Cuál es la teoría conspirativa contra Soros que se torna global
El multimillonario se ha convertido en blanco de odio tanto en Estados Unidos como en Europa
Hace tres años, el primer ministro de Hungría acusó al multimillonario George Soros de intentar inundar el país con migrantes del Medio Oriente.
En las últimas semanas, ha surgido en EE.UU. una acusación similar contra el magnate Soros: los teóricos de las conspiraciones online y algunos políticos republicanos lo han acusado, sin pruebas, de financiar una caravana de migrantes centroamericanos que se dirige a la frontera estadounidense.
Cuando le preguntaron esta semana si Soros está apoyando financieramente el avance de los migrantes, el presidente estadounidense, Donald Trump , dijo: "No sé quién lo está haciendo, pero no me sorprendería. Mucha gente dice que sí".
Soros niega cualquier conexión. La frecuencia de tales afirmaciones infundadas en EE.UU. pone de manifiesto la grieta que se abrió en lo que se refiere a la inmigración ilegal, uno de los temas favoritos de la campaña de Trump.
Pero también muestra cómo el antisemitismo y las teorías conspirativas se propagaron de la periferia política hacia la corriente política dominante, tanto en Europa como en EE.UU.
El enfrentamiento entre Soros y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, se intensificó en 2015, cuando una gran oleada de migrantes del Medio Oriente viajó a Europa central ese año. "Él es un ejemplo de quienes apoyan cualquier cosa que debilita a los Estados nacionales", aseguró en aquel entonces durante una entrevista radial Orban refiriéndose a Soros, que nació en Budapest. "Estos activistas que apoyan a los inmigrantes se convierten inadvertidamente en parte de esta red internacional de tráfico de personas".
Soros ha negado cualquier plan de este tipo, pero argumentó en una columna de 2016 que la UE podría reducir la migración ilegal fortaleciendo sus fronteras exteriores y comprometerse a aceptar 300.000 refugiados por año.
Laura Silber, portavoz de la Open Society Foundation del multimillonario, dijo que, aunque las conspiraciones sobre Soros habían existido en la periferia política debido a su gran riqueza, la campaña del gobierno húngaro había llevado estas conspiraciones a nuevos niveles. Recordó una campaña en la que se imprimió la cara del sobreviviente del holocausto en el piso de los ómnibus públicos para que los pasajeros la pisaran, algo que comparó con la propaganda de la era nazi.
Pero Gyorgy Schopflin, Diputada al Parlamento Europeo del partido gobernante Fidesz de Hungría, dijo que el origen judío de Soros no tiene nada que ver con la controversia.
"El gobierno reconoció que las ONG financiadas por Soros estaban ocupadas haciendo todo lo posible para que Hungría sea un país de migrantes", dijo.
La disputa se ha intensificado. La universidad que fundó el multimillonario en Budapest en 1991 mudará la mayoría de sus cursos a Viena después de quejarse de haber sido "obligada" a abandonar Hungría debido a las exigencias del gobierno.
La administración Trump le ha dado cierto apoyo a la Universidad Centroeuropea (CEU, por sus siglas en inglés) de Soros en su batalla con Orban. Pero el presidente y muchos de sus partidarios también han demonizado al magnate.
El especulador financiero participó por primera vez en la escena política de EE.UU. en 2004, después de invertir u$s 27 millones en un intento fallido de evitar la reelección de George W. Bush. Aportó cantidades similares en campañas demócratas, incluyendo la de Hillary Clinton, en 2016. En las elecciones actuales, ya desembolsó más de u$s 10 millones.
Soros es ahora un blanco bien definido de los ataques republicanos. Un anuncio de campaña sobre el final de la exitosa campaña presidencial de 2016 de Trump apuntaba a él, a la ex presidenta de la Reserva Federal de EE.UU. Janet Yellen y Lloyd Blankfein de Goldman Sachs, quienes también son judíos, y sugería que el multimillonario estaba entre quienes movían "las palancas del poder en Washington".
La campaña electoral para las elecciones de medio término en EE.UU. siguió con el tema. La imagen de Soros apareció el mes pasado en un anuncio de campaña en Minnesota, sentado detrás de enormes pilas de dinero.
"El multimillonario George Soros financia la resistencia", entonaba el narrador en el anuncio, uno de los varios avisos relacionados con el magnate publicados por el Comité del Congreso Nacional Republicano.
Matt Gaetz, un legislador republicano de Florida, también sugirió falsamente en Twitter el mes pasado que Soros estaba financiando la caravana de migrantes de Centroamérica, una acusación repetida por comentaristas conservadores en Fox News.
Al mismo tiempo, el multimillonario ha sido amenazado con violencia, a raíz de las teorías conspirativas que crecen a su alrededor.
Soros fue el primero de una docena de liberales prominentes en recibir bombas caseras, las cuales según las autoridades fueron enviadas por Cesar Sayoc, un conspirador de Florida que mencionó al magnate en repetidas ocasiones en Twitter.
Robert Bowers, el hombre acusado de matar a 11 fieles judíos hace unos días, también se enfocó en la caravana de migrantes en su actividad en las redes sociales, en las que a menudo mostraba imágenes antisemitas y teorías conspirativas.
La semana pasada, Kevin McCarthy, el Líder de la Mayoría Republicana de la Cámara de Representantes, publicó un tuit acusando a Soros y otros dos multimillonarios de ascendencia judía —Michael Bloomberg y Tom Steyer— de intentar comprar las elecciones. La oficina de McCarthy, que ha condenado la reciente violencia, negó que el anuncio fuera un mensaje codificado, pero eliminó el tuit después del incidente de las bombas caseras.
Robert Goldberg, profesor de la Universidad de Utah y autor de un libro sobre la cultura de conspiración en EE.UU., dijo que si bien no era nuevo que un banquero judío rico fuera el chivo expiatorio de extremistas marginales, las teorías conspirativas ahora se difunden más rápido con las redes sociales. "Las teorías conspirativas se volvieron normales", aseguró.