SI LA REFORMA GENERA PROSPERIDAD ENTRE LOS ESTADOUNIDENSES, LAS CR TICAS DESAPARECER N

Los republicanos apuestan a los efectos del recorte impositivo en las empresas

Si la ley tributaria recién aprobada en el Congreso no impulsa los salarios, el Partido Republicano estará en problemas para enfrentar las elecciones de 2018 y 2020

Antes de que el proyecto de ley republicano fuera aprobado en el Senado, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan hizo su discurso "La conclusión acá es que una familia tipo con ingresos promedio pagará u$s 2059 menos en impuestos el año próximo".

Ese es un comentario extremadamente revelador. Es cierto que casi todas las categorías fiscales, incluyendo las del medio, pagarán menos impuestos a las ganancias durante la mayoría de los 10 años antes de que expiren los recortes (deben vencer porque así lo determinan las normas presupuestarias del Senado que fijan las restricciones fiscales). Pero para decir que "la conclusión" del proyecto de ley es una reducción tributaria para las familias tipo es raro.

Dejemos de lado el hecho de que la distribución de los recortes individuales se inclina en términos de dólar, y en algunos casos también en términos de porcentaje hacia las familias que están por encima de la media. Eso lo dejó explícito el análisis del Comité Conjunto sobre Impuestos. Es más, el proyecto tributario antes que nada es una rebaja impositiva para las compañías. La reducción de la alícuota del impuesto a las sociedades y a las entidades conocidas como pass-through que se usan para canalizar ganancias de la casa matriz en otras empresas, aporta la mayor parte de los u$s 1,5 billones de deuda adicional que la ley acumulará en una década. Y las rebajas a los impuestos a las sociedades no expiran.

Sin embargo, Ryan está obligado a hablar sobre la reducción impositiva en términos de las familias. La razón es evidente. Su partido no ganó la presidencia con la promesa de ayudar a las empresas norteamericanas que, en términos generales son casi tan rentables como lo han sido siempre, y que tienen acceso al capital barato más fácil que nunca. El presidente Donald Trump propuso en su campaña electoral proteger a los hombres y a las mujeres que quedaron rezagados a raíz del avance de la tecnología y la globalización. Las opciones retóricas de Ryan eran limitadas.

Por supuesto, existe una profunda conexión entre las empresas y la prosperidad individual. Si el dinero que se ahorran las compañías por las reducciones impositivas ayuda directa o indirectamente a que éstas inviertan más, debería subir la productividad laboral, y también los salarios. Si sucede eso, y los salarios aumentan con el crecimiento, las quejas por la ley su generosidad hacia los adinerados en un momento de inequidad, sus flojos esfuerzos para dar con una reforma adecuada serán políticamente irrelevantes. Si los beneficios fluyen mayormente hacia los accionistas y dueños de empresas, y todo lo que la economía consigue es un estímulo de la demanda financiado por el déficit, los republicanos están en problemas en 2018 y 2020. Los argumentos económicos sobre cuál es el resultado más probable por ahora están bien ensayados.

Si bien no se observó demasiado entusiasmo, los esfuerzos hacia la reforma genuina merecen una mención. La menores deducciones personales de intereses hipotecarios y de impuestos estaduales y locales, y la deducción para las empresas de los costos de la deuda ayudarán en algo a eliminar los malos incentivos. Ya se moderaron sobre la marcha, pero brinda cierta esperanza de que se puede hacer más en el futuro.

A la larga, es probable que el mayor impacto de la reforma sea el cambio en el tratamiento de las ganancias que generan en el extranjero las compañías norteamericanas. El antiguo sistema, mediante el cual las ganancias se gravaban sobre una base global pero el impuesto era diferido hasta su repatriación, está perdido. La reducción por única vez del impuesto a la repatriación es un compromiso aceptable. La pregunta es si el régimen nuevo, que fija una serie de impuestos alternativos a las ganancias extranjeras pero con una alícuota muy inferior a la local efectivamente desalentará la práctica de mantener en el exterior ganancias, plantas y personal. La solución republicana es claramente imperfecta, pero luego el problema es sumamente complicado.

Los republicanos lograron su primera victoria legislativa de la administración Trump. Les dará un empujón en el corto plazo. En el largo plazo es una apuesta totalmente política, y no se sabe cómo caerán los dados.

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