Bicicletas eléctricas revolucionan el transporte urbano

Aunque la industria prometía vehículos autónomos, las ciudades adoptan el modelo de "micromovilidad", más práctico y adaptable. Las patinetas son las estrellas del momento

Los coches autónomos — una revolución prometida desde hace mucho tiempo — sólo están disponibles para cientos de personas en un puñado de sitios del mundo. Pero las bicicletas y patinetas eléctricas son cada vez más omnipresentes en docenas de ciudades.

Tal vez parezca ridículo colocar a las patinetas — que se asemejan a juguetes — en el mismo grupo que los coches autónomos. Pero ambas intentan resolver muchos de los mismos problemas: proporcionando alternativas a los automóviles tradicionales para reducir la congestión y las emisiones. La diferencia es que están abordando el problema de diferentes maneras, y sólo uno de ellos está usando el manual tradicional de Silicon Valley.

Ya ha pasado una década desde que Google comenzó a trabajar en los vehículos autónomos. Hace siete mese, el equipo de Google, ahora llamado Waymo, lanzó el primer servicio de taxis autónomos disponible comercialmente. Es un verdadero avance, pero se limita a las soleadas calles suburbanas de Phoenix, Arizona.

A pesar de las continuas promesas de Elon Musk de Tesla de que la autonomía está a la vuelta de la esquina, gran parte de la industria de la tecnología se ha vuelto más pesimista sobre las perspectivas a corto plazo de la disponibilidad de los robotaxis. Las empresas más pequeñas están luchando para continuar en el negocio; una empresa prominente, Drive.ai, se vendió a Apple el año pasado.

Por el contrario, en los últimos dos años, miles de bicicletas eléctricas y patinetas eléctricas han aparecido en las calles de Europa, América del Norte, Asia y América Latina. Estos vehículos "sin muelle" se pueden alquilar usando una aplicación, que es más conveniente que muchos de los sistemas de bicicletas públicas con estaciones de acoplamiento.

Hay preguntas válidas sobre la seguridad, la regulación y la durabilidad de los patinetas eléctricas. Queda por verse si las nuevas empresas pioneras en "micromovilidad", como Bird y Lime, que son propietarias y operan los alquileres sin muelle, podrán ser rentables.

No obstante, después de un largo y difícil invierno, cuando las condiciones obligaron a las patinetas eléctricas a abandonar las carreteras, el advenimiento de la primavera en el hemisferio norte ha visto un renovado auge. De acuerdo con Second Measure, que analiza los datos de compra, el crecimiento de las ventas de Bird ya está por encima de su nivel máximo a fines del año pasado. Alemania ha legalizado a las patinetas eléctricas y, aunque éstos siguen siendo ilegales en el Reino Unido, las bicicletas eléctricas de Uber, Jump, Lime y otros ya están proliferando en Londres.

Cuando alguien anda en bicicletas y patinetas con impulso eléctrico puede sentir que ha ganado una superpotencia. Una amiga no podía dejar de sonreír después de la primera vez que usó una. Me dijo que le había dado la misma sensación de velocidad y libertad que sintió al aprender a andar en bicicleta cuando era niña.

Siguen surgiendo preguntas legales, especialmente a raíz de los informes de lesiones, e incluso muertes, provocados por las patinetas eléctricos. Muy pocos pilotos usan cascos. París, que adoptó el enfoque más laissez-faire con respecto al uso de los patinetas eléctricas en sus calles, ahora trata de controlarlos después de que más de una docena de compañías lanzaron bicicletas eléctricas en la capital francesa, provocando un atasco notable en las carreteras.

Hace poco, la posibilidad de un auge repentino de coches autónomos tenía a la gente preocupada. Hubo temores de que los robotaxis entrarían en circulación antes de que las autoridades estuvieran preparadas para regularlos. Actualmente el problema se ha revertido: los legisladores carecen de los datos de uso de la vida real que necesitan para elaborar las nuevas reglas en las rutas; las empresas no reciben la retroalimentación que necesitan para rediseñar los autos para la era autónoma.

Mientras tanto, miles de bicicletas y patinetas eléctricas ya están disponibles y evolucionan rápidamente. Muchos operadores de alquiler envían datos a las autoridades de las ciudades sobre dónde y cómo se utilizan sus flotas. Eso provoca cambios sutiles en la infraestructura urbana. Incluso en la City de Londres se están pintando nuevos espacios de estacionamiento marcados "sin muelle" en las aceras para animar a usuarios a dejar sus bicicletas en lugares seguros y convenientes.

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