des Moines, Axne afirma que las mujeres quieren voz política. Solo 107 de los 535 los miembros del Congreso son mujeres, si bien 78 de estos son demócratas.

"En cualquier situación en que las mujeres se sientan desfavorecidas van a dar un paso al frente y decir 'quiero asegurarme de que mi voz esté representada', y que esté mejor representada por otra mujer", sostiene. Young, que lleva dos mandatos y ganó el tercer distrito electoral de Iowa por 14 puntos porcentuales en 2016, admite que su competencia es "más difícil esta vez".

Otro factor crucial en las elecciones de noviembre será si votará una gran cantidad de jóvenes o no. Monica Peitz, una trabajadora social jubilada que apoya a Axne, afirma que la controversia sobre Kavanaugh "no era un tema candente" para ella, pero sí para otras mujeres. "Quizás sea chapada a la antigua, pero creo que es más que nada una fuerza impulsora para las mujeres más jóvenes y las mujeres que han pasado por eso, y son muchas".

Mark Wampler, que apoya a Young, sostiene que "no estoy seguro de que [los demócratas] tendrán un éxito mayor que el que cualquier otra persona haya tenido en el pasado".

Los demócratas están tratando de abordar esa brecha. En un discurso reciente contra Trump, Barack Obama recordó a los jóvenes que solo uno de cada cinco de ellos había votado en las elecciones de medio término de 2014. "¿Les sorprende que este Congreso no refleje sus valores y prioridades?" sostuvo el expresidente.

Esta campaña logró captar a alguien de alto perfil como la cantante Taylor Swift. En apoyo a Phil Bredesen, un demócrata que se enfrenta a Martha Blackburn por una banca en el Senado de Tennessee, Swift les dijo a sus 112 millones de seguidores en Instagram que los jóvenes tienen que votar para ayudar a derrotar a Blackburn.

En un esfuerzo por instar a los demócratas jóvenes a votar, un grupo llamado "Knock the Vote" produjo videos en los que se burlan de los millennials por ser apáticos; los videos están relatados por votantes mayores. "Somos una generación de hacedores, no llorones, y nos va muy bien", sostienen los jubilados, desafiando a los votantes jóvenes a compartir el video.

Si bien muchos republicanos son pesimistas en cuanto a las posibilidades de ganar en la Cámara de Diputados, se sienten mucho más seguros de conservar el control del Senado. Los demócratas enfrentan un mapa electoral muy difícil, ya que 26 de los 35 senadores que se postulan para la reelección son de su partido, y 10 de estos están en estados en los que Trump ganó en 2016. El Cook Political Report clasifica cinco de estos estados Florida, Indiana, Misuri, Montana y Dakota del Norte como elecciones "impredecibles".

Los republicanos tienen una mayoría 51-49 en el Senado, con lo cual los demócratas necesitan dos bancas para ganar. Si bien tienen varios caminos estrechos, deberían mantener sus cinco bancas más vulnerables y ganar dos de las cuatro bancas republicanas "impredecibles" Arizona, Nevada, Tennessee y Texas o una combinación similar.

La batalla relacionada con el juez Kavanaugh podría motivar a los electores demócratas en elecciones en la Cámara de Diputados, pero podría afectar sus chances de conservar el control del Senado, donde el partido defiende varias bancas en estados conservadores. Dakota del Norte parece inalcanzable después de que Heidi Heitkamp, ya considerada la senadora demócrata más vulnerable, votó contra el juez.

Si bien durante las últimas semanas Trump hizo campaña por muchos miembros de la Cámara de Diputados, esta semana parece estar cambiando el foco al Senado, con actos electorales en Montana, Arizona y Nevada.

En Montana, el demócrata Jon Tester acaba de perder en las encuestas, lo que da esperanza a los republicanos en un estado en el que Trump obtuvo el 57% de los votos en 2016. En Arizona, donde Trump ganó por un margen estrecho, Martha McSally, la primera piloto de caza que voló en combate, va cabeza a cabeza con la demócrata Kyrsten Sinema. En Nevada, donde ganó Hillary Clinton, el republicano Dean Heller y la demócrata Jacky Rosen están en un empate técnico.

La competencia que suscitó más interés es Texas, donde el republicano Ted Cruz enfrenta una dura prueba contra el exrockero punk Beto ORourke. ORourke obtuvoapoyo de base dada su negativa a utilizar encuestadoras y estrategas o aceptar dinero de intereses especiales. Con un resultado sorprendente, recaudó u$s 38 millones en el tercer trimestre del año.

Se corrió la voz de que ORourke formaría parte de la fórmula presidencial demócrata en 2020. Pero por ahora se está evaluando si el entusiasmo que surgió entre los demócratas puede ayudar a ganar en un estado conservador.

Los candidatos republicanos enfrentan sus propios desafíos para lograr que quienes apoyan a Trump vayan a votar. En el acto electoral de Council Bluffs, había muchos banners que decían "promesas hechas, promesas cumplidas", en referencia a que Trump cumplió sus promesas de campaña: desde retirarse del Acuerdo de París sobre cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán nuclear hasta aprobar recortes fiscales. Pero había muy pocos carteles de campaña para Young.

Mientras sonaban canciones como "Simpatía por el diablo" de los Rolling Stones, una mujer se acercó a un fanático de Trump antes de que el presidente subiese al escenario y le hizo un pedido: ¿podría sostener un banner de Young para que las cámaras lo tomen cuando filmen a Trump? Lo hizo, pero el cartel se perdía entre los miles de banners de Trump.

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