REFLEXIONAR SOBRE EL ANIVERSARIO AYUDA A ENTENDER CÓMO SE GESTÓ

A diez años de su inicio, la crisis financiera dejó algunas lecciones

Hoy se entiende que si hay certeza de que las pérdidas tendrán que producirse, se puede paralizar el sistema. Y que es mejor que se cristalicen rápido en su totalidad

Para algunos, ayer fue el 10º aniversario del inicio de la crisis financiera global. El 9 de agosto de 2007 fue el día que BNP Paribas, el banco francés, congeló tres fondos de inversión. Los inversores con dinero colocado en títulos valores repentinamente tóxicos vinculados a bienes raíces estadounidenses ya no podían retirar efectivo de sus inversiones.

Hay que reconocer que esa fecha es siempre un poco arbitraria. Algunos juran que fue el 22 de junio de 2007, cuando Bear Stearns tuvo que rescatar dos hedge funds que había comercializado, que estaban incurriendo en grandes pérdidas con los títulos valores respaldados por hipotecas. Durante los meses del verano boreal de 2007 se produjo un rápido deterioro del valor de mercado de muchos productos financieros, una señal de que el episodio de Bear Stearn generó preocupación en el mercado en general que condujeron a la medida que luego tomó BNP.

Pero deberíamos tener en mente las dos fechas, porque juntas esbozan la anatomía básica de la crisis financiera. Y lo hacen aún mejor cuando se las suma a otra fecha: abril de 2006, cuando los precios de las viviendas en Estados Unidos llegaron a su nivel máximo, y comenzó una caída inesperada y sin precedentes en todo el país.

El efecto que tuvo el menor valor de las viviendas en la calidad de los préstamos que se habían pagado por ellas es lo que predeterminó el acontecimiento del 22 de junio. La medida de Bear Stearns fue el primer claro reconocimiento de que los activos en los que habían invertido sus fondos valían mucho menos de lo que casi todos pensaban. Fue la primera señal clara de las pérdidas no realizadas en Estados Unidos y, por extensión, en el sistema financiero global. En resumen, fue la primera clara revelación de un problema de solvencia.

El suceso del 9 de agosto marcó la siguiente etapa, donde las dudas sobre la solvencia se convirtieron en un problema de liquidez. Al hecho de que BNP congelara los fondos le siguió un inmediato endurecimiento de los préstamos entre las instituciones financieras. El Banco Central Europeo reaccionó con una inyección inmediata de liquidez al sistema bancario.

La línea de tiempo de tres puntos verano boreal 2006, junio 2007 y agosto 2007 y la cadena de acontecimientos que representa forma un modelo de las crisis de deuda en general. Primero, la apreciación del valor impulsada por un auge del crédito llega a su fin y se revierte. Segundo, queda expuesta la ausencia de valor que los inversores habían esperado encontrar (el problema de solvencia). Y tercero, la presencia de problemas de solvencia, cuya magnitud exacta y ubicación son inciertas, conduce a una crisis de liquidez, porque los inversores nerviosos intentan ser los primeros en alcanzar la seguridad antes de que se acabe el dinero.

El suceso de solvencia del 22 de junio puede, por lo tanto, ser considerado la señal de alarma del derrumbe total de Bear Stearns en marzo de 2008. El acontecimiento de liquidez del 9 de agosto se puede tomar como el indicador de la corrida bancaria de Northern Rock en el Reino Unido un mes después. Y juntos presagian la desaparición de Lehman Brothers y Washington Mutual en septiembre de 2008, con la reacción en cadena que se produjo en las instituciones financieras de todo tipo en todo el mundo.

Por lo tanto, vale la pena reflexionar sobre los aniversarios. No sólo debido a la emoción de revisar los acontecimientos que tuvieron lugar hace diez años, sino también porque ayuda a condensar los elementos esenciales de una crisis.

Esos elementos son dos. El primero es el reajuste de las expectativas sobre cuánto del valor económico allí es suficiente, y en particular el hecho de que los participantes del mercado se den cuenta de que no alcanza con pagar todos las obligaciones acumuladas durante el auge. El segundo es la proliferación de incertidumbre a través de la red de fondos de liquidez de corto plazo que las instituciones financieras se facilitan entre sí.

También hay un indicio acá sobre cómo manejar bien una crisis. La certeza de que las pérdidas tendrán que producirse, combinada con la creciente incertidumbre sobre dónde caerán las pérdidas es lo que puede paralizar el sistema. La lección es que cuanto más rápido se cristalicen las pérdidas en su totalidad, mejor. Eso requiere de decisiones políticas difíciles pero tal como demostraron los últimos diez años, la indecisión finalmente impone un costo muy superior.

Temas relacionados
Más noticias de Crisis financiera

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés