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Trump paraliza la financiación de u$s300.000 millones en proyectos de energía verde

La orden del nuevo presidente de suspender los desembolsos federales, recorta los préstamos y subsidios críticos a los desarrolladores.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha puesto en peligro más de u$s300.000 millones de posibles fondos federales para infraestructuras, según los inversores estadounidenses, que se enfrentan a la magnitud de su medida para deshacer la agenda climática de Joe Biden.

Pocas horas después de su toma de posesión el lunes, Trump firmó decenas de órdenes ejecutivas que rescindían las políticas de Biden, incluida una que detenía los desembolsos federales a fabricantes y desarrolladores de infraestructuras.

Los fondos afectados se concedieron en el marco de dos de los logros legislativos emblemáticos de Biden -la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), por sus siglas en inglés, y la ley bipartidista de Infraestructuras- e incluyen casi u$s50.000 millones en préstamos del Departamento de Energía (DoE) ya acordados y otros u$s280.000 millones en solicitudes de préstamos en revisión, según un análisis de la cartera de préstamos del DoE realizado por el Financial Times.

"Todas las agencias pausarán inmediatamente el desembolso de los fondos apropiados" a través de las leyes, dijo la administración Trump en una orden ejecutiva titulada Unleash American Energy [Desata la energía americana].

Entre los desembolsos ahora inmediatamente en peligro se encuentran un préstamo condicional de u$s9000 millones a la empresa de servicios públicos DTE Energy, con sede en Michigan, y otro de u$s3500 millones a la empresa de servicios públicos PacifiCorp, con sede en Oregón.

DTE no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. PacifiCorp dijo que estaba trabajando con el Departamento sobre las condiciones de la garantía del préstamo.

"Si había subsidios, garantías de préstamos, financiación que estaba vinculada a la IRA y el dinero aún no ha salido por la puerta, va a ser muy difícil ver que ese dinero salga bajo la administración Trump", dijo Rob Barnet, analista de Bloomberg Intelligence.

La orden ejecutiva fue una de las docenas firmadas por Trump en un bombardeo nocturno tras jurar en el cargo para un segundo mandato presidencial y prometer terminar con el "Nuevo Pacto Verde" de Biden e impulsar la producción de combustibles fósiles.

La medida de Trump de detener la financiación provocó una onda expansiva en el sector de energías limpias y señaló su intención de socavar la política industrial de Biden, en particular sus programas para acelerar una transición energética.

"Las órdenes ejecutivas indican que la financiación federal para la fabricación de vehículos eléctricos y baterías será más difícil de acceder, lo que aumenta el riesgo de capital varado para los proyectos de fabricación que ya están en marcha", dijo Shay Natarajan en Mobility Impact Partners, un fondo de capital privado con sede en Nueva York.

La ley de infraestructuras de 2021 ofrecía u$s1200 millones para mejorar el sistema de transportes del país, mientras que la IRA ofrecía u$s370.000 millones en créditos fiscales, subsidios y préstamos.

Ambos programas ampliaron enormemente la Oficina de Programas de Préstamos del DoE, responsable de repartir u$s400.000 millones a los desarrolladores, que ha sido el blanco favorito de los ataques republicanos.

Los inversores temen que otros u$s300.000 millones de futuros fondos federales -en su mayoría procedentes de la ley de Infraestructuras- también queden congelados por la decisión de Trump.

A diferencia del dinero de la oficina de préstamos, es poco probable que se vean afectados los créditos fiscales de la IRA, la principal forma de subvención de la legislación. Los créditos han sido uno de los principales motores de la inversión, con más de u$s130.000 millones comprometidos por los fabricantes desde la aprobación de la ley, según el análisis del FT.

Ante el temor de que Trump frenara los desembolsos, los funcionarios de Biden se apresuraron a conceder préstamos por valor de casi u$s50.000 millones a los desarrolladores en las semanas posteriores a la elección de noviembre.

Trump también quiere detener la construcción de parques eólicos en tierras y aguas federales y dijo que pondría fin a los "subsidios injustos" para los vehículos eléctricos. Las acciones de Tesla, Rivian, Ørsted y otras empresas de vehículos eléctricos y eólicas cayeron el martes.

Esta semana, el fabricante italiano de cables Prysmian Group dijo que estaba descartando sus planes de construir una fábrica en Somerset, Massachusetts, que habría fabricado cables para el sector eólico marino.

Otros inversores ya habían reducido sus planes de energías renovables en EE.UU. antes del regreso de Trump. El gigante energético alemán RWE anunció en noviembre que retiraba sus planes de energía eólica en EE.UU.

Casi 25GW de proyectos eólicos marinos, el 65% de los proyectos estadounidenses en desarrollo, tienen pocas probabilidades de progresar bajo la administración Trump, dijo Rystad Energy el martes.

"Cuando empezás a mostrar que hay una falta de estabilidad en la inversión que se pensaba hacer en EE.UU., eso tiene un efecto potencialmente muy negativo, a largo plazo, en nuestra capacidad para atraer capital", dijo Eli Hinckley, socio de Baker Botts.

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