¿China refugio de inversores?: la paradójica recomendación de los analistas para comprar en el país donde empezó el coronavirus
Las perspectivas de los mercados del gigante asiático son atractivas comparadas con prácticamente todos los demás lugares. ¿Por qué?
Parece curioso que el país donde se originó el brote de coronavirus -China- ahora sea un buen lugar para que los inversores se protejan de los efectos de la enfermedad.
Sin embargo, hay varias razones para creer que las perspectivas de los mercados de China continental son atractivas comparadas con prácticamente cualquier otro lugar, ya sea en términos de política, de factores macroeconómicos o de solidez de algunos sectores en particular.
Es cierto que el gigante asiático está recibiendo un duro golpe, y será igual por algún tiempo. Los economistas de JPMorgan estimaron esta semana que el PBI del primer trimestre se contraerá casi 50%. Advirtieron que fueron débiles los números de enero y febrero para la producción industrial, las ventas minoristas y la inversión en activos fijos.
Pero entre las razones del relativo optimismo, una de las más importantes tiene que ver con que las autoridades de ambos lados del Pacífico están respondiendo a la crisis de manera diferente. El fundador de un hedge fund con sede en Hong Kong lamentó la semana pasada que "a los bancos centrales de los mercados desarrollados pronto no les quedará nada", refiriéndose a las tasas de interés cercanas a cero y a todo tipo de programas de expansión monetaria ya en marcha.
"La Reserva Federal siguió construyendo sobre la burbuja", dijo el fundador. "Ahora, estamos cerca del momento en que ya no funcionarán la política monetaria y la flexibilización cuantitativa (QE)".
Por el contrario, China parece tener opciones. Según Taimur Baig, economista jefe de DBS en Singapur, los responsables de la política monetaria del país "son inteligentes" porque actúan con precaución. Según Baig, el Banco Popular de China podría haber inundado todos los mercados con liquidez para aliviar todo tipo de tensiones. Pero eso no habría sido consecuente con el "imperativo económico" de conseguir que las empresas chinas dependan menos de la deuda para financiar su crecimiento.
Por el contrario, la entidad adoptó un enfoque más específico, alentando a los bancos a conceder préstamos a las pequeñas y medianas empresas que sostienen tantos empleos. Y si bien el banco central ha reducido el encaje bancario exigido a los bancos, dejó intactas las tasas de interés para los depósito. Esto permite a los hogares seguir ganando algo con sus ahorros, a diferencia de los consumidores de Japón, Europa y Estados Unidos.
Además, precisamente porque el primer trimestre fue tan horrible en China, el segundo trimestre se verá mucho mejor en comparación. "Si estamos en lo cierto, China será la primera en entrar y salir de una desaceleración inducida por un virus", escribieron los economistas de JPMorgan, mencionando las recuperaciones en los seguimientos diarios de la actividad económica del banco.
Parte de ese optimismo se refleja en los precios de los activos, que se muestran más resilientes que en muchos mercados de otros lugares. El índice de referencia de las acciones chinas, el CSI 300, cayó alrededor de 12% desde principio de año, menos de la mitad del derrumbe que registró el S&P 500 en Estados Unidos. El yuan se mantiene razonablemente estable frente al dólar, mientras que en los mercados de bonos están entrando volúmenes récord de fondos provenientes de inversores extranjeros.
Mientras tanto, empieza a volver la normalidad en las calles ya no desiertas de las ciudades de China.
Zhang Yichen, jefe de Citic Capital y gran inversor de la cadena de restaurantes McDonald's en China y Hong Kong, dijo que los consumidores "todavía están bien". El 90% de nuestros [restaurantes] están abiertos y vemos una recuperación del 80% en volumen".
Otros comparten su optimismo. Rebecca Chua, fundadora de Premia Partners, una firma especializada en fondos cotizantes de Asia, dijo que los efectos económicos del brote viral no se han sentido en tus totalidad en muchas partes del mundo. Pero en China, comentó, "estamos viendo sorpresas positivas".
Una de ellas es lo que Chua llama la "digitalización acelerada" de la economía, causada en parte por los cierres forzosos. Con la suspensión de las clases en muchas escuelas, Ding Ding de Alibaba -una plataforma de comunicación gratuita, conocida como DingTalk fuera de China- registró un gran aumento del volumen de actividad. Muchas empresas incorporaron a todo su personal en WeChat Enterprise de Tencent, para que compartan documentos y aprovechen sus características similares a las del Zoom para comunicarse en un mundo virtual.
El miércoles, cuando Tencent informó los resultados del cuarto trimestre, dijo que 1160 millones de cuentas de usuario se habían conectado al menos una vez en diciembre a través de sus plataformas Weixin y WeChat, un 6% más que hace un año. "No es sólo que haya más tráfico", agregó Chua. "El cambio de comportamiento es enorme".
Y apuntalando todo esto hay un profundo cambio estructural. Desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio hace casi 20 años, la demanda del país benefició al resto del mundo, ya que importa materias primas provenientes de los mercados emergentes y bienes y servicios de lujo de los países desarrollados. Después de la crisis financiera de 2007-09, también la demanda impulsada por el estímulo de China contribuyó a impulsar la recuperación mundial.
Ahora, sin embargo, a medida que China pasa de ser exportador de capital a ser importador de capital, es probable que eso cambie. "No hay coordinación global", dijo la administradora del hedge fund. "China esta vez no tiene ningún incentivo para rescatar al resto del mundo."
Traducción: Mariana Oriolo