Davos 2020: "Pesimismo sin precedentes" entre los ejecutivos

Los asistentes al foro ven un futuro poco prometedor a raíz de la desaceleración de comercio, el cambio climático, el avance del populismo y las dudas sobre el futuro del capitalismo

Las tensiones comerciales, el cambio climático, el avance del populismo y las dudas sobre el futuro del capitalismo son todos temas que pesan sobre las perspectivas de los negocios globales, según los ejecutivos que se reunieron en el centro turístico suizo Davos la semana pasada.

Los ejecutivos pasaron de sentir un optimismo récord hace dos años a mostrar en la actualidad un pesimismo sin precedentes, según una encuesta de PwC publicada a principios de la semana pasada que mostró el estado de ánimo de los participantes del evento anual.

La sensación de cautela se afianzó a raíz de un informe publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en la víspera de su encuentro anual, que indicaba que las diferentes visiones sobre el desastre ambiental ocupaban los cinco primeros lugares de la lista de riesgos que ven los miembros del WEF para este año.

"Recuerdo sólo un Davos en el que la gente sentía optimismo, y no es éste", dijo Dan Glaser, CEO de Marsh & McLennan, a sus colegas y clientes durante una cena la semana pasada.

La creciente atención a los costos del calentamiento global y el avance del populismo han creado una "disonancia cognitiva" en los ejecutivos de Davos que vivieron años de crecientes utilidades y precios de las acciones, observó un alto ejecutivo del área de private equity. "Hay cierto desconcierto. El mercado está 30% arriba, pero no parece que haya subido eso", comento aunque sin especificar a qué mercado se refería.

El mayor sentimiento anticapitalista -y lo que los asistentes del evento de Davos deberían hacer al respecto- ocupa un lugar destacado en la lista de preocupaciones de los altos ejecutivos. Muchos de ellos afirmaron que podían y debían reformar el sistema para que atraiga a un grupo de participantes que abarque más que los inversores financieros a los que han dado prioridad durante mucho tiempo.

Paul Tudor Jones, un inversor de hedge funds cuyo grupo Just Capital durante años se ocupó de fomentar modelos de negocio más amigable con los empleados, los clientes y el planeta, contó. "Hemos sido una voz solitaria en el desierto y luego, de repente, cambió".

Cuando en una cena privada en Davos se preguntó a 40 altos ejecutivos si alguno de ellos todavía apoyaba la teoría de Milton Friedman de 1970 de que la única responsabilidad de una empresa es hacia sus accionistas, no se levantó ni una sola mano.

Es necesario tomar medidas para que los empleados, clientes y demás no se cansen de las promesas de sustentabilidad que hacen las empresas, coincidieron los ejecutivos. "Necesitamos pasar de la visión a la ejecución y a la acción tangible y tenemos que hacerlo rápido", afirmó Julie Sweet, CEO de Accenture.

"Hay que aportar un sentido de urgencia" para convertir las promesas de sustentabilidad en acciones", señaló Natarajan Chandrasekaran, presidente de Tata Sons de India.

Sin embargo, algunos ejecutivos dudan de que eso vaya a suceder. La actitud de los CEO ha evolucionado, dijo Maurice Lévy, de Publicis, pero expresó sus "reservas" sobre cuánto cambio concreto se vendrá a continuación.

Mientras tanto, las dudas que persisten sobre las perspectivas de la economía mundial siguen sin resolverse.

La abrumadora mayoría de los inversores y ejecutivos todavía piensa que 2020 será un año de crecimiento, pero eso se debe en parte a que esperan que los bancos centrales mantengan bajas las tasas de interés. "Nadie debería apostar en contra de los bancos centrales", dijo Anne Richards, CEO de Fidelity International.

Esto colocó los precios de los activos en niveles que no se concilian fácilmente con los fundamentals básicos, admiten muchos ejecutivos financieros. Y hubo un reconocimiento generalizado en Davos de que en los próximos años habrá un ajuste.

El presidente estadounidense Donald Trump subrayó en un discurso pronunciado el martes en Davos que los inversores esperan que la economía norteamericana impulse el crecimiento global que, de lo contrario, sería más modesto.

"La verdadera pregunta para el mundo ahora es qué está pasando con el consumidor americano y el consumidor parece estar bien", dijo Brian Moynihan, CEO de Bank of America.

En cuanto a la tregua comercial entre EE.UU. y China, explicó Martin Sorrell, el ex CEO de WPP que ahora dirige S4 Capital, "hay optimismo en cuanto a la fase uno, pero existe cierta preocupación sobre si se firmará la segunda fase", dijo.

Durante las recepciones con champán, los ejecutivos hablaron de la sensación de que la fiesta debe terminar, pero pocos pronosticaban una desaceleración global en el corto plazo.

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