OBLIGADO A SOSTENER EL GASTO EN SALUD, EL GOBIERNO BUSCA OPCIONES PARA BAJAR EL PASIVO FISCAL

Trump apunta a achicar los programas de bienestar social para los pobres en 2018

El objetivo de reducción del déficit expondrá a las personas de menores ingresos a recortes en cupones de alimentos y asistencia en efectivo. Quieren pasar del 2,9 al 2,5% del PBI

Mientras los republicanos en el Capitolio se apresuran a completar su nueva política tributaria para fines de 2017, los legisladores y funcionarios de la administración Trump se están enfocando en su próxima medida para el año nuevo: la reforma del sistema de bienestar social.

El momento, dicen los defensores, es propicio: el crecimiento alcanzó una tasa anual de más de 3%, y el desempleo está en sus niveles más bajos desde el mandato de George W. Bush. Las principales figuras del partido, incluyendo el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dicen que recortar "beneficios del sistema de bienestar social" es otra manera de reducir el déficit, aunque por otro lado están planificando endeudarse aún más para financiar los recortes de impuestos.

El riesgo para los republicanos es que, al abogar por un paquete de impuestos sesgado a favor de los ricos, el partido ahora estará asociado con una legislación percibida como dañina para los hogares más vulnerables.

"Si el objetivo es reducir el déficit presupuestario, los pobres no deberían ser los que cargan con el peso, sino la amplia clase media", dijo Michael Strain, director de estudios de política económica del conservador American Enterprise Institute.

Las cifras de la Oficina de Presupuesto del Congreso destacan el papel relativamente modesto que desempeñan los programas para combatir la pobreza como el de asistencia nutricional suplementaria SNAP, los de apoyo directo en efectivo o los créditos tributarios por ingresos percibidos en impulsar el crecimiento del gasto total.

A medida que envejece la población, las áreas de mayor gasto serán las pensiones del gobierno y los principales programas de atención médica; estos últimos, por ejemplo, aumentarán de 5,4% del PBI en 2017 al 6,9% en 10 años.

Al mismo tiempo, otros gastos obligatorios, que incluyen los programas de seguridad de ingresos, bajarán de 2,9% del PBI a 2,5%.

Sin embargo, Trump prometió proteger a Medicare, el programa de salud para los ciudadanos mayores de edad de EE.UU. y al programa de seguridad social. Eso podría poner en riesgo a algunos programas de asistencia para los más pobres.

En comparación con las principales naciones avanzadas, los programas de ayuda económica en EE.UU. son relativamente modestos 2,3% del PBI para la población en edad de trabajar. Eso se compara con un promedio de la OCDE del 4,2% y más de 5% en países como Francia y España. Cuando se tienen en cuenta los vastos programas de salud pública y privada de EE.UU., su gasto social es mucho más elevado en las clasificaciones mundiales.

Los defensores del sistema actual argumentan que hay poco que cortar en los programas para combatir la pobreza. Pero los republicanos quieren que se apliquen requisitos de trabajo más estrictos a los programas esenciales, como SNAP, también conocidos como cupones de alimentos, o asistencia en efectivo para los pobres. Muchos también consideran que Medicaid, el programa de salud para estadounidenses de bajos ingresos, debe recortarse.

Recientemente, Ryan dijo: "Tenemos un sistema de bienestar que básicamente está atrapando a las personas en la pobreza y pagándoles para que no trabajen".

Steve Moore, economista de la conservadora Heritage Foundation que asesoró a la campaña presidencial de Trump sobre la reforma tributaria, respalda las medidas para endurecer los requisitos laborales e impulsar a más receptores de beneficios al mercado laboral.

También dice que es un error para los republicanos pregonar la reforma de la asistencia social como una manera de reducir el déficit.

Algunos analistas argumentan que el sistema estadounidense de programas para combatir la pobreza tiene una relación calidad-precio relativamente buena. Por ejemplo, tras la gran recesión, ayudó a mantener los estándares de vida básicos de muchos ciudadanos.

Sharon Parrott, becaria del CBPP, dijo que estaba "realmente preocupada" de que los programas, incluyendo los cupones de alimentos, se convertirían en blancos el próximo año. Cuando los legisladores hablaron sobre los requisitos de trabajo, la retórica sugería que querían ayudar a más personas a trabajar, aseveró Parrott, pero "no vas a ayudar a las personas a trabajar si les niegas asistencia alimentaria básica y atención médica".

Los responsables políticos del Partido Republicano insisten en que la reforma de la asistencia social, si se lleva a cabo correctamente, impulsará la movilidad social y aumentará los ingresos de los ciudadanos más pobres. Los críticos demócratas señalan los beneficios que proporciona la reforma tributaria de los republicanos para las corporaciones, los dueños de negocios y el 1% de los hogares más ricos, y cuestionan si los legisladores realmente están considerando las necesidades de los ciudadanos más pobres de EE.UU..

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