Aliko Dangote, el hombre más rico de frica, sueña con comprar el Arsenal

En su yate en Lagos, el multimillonario habla acerca de su ambiciosa refinería de petróleo que podría costarle u$s 12.000 millones

Como regla general, no me entusiasman las refinerías de petróleo. Pero la que gradualmente toma forma en 2500 hectáreas de pantanos en las afueras de Lagos, la capital comercial de Nigeria, es tan grande, tan atrevida y tan potencialmente transformativa que es como el alunizaje de África y su Canal de Panamá, una pirámide de la era industrial.

Si Aliko Dangote, el multimillonario empresario detrás de lo que incluso él llama su "loco" proyecto de u$s 12.000 millones, puede lograrlo, pasará a la historia como la combinación de John D. Rockefeller, Andrew Carnegie y Andrew Mellon del continente africano. Y una vez que lo haya construido, intentará darse un pequeño placer: comprará el Arsenal, su club de fútbol favorito.

"Cuando terminemos este proyecto, por primera vez en la historia, Nigeria será el mayor exportador de productos derivados del petróleo en África", me dice, haciendo uso del cliché para describir un proyecto de una ambición faraónica.

Cuando esté en funcionamiento procesará 650.000 barriles de petróleo por día, un tercio de cada gota que produce Nigeria y se acercará al 1% de la producción mundial. Eso la convertirá en la mayor refinería de petróleo de este tipo en el mundo. Como una función secundaria, producirá todo el plástico que los 190 millones de habitantes de Nigeria necesitan además de 3 millones de toneladas de fertilizantes al año.

Para hacer las cosas más interesantes, Dangote está construyendo todo eso en un pantano. (Al menos es un pantano con incentivos fiscales). Eso requiere enterrar 120.000 pilotes, que en promedio tienen 25 metros de largo. Ningún puerto en Nigeria es lo suficientemente grande como para recibir los enormes equipos, que incluyen una torre de destilación de la altura de un edificio de 30 pisos, y ningún camino es lo suficientemente sólido como para soportar su peso. Dangote ha tenido que construir ambos, incluyendo un embarcadero para el cual ha dragado el lecho marino para extraer 65 millones de metros cúbicos de arena.

No hay suficiente gas industrial en todo el país para soldarlo todo, por lo que Dangote construirá su propia planta de gas industrial. No hay suficientes camiones, por lo que los está produciendo en una empresa conjunta con una compañía china. La planta necesitará 480 megavatios de potencia, aproximadamente una décima parte del total que Nigeria, un país que necesita más electricidad, puede generar. Ya lo adivinaste. Dangote construirá su propia planta eléctrica también.

Durante años y de forma absurda Nigeria ha exportado todo su petróleo como crudo y luego ha reimportado el petróleo refinado, como la gasolina y el benceno. Ésa ha sido una estafa lucrativa para los intermediarios que manejan los contratos de importación y que inventan formas de estafar un sistema distorsionado por los subsidios.

Dangote dice que ha evitado el comercio de petróleo debido a su reputación de corrupción. Muchos de los multimillonarios actuales derivan sus fortunas de cosas intangibles: el Internet, los medios de comunicación, la banca o los fondos de cobertura. Dangote ha hecho su dinero con cosas más prosaicas: sal, azúcar, harina y, sobre todo, cemento. Muchísimo cemento.

Con 61 años de edad, la mayoría de los nigerianos asumen que Dangote es más duro que cualquiera. Aunque para muchos es un héroe que construye fábricas, emplea a miles de personas y reinvierte su dinero en su país, para otros es un villano: un monopolista despiadado que exprime los favores del gobierno de turno y aplasta la competencia como se aplasta la piedra caliza en una mezcladora de cemento.

En persona, es el encanto mismo, un hombre de voz suave, con una cara agradablemente redonda, pelo corto y un bigote canoso tan delicadamente recortado que casi no se ve. Proyecta integridad y humildad, incluso piedad. Dangote es un multimillonario cuya fortuna asciende a los u$s 14.000 millones y es la 100° persona más rica del mundo, según Forbes.

No esconde la forma en que obtuvo su gran oportunidad, la cual lo transformó de un hombre rico y por lo que parece un poco diletante en un coloso comercial cuyos intereses se extienden por todo el continente. Sucedió un día, poco después de la elección en 1999 de Olusegun Obasanjo, el ex líder militar que había acogido el movimiento del país hacia la democracia al postularse para la presidencia. Dangote contribuyó tanto a esa campaña como a su posterior reelección en 2003.

"Obasanjo me llamó para reunirme con él", dice Dangote, recordando la citación presidencial. Quería saber por qué Nigeria no producía cemento, en vez de importarlo por barco. Dangote le respondió que era más rentable comerciar que producir. Sólo valdría la pena si las importaciones estuvieran restringidas. Obasanjo estuvo de acuerdo. Dangote nunca miró hacia atrás.

Actualmente el indiscutible Rey del Cemento de África, produce cemento en 14 países.

Los críticos dicen que Nigeria paga más por el cemento de lo que debería, lo cual reduce la inversión en la construcción y la vivienda. Cuando le digo eso, inmediatamente busca su teléfono, y revisa los precios de hoy en Ghana, Benín y Costa de Marfil. Su propio precio es competitivo, dice, y agrega que las personas a menudo se olvidan de los altos costos de transporte de la importación.

Para Dangote, los problemas surgen en un país u otro y constantemente cruza el continente en avión. En Tanzania, donde construyó una planta de cemento de u$s 650 millones, ha estado batallando con el presidente por una amenaza de confiscación de activos. No mucho después de que conocí a Dangote, su gerente nacional en Etiopía fue asesinado.

Sus ambiciones están cambiando. Habla de retirarse del negocio, concentrarse en la estrategia y dejar que otros manejen las cosas cotidianas.

Sigue siendo el mayor defensor de Nigeria, aunque niega sistemáticamente la ambición política. Si se postulara para presidente, no se debería apostar en su contra. "Nigeria siempre ha tenido una falta de liderazgo visionario", es lo más se le acerca a una declaración de intención política de su parte. "No hay ningún país en África que tenga la energía de aquí".

Es menos evasivo en cuanto a otra ambición: sus planes con el Arsenal, un equipo de fútbol de la Premier League que ha apoyado durante mucho tiempo. "Me encanta el Arsenal y definitivamente voy a ir por él", dice con naturalidad, como si discutiera el último modelo de iPhone. Calcula que vale aproximadamente u$s 2000 millones. Frustrado por el declive del club bajo la batuta de Arsène Wenger, el entrenador recientemente reemplazado, dice que, como propietario, se involucraría en la reconstrucción del equipo. "Cuando lo compre, tendré que ponerlo a la altura de las expectativas de nuestros seguidores".

Pero primero tiene que construir una refinería. "Cuando lo visites, verás el dolor de cabeza del que estoy hablando", dice sobre un proyecto en el que ha invertido más de US$6 mil millones de su propio dinero. "Una vez que haya terminado con ese dolor de cabeza, me encargaré del fútbol"

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