China lidera el mercado de pases de futbolistas

Los clubes de fútbol chinos este invierno boreal hicieron inversiones como nunca en su búsqueda de talento entre las ligas más ricas del mundo. Acordaron costosos pases en pos de hacer realidad el sueño del presidente Xi Jinping de que el país se convierta en un peso pesado en el fútbol mundial.

Los clubes chinos participan en tres de los cuatro mayores contratos del mercado de pases de este invierno (boreal), el período a mitad de temporada europea donde se pueden hacer ofertas por jugadores de otros clubes y que acaba de finalizar en la mayoría de las ligas.

El auge del mercado de pases en China llega en un momento en que está entrando mucho dinero al fútbol chino, proveniente en general de los magnates que buscan favores políticos, pero también se debe a una ola de auténtico optimismo sobre las perspectivas del fútbol en este país, que busca el desarrollo de los deportes.

Varios jugadores latinoamericanos y europeos han firmado contratos con clubes chinos. En enero, el mediocampista brasileño del Chelsea Ramires se marchó al Jiangsu Suning por 28 millones de euros (u$s 31 millones), un récord para la Super Liga China; Hebei China Fortune compró al delantero de Costa de Marfil Gervinho a la Roma por 18 millones de euros; y el Shanghai Shenhua adquirió al colombiano Fredy Guarín al Inter de Milán por 13 millones de euros, según cifras de Transfermarkt.

"Estos chicos son figuras de renombre", dijo Mark Dreyer, fundador del blog Chinasportsinsider.com. "Todo el mundo está tratando de impresionar a los demás y superar a los demás clubes con grandes pases. Todo esto se debe a la afluencia de dinero", agregó.

Los analistas estiman que la Super Liga de China es la mejor de Asia, pero todavía está muy lejos de los torneos europeos. China es también el destino para que los jugadores de élite que ya han pasado su mejor momento saquen más provecho de su fama, similar a Estados Unidos, donde Pelé y David Beckham pasaron los años previos a su retiro.

Los chinos más adinerados siguen respondiendo a las señales políticas que hay en el fútbol. Xi es un ávido aficionado al fútbol y a menudo se dice que una de sus metas como líder es ayudar a China a clasificar para el Mundial, e incluso ser el anfitrión.

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