Chile propone más apertura económica frente a la guerra comercial

El ministro de Hacienda ve en el futuro al país trasandino como un centro financiero regional, dada su reputación como modelo de estabilidad, buena gobernanza y gestión económica sensata.

Chile, uno de los mercados emergentes más abiertos del mundo, quiere responder a la guerra comercial global abriéndose aún más y posicionándose como un centro financiero regional, según cuenta su ministro de Hacienda Felipe Larraín.

Los vientos en contra derivados de la batalla comercial entre China y Estados Unidos, los dos mayores mercados de exportación de Chile, zarandearon al país sudamericano y forzaron a los analistas a reducir a cerca de 2% sus pronósticos de crecimiento para 2019.

"Enfrentamos una guerra comercial y un escenario internacional complicado, pero estamos respondiendo con más apertura y mejor acceso", aseguró Larraín a Financial Times durante una visita a Londres, donde esta semana encabezó el evento anual con inversores ChileDay. Chile tiene acuerdos comerciales con 64 países que abarcan el 86,3% del PBI global y apunta a elevar esa cifra.

Un ejemplo de las consecuencias involuntarias de la guerra comercial se observó cuando un cargamento de nueces chilenas dirigido a India quedó sujeto a un gravamen que fijó Nueva Delhi en represalia a los aranceles sobre su acero impuestos por EE.UU. Como, según la Organización Mundial de Comercio, India no podía imponer derechos aduaneros a productos provenientes de un sólo país, decidió que el gravamen recayera sobre todas las nueces sin importar su país de origen.

"Quedamos atrapados en el medio", contó Larraín. "Si bien nuestro país tiene la mayor red de acuerdos de libre comercio en el mundo, tuvimos un primer semestre muy difícil", continuó. Pero insistió en que un crecimiento "cercano a 3%" todavía es posible este año, y que podría subir a entre 3% y 3,5% en 2020.

El principal mercado de Chile es China, que representa una tercera parte de sus exportaciones y cerca de dos veces lo que le vende a EE.UU. Santiago es muy partidario de fomentar los lazos con Asia mediante el Acuerdo de Asociación Transpacífico (CPTPP), que agrupa 11 países asiáticos y latinoamericanos.

Mientras se completa la ratificación de tratado CPTPP, Chile aboga por ampliar el bloque para incluir países como el Reino Unido, comentó Larraín. "El acuerdo original perdió impulso cuando Estados Unidos se retiró, pero ahora es uno de los acuerdos más interesantes". Chile también fue el primer país en negociar un acuerdo comercial para después del Brexit con Gran Bretaña, agregó.

Chile hace muchos años que busca no depender del cobre, materia prima que representa casi la mitad de sus exportaciones. Los precios del metal disminuyeron abruptamente como resultado de los efectos que tiene la guerra comercial en China, su principal consumidor.

La coalición de centroderecha de Sebastián Piñera ahora espera aprovechar la reputación del país como modelo de estabilidad, buena gobernanza y gestión económica sensata para promoverlo como centro financiero regional.

El gobierno se está asegurando la aprobación legislativa de un proyecto de reforma tributaria que simplifica el régimen impositivo, elimina el tratamiento discrecional al financiamiento local y extranjero, y lo hace más sencillo para los extranjeros.

Larraín, ex economista del Banco Mundial y graduado de Harvard, reconoció que convertir a la nación en un centro financiero regional es una ambición más fácil de delinear que de lograr, pero afirmó que el hecho de que el país sea pequeño no es un obstáculo.

Entre las ventajas competitivas de Chile se encuentran el estado de derecho, la profundidad de los mercados financieros locales y el reducido riesgo soberano, comentó. "Para las empresas medianas, podría ser un mercado donde se puedan emitir bonos y hacer ofertas públicas de acciones. Creo que tenemos una gran oportunidad para crecer".

María Luisa Puig, una especialista en mercados latinoamericanos de la consultora Eurasia Group, describió los esfuerzos de Chile por diversificar su economía como un "proyecto en desarrollo" que llevará muchos años. Señaló que como Piñera no tiene mayoría en el Congreso, se demoraron las reformas y eso achica la ventana para su aprobación antes del próximo ciclo electoral que comienza en un año.

En paralelo, el banco central inició un proceso apuntado a que el peso chileno sea incorporado en el sistema de pagos internacional conocido como Continuous Linked Settlement (CLS), que liquida operaciones en 18 de las divisas más importantes del mercado cambiario a nivel global. El proceso podría completarse en 2021 y el peso chileno sería la primera moneda sudamericana en transar en dicho sistema, que es gestionado por el CLS Bank en Nueva York. Así, el peso chileno se sumaría al mexicano como las únicas monedas latinoamericanas con transacción internacional.

La iniciativa forma parte del constante esfuerzo de Chile por escapar de la trampa de los ingresos medios, donde pueden quedar atrapadas las economías emergentes cuando su desarrollo se detiene.

Traducción: Mariana Oriolo

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