FIRME RECHAZO ESPAÑOL A UN REFERÉNDUM EN CATALUÑA

Un sí de Escocia no romperá el hielo de Madrid para los separatistas catalanes

Funcionarios españoles sostienen que la Constitución habla de la unidad indisoluble de la Nación. Consideran al referéndum escocés como una gran equivocación y aseguran que ellos no cometerán la misma equivocación

Son demasiado respetuosos como para decirlo directamente, hasta en ámbitos privados. Sin embargo, a los funcionarios españoles les resulta difícil ocultar su enojo con el drama político que se está viviendo en las islas británicas.
Se preguntan porqué el gobierno británico accedió a que Escocia sometiera a un referéndum su independencia, y en esos términos. ¿Cómo pudo Londres permitir que las cosas llegue a esta situación? ¿Qué llevó a David Cameron a poner en juego nada menos que la unidad del Reino Unido?
Cualquiera sea la razón, los funcionarios españoles se mantienen firmes en que no seguirán ese mismo camino. Los líderes políticos de la región norte de Cataluña pidieron hacer su propio plebiscito separatista, aunque no vinculante, dentro de dos meses. Pero en Madrid no hay duda de que la votación catalana puede detenerse y será detenida.
El referéndum independentista escocés, declaró un alto funcionario, fue una gran equivocación y nosotros no vamos a cometer el mismo error.
Madrid siempre insiste en que Escocia y Cataluña son fundamentalmente casos diferentes. Por sobre todo, los funcionarios sostienen que la Constitución de España, con su énfasis sobre la unidad indisoluble de la nación, presenta una barrera inamovible que impide la secesión. Tampoco da cabida a un referéndum regional, como el que pidieron los líderes catalanes para el 9 de noviembre.
El rechazo a esa iniciativa catalana por parte de España no es una cuestión política, aseguran los funcionarios, sino que la Constitución del país simplemente no les da otra alternativa.
Sin embargo, aunque Madrid insista en la profunda diferencia entre los dos movimientos, los políticos españoles saben muy bien que el referéndum escocés se convirtió en un punto de referencia crucial.
El plebiscito escocés está envalentonando la campaña catalana. El simple hecho de que se esté llevando a cabo sugiere que es posible que un estado europeo occidental se independice en forma pacífica.
En términos prácticos, los líderes catalanes esperan que Escocia funcione como una especie de rompehielos institucional, que abra un canal seguro para que el nuevo estado catalán llegue a Bruselas y busque ser miembro de la Unión Europea.
Desafortunadamente para Escocia (y para Cataluña), uno de los obstáculos más amenazadores en ese camino es España misma. Al igual que otras capitales europeas, Madrid tiene el poder de vetar la solicitud de Edimburgo. Hasta ahora, los funcionarios españoles se han mostrado reacios a explicar cómo Madrid lidiaría con una Escocia independiente o cómo el gobierno se tomaría el pedido escocés para incorporarse a la UE. España, según la línea oficial, dará a conocer una postura cuando surja la situación si es que surge y juzgará cualquier pedido de Escocia según sus propios méritos.
Los analistas sostienen que España finalmente podría no ser capaz o no estar dispuesto a evitar que los escoceses lleguen a destino. Pero Madrid tampoco tiene ningún incentivo para convertirlo en una travesía rápida y agradable, tal como dejó en claro esta semana el primer ministro español Mariano Rajoy en el Parlamento. Todos en Europa creen que estos procesos son enormemente negativos. . . Producen recesión económica y pobreza para todos, advirtió Rajoy.
Los líderes españoles también rápidamente mencionaron una serie de obstáculos legales que enfrentan los escoceses si quisieran volver a la unión. Solo la ratificación llevaría al menos dos años, señaló un alto funcionario de España.
Mientras tanto, el mensaje desde Madrid es que los catalanes deberían tener cuidado con lo que quieren. Una victoria del sí a la secesión no aliviará en nada la hostilidad de España hacia el referéndum independentista en Cataluña, al contrario. Convencerá al gobierno español de que hace lo correcto en evitar el riesgo de un plebiscito.
Es más, hay una creciente confianza en Madrid de que su línea dura contra los movimientos separatistas regionales está empezando a hacer eco en otras capitales europeas.
La actitud de los miembros de la Unión Europea hacia el secesión será más severa, predijo un alto funcionario español Todos querrán evitar el contagio.

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