A mediados de octubre, David Einhorn, el fundador de Greenlight Capital, señaló que las posiciones largas habían superado enormemente el desempeño del mercado, pero que fue difícil generar ganancias con las posiciones cortas pese a que los fundamentals nos han beneficiado.

Eso no debería ser una sorpresa para ningún inversor del mercado de acciones conducido por la Fed. Olvídese del análisis fundamental. Todo tiene que ver con la liquidez. El temor a que se reduzca el programa de estímulo ya no existe. Si la Fed se negó a cambiar en lo más mínimo sus actuales políticas en septiembre, mes en que el mercado de valores tocó picos récord, claramente no tiene intenciones de hacerlo en el futuro inmediato. Las acciones norteamericanas en lo que va del año subieron 21,5%, superadas sólo por algunos mercados de acciones europeos, por las acciones japonesas y la deuda griega.

Las ganancias por acción están cayendo, pero el mercado de valores sigue subiendo debido a la flexibilización cuantitativa (QE). Las políticas de la Fed aun tienen poco impacto sobre la economía real, pero un importante efecto sobre los precios de los activos financieros. Dada la constante brecha entre la economía y los mercados, ¿qué debe hacer el inversor racional?

Las expectativas de los analistas para las ganancias del tercer trimestre son inferiores a las del segundo trimestre. Las ganancias promedio por acción del S&P 500 cayeron de algo más de 30% a por debajo de u$s 27, mientras que el índice mismo subió un 10%, según datos de JPMorgan al 11 de octubre. La masiva revisión a la baja de las expectativas de los analistas no tuvo ningún impacto en el mercado, concluyó JPMorgan.

Al mismo tiempo, las acciones altamente apalancadas de baja calificación superaron el desempeño del mercado en general. Este dato sirve para subrayar que la política de la Fed tiene más de especulación que de inversión.

Sería bueno poder identificar los sectores que se benefician especialmente de las políticas de la Fed, pero ese proceso no es sencillo. Pensemos en las viviendas. La desconexión entre los inicios de obras y las solicitudes de créditos hipotecarios señalan que la mayor parte de la demanda proviene de los inversores financieros, mientras que los usuarios finales todavía tienen que regresar al mercado. Eso hace que el sector sea más riesgoso de lo que a primera vista parece, aseguró Chris Wood, analista de CLSA

Otros analistas aseguran que las acciones que pagan altos dividendos se benefician de la liquidez de la Fed y temen que esos papeles ya estén sobrevaluados. Dichas acciones representa cerca del 44% del S&P 500, un porcentaje que, a criterio de los analistas, es demasiado elevado y sugiere que son las más vulnerables a una fuerte corrección cuando surjan nuevamente los temores a una reducción del estímulo de la Fed.

Los acontecimientos de los últimos dos meses ofrecen más razones para quienes sostienen que la Fed nunca podrá cambiar de política y que cubrir las posiciones alcistas es simplemente tonto. Una de las grandes posiciones largas de Einhorn, por ejemplo, ha sido el oro, supuestamente para cubrirse contra la posibilidad de inflación proveniente de la creación masiva de oferta monetaria.