Los recientes acuerdos de OpenAI han añadido una nueva capa a su compleja estructura de propiedad, lo que genera más incertidumbre sobre cuándo y cómo sus poderosos accionistas obtendrán finalmente un pago.
La start-up se convirtió este mes en la empresa privada más valiosa del mundo, alcanzando una valoración de 500 mil millones de dólares tras una gran venta de acciones, mientras cerraba acuerdos multimillonarios con los fabricantes de chips Nvidia y AMD.
Estos acuerdos ayudarán al grupo, que actualmente opera con pérdidas, a concretar su ambición de desplegar un billón de dólares en capacidad informática durante los próximos años.
Pero las ilimitadas necesidades de capital de OpenAI implican que sus patrocinadores -entre ellos Microsoft, SoftBank y Thrive Capital de Josh Kushner- verán su participación accionaria diluida con nuevas rondas de financiación, según personas familiarizadas con los planes de la empresa.
Los ejecutivos creen que la demanda de sus herramientas supera con creces lo que pueden ofrecer dadas las limitaciones actuales de potencia informática, y que el gasto se recuperará rápidamente.
ChatGPT, con 800 millones de usuarios regulares y creciendo rápidamente, impulsará a OpenAI de una organización sin fines de lucro a la próxima empresa valuada en varios billones de dólares, garantizando retornos históricos a sus inversionistas, argumentan.
"La mayoría de la gente preferiría tener una porción más pequeña de un pastel más grande", dijo un alto ejecutivo de OpenAI.

Cruciales para la visión de OpenAI son las negociaciones con su mayor patrocinador, Microsoft, sobre sus planes de pasar a una estructura corporativa con fines de lucro más convencional.
La conversión es un paso esencial antes de que la empresa pueda cotizar en bolsa, el camino más probable hacia una gran ganancia para sus inversores.
Actualmente, los inversores tienen derecho a una parte de las ganancias. Si el cambio se concreta, recibirán acciones en la filial con fines de lucro de OpenAI.
Microsoft, un patrocinador inicial que ha aportado más de 13 mil millones de dólares hasta la fecha, sería el mayor accionista individual con aproximadamente un 30%, según personas con conocimiento de las negociaciones en curso.
Se espera que los empleados posean cerca del 30%, al igual que la entidad matriz sin fines de lucro de OpenAI, que actualmente controla el grupo general. Con la valoración actual, cada una de esas participaciones valdría casi 150 mil millones de dólares.
Según una persona familiarizada con los planes, la organización sin fines de lucro no tendrá derechos especiales como accionista en la nueva estructura.
En cambio, tendrá el derecho de nominar directores para la filial con fines de lucro, una medida que la empresa espera satisfaga a los fiscales generales de California y Delaware, quienes podrían bloquear la conversión si consideran que socava el propósito benéfico de OpenAI.
Los críticos del cambio sostienen que esa medida no es suficiente para garantizar que la organización sin fines de lucro mantenga el control general de la empresa.
La parte restante del capital se dividirá entre SoftBank de Japón -que se ha comprometido a invertir más de 30 mil millones de dólares-, firmas de capital de riesgo como Khosla Ventures y Thrive Capital, y los accionistas de la start-up de hardware de Jony Ive, io, adquirida por OpenAI a principios de este año.
Se espera que el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, también reciba una participación, aunque eso se negociará solo una vez que se haya completado la conversión, según personas con conocimiento del proceso. Una de ellas añadió que no hay conversaciones activas sobre la entrega de acciones a Altman.
Elon Musk, quien aportó alrededor de 45 millones de dólares cuando OpenAI fue fundada en 2015, no recibiría acciones, ya que su contribución fue una donación, agregaron. Musk está demandando para bloquear la conversión, argumentando que traiciona la misión fundacional de OpenAI.
Las personas añadieron que las cifras finales están sujetas a una serie de negociaciones entre OpenAI, Microsoft, los fiscales generales y otros inversionistas.
Complican aún más el panorama los recientes acuerdos de OpenAI con Nvidia. El fabricante de chips invertirá hasta 100 mil millones de dólares en incrementos de 10 mil millones durante los próximos años, a medida que aumenten las demandas de potencia de OpenAI, obteniendo acciones al valor vigente.
Gran parte del capital necesario para financiar los ambiciosos centros de datos de OpenAI, valuados en alrededor de un billón de dólares, se recaudará mediante deuda o se pagará con ingresos futuros, según ejecutivos de la empresa.
No obstante, cualquier recaudación de fondos posterior a la conversión diluirá a los accionistas existentes, quienes también verán reducida su participación a medida que OpenAI entregue acciones a nuevas contrataciones.
La empresa cuenta con unos 3.000 empleados, casi cuadruplicando su tamaño en dos años, y compite intensamente por talento con rivales como Meta.
La escala y los requerimientos de financiamiento de OpenAI son únicos para una empresa privada. El grupo ha recaudado unos 60 mil millones de dólares hasta la fecha, y su valoración la ubicaría entre las 20 empresas cotizadas más valiosas del mundo. En comparación, Apple, Microsoft y Nvidia solo habían recaudado millones de dólares y salieron a bolsa antes de que su valoración superara los 2 mil millones.
OpenAI, que no podrá realizar una oferta pública inicial hasta completar la conversión, no ha tenido problemas para conseguir financiamiento privado, gracias a su rápido crecimiento y a la magnitud de la oportunidad.
La empresa podría dejar de gastar en investigación y nuevos centros de datos y buscar el punto de equilibrio, dijo el alto ejecutivo de OpenAI.
"Sin embargo, si dentro de cinco años [OpenAI] sigue triplicando su negocio, definitivamente no deberíamos buscar el punto de equilibrio. Deberíamos buscar más inversión [porque] la capitalización de mercado debería ser tan grande que la dilución no debería importar."



