BRASIL ATRAVIESA UN PER ODO HISTÓRICO DE INFLACIÓN BAJA, CONTRARIAMENTE A LO QUE SUELE OCURRIR EN EL PA S

Los brasileños saborean los primeros frutos de la recuperación económica

La desinflación le permitió al banco central recortar ininterrumpidamente la tasa de referencia Selic. Bajó el valor de la comida para consumo en los hogares

Como todos los días, Manuel da Silva Filho está en Ceagest, el mercado central de San Pablo, ocupado supervisando las 30.000 toneladas de naranjas, papayas y mangos que recibe antes de distribuir la mercadería en comercios de toda la megalópolis.

Pero últimamente, el veterano vendedor de frutas es testigo de un fenómeno que rara vez se vio en sus más de cuatro décadas trabajando en esto: una fuerte caída de los precios.

"Esta es la primera vez en los últimos 10 años que sentimos que los precios han realmente bajado", contó. "Hoy, diría que los valores de las frutas son 7% inferiores a los del año pasado".

Según la agencia oficial de estadísticas IBGE, Brasil está atravesando un período histórico de inflación baja, contrariamente a lo que suele ocurrir en el país.

En los nueve meses hasta septiembre, la inflación fue de 1,78%, la más baja en 19 años. En el mes de septiembre comparado con un año atrás, fue de 2,54%, muy por debajo de la meta del banco central de 4,5% con un margen de 1,5%.

La inflación reducida era de 11% a principios de 2016 le permite respirar a una economía que apenas está emergiendo de su peor recesión.

También plantea dudas sobre si Brasil finalmente puede vencer a uno de sus enemigos más viejos: a principios de los 90, la inflación avanzaba a índices anuales cercanos a 5000%.

"Nuestro primer objetivo es reducir la inflación y las tasas de interés", dijo Ilan Goldfajn, presidente del banco central de Brasil, en una entrevista. "Nuestro segundo objetivo es ser capaces de mantener definitivamente la inflación y las tasas de interés bajas".

Los economistas atribuyen gran parte de esos descensos a la recesión. Con la economía contrayéndose más de 7% en dos años, la cantidad de desempleados aumentó a más de 13 millones en Brasil.

También piensan que influye el sólido equipo económico que armó el ahora asediado presidente Michel Temer, que asumió el año pasado después de la destitución de su predecesora Dilma Rousseff, por violaciones al presupuesto.

Su ministro de Finanzas Henrique Meirelles buscó estabilizar el creciente déficit presupuestario mientras que Goldfajn reiteró el compromiso del banco central con sus metas de inflación.

Además, fue de gran ayuda la abu

ndante cosecha que hizo bajar los precios de los alimentos durante cinco meses consecutivos. El valor de la comida para consumo en los hogares se redujo 5,3% interanual en septiembre. Eso incluye artículos básicos políticamente sensibles como tomates y porotos, que bajaron 11% y 9,4% respectivamente.

La desinflación permitió al banco central recortar ininterrumpidamente la tasa de referencia Selic del máximo de 14,25% a 8,25%; y los economistas prevén que podría deslizarse hasta 7% o 6,5%.

Pero para mantener las tasas bajas en el largo plazo, Goldfajn dijo que son necesarias reformas fiscales entre las que se encuentran cambios al generoso sistema previsional de Brasil, los cuales elevarían la edad mínima de jubilación de 55 a 65 años. "Si pasa eso, probablemente sea uno de los principales cambios en el sistema financiero brasileño y la economía brasileña", comentó Goldfajn refiriéndose a sostener bajas las tasas.

Los economistas sostienen que el gobierno de Temer logró algunas reformas fiscales importantes, como una nueva ley para reducir los préstamos subsidiados que ofrecía el banco nacional de desarrollo.

También introdujo un límite al gasto del gobierno que prohíbe que se incremente por sobre la inflación.

Pero con el gobierno de Temer debilitado a raíz de los escándalos de corrupción, la crucial reforma del sistema previsional probablemente tenga que esperar hasta después de las próximas elecciones en 2018.

"En el área fiscal, el avance es lento y bastante limitado, y le va a dejar un legado fiscal muy complejo a la próxima administración", dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs.

Otros se preguntan si todos los brasileños realmente lamentan el fin de la inflación alta. Los precios elevados y las tasas de interés que acompañaban eso crearon un lucrativo mercado en los tesoros del gobierno. Con la oferta de retornos reales "libres de riesgo" cercanos a 7% en los últimos años, la clase media alta y los inversores adinerados no tenían que comprar otras clases de activos más volátiles, como acciones.

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