El temor a una guerra de divisas impulsa la demanda de activos refugio

A medida que crece la preocupación por la economía mundial y las tensiones entre Estados Unidos y China, se fortalecen el oro, el yen y el franco suizo y ponen a prueba a las autoridades financieras.

Mientras la tensión entre EE.UU. y China influyen en los mercados cambiarios, las autoridades que definen políticas en Suiza y Japón reciben crecientes presiones.

La decisión del Tesoro norteamericano esta semana de etiquetar a China de manipulador de divisas, después de que su banco central permitiera debilitar su moneda más allá de 7 yuanes contra el dólar, hizo que los valores de los activos considerados refugio tocaran nuevos máximos.

El oro, que tiende a subir cuando aumenta la preocupación por el crecimiento global, registró un alza 14% desde principios de año.

Las monedas refugio avanzan. El yen este año es la moneda importante con mejor desempeño, subió casi 3% contra el dólar, que cotizaba a sólo 105,90 yenes a principios de esta semana.

El franco suizo está en su nivel más fuerte frente el euro desde 2017, que se hundió a 1,0862 francos el lunes.

Tanto el Banco Nacional Suizo (BNS) como el Banco de Japón tienen antecedentes de intervenir en los mercados cambiarios cuando sus respectivas monedas suben.

Paul Hui, estratega de tipos de cambio en JPMorgan, dijo que el recrudecimiento de la guerra comercial "reafirmará, ampliará e intensificará la dinámica macro global dominante en los mercados cambiarios". Eso conduciría a una mayor solidez de las divisas como el yen y el franco.

Según Adriel Jost, director de economía en la consultora Wellershoff & Partners con sede en Zurich, la decisión de China de permitir que el yuan se debilite creó incertidumbre sobre las perspectivas para la economía global, que a su vez provocó a una fuerte demanda del franco "y probablemente lleve a mayores intervenciones del BNS".

Los datos del banco central sugieren que, en las últimas dos semana, el BNS empezó a vender francos para poner un tope a la apreciación, por primera vez en dos años.

La escalada en la guerra comercial, junto con la mayor preocupación por el crecimiento global, sugiere que el interés por el franco y el yen probablemente continúe. Pero, en medio de la atención en torno a la "manipulación de divisas" y la amenaza de guerras comerciales, las autoridades que fijan políticas enfrentan alternativas difíciles.

Ellos pueden actuar para debilitar la moneda, recortando tasas o interviniendo directamente en los mercados, o permitir que la divisa se fortalezca y correr elriesgo de dañar la economía local.

"Japón está en un mundo de sufrimiento, pero el banco central se mantuvo al margen durante todo el año y apenas recicló el lenguaje respecto del año pasado como si nada hubiera cambiado", dijo Ed Al-Hussainy, analista de monedas en Columbia Threadneedle.

Las autoridades de Japón, que antes llevaban la delantera en medidas de política monetaria innovadoras, como la flexibilización cuantitativa, mantienen la cautela.

Al igual que otros bancos centrales, el Banco de Japón no actúa. El lunes el dólar tocó el nivel de 105 yenes, lo que dejó a los operadores preguntándose si la entidad considerará una intervención. Sin embargo, la última vez que lo hizo en los mercados cambiarios fue en 2011, como parte de un esfuerzo coordinado con el Banco Central y Estados Unidos.

Las autoridades suizas, por su parte, probablemente sigan interviniendo en los mercados cambiarios, en vez de bajar la tasa clave del país y colocarla en territorio negativo.

Un imponderable es la posibilidad de que EE.UU. intervenga para debilitar el dólar, si la guerra comercial se convierte ne una guerra de monedas entre Norteamérica y China.

Como los analistas esperan que el yuan se debilite aún más hacia los 7,5 yuanes contra el dólar el año próximo, las probabilidades de que eso ocurra aumentan, según JPMorgan.

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