La renuncia de Martín Guzmán en el Financial Times: inversores escépticos y dudas sobre el acuerdo con el FMI

La salida del ministro Martín Guzmán apunta a las profundas divisiones del gobierno argentino mientras la inflación aumenta y las finanzas públicas se deterioran.

 Argentina se ha visto lanzada a una nueva crisis tras la repentina dimisión del ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de una división dentro de la coalición peronista en el poder, lo que ha provocado el desconcierto de los inversores, ya preocupados por la espiral inflacionista y las nefastas finanzas públicas. 

Guzmán, que había dirigido las negociaciones con el FMI y los deudores del sector privado, anunció su dimisión en Twitter el sábado por la noche. Publicó una carta de siete páginas en la que citaba el "acuerdo político dentro de la coalición gobernante" como un factor clave necesario para su sucesor, en referencia a las luchas internas del gobierno. 

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 Guzmán, aliado del presidente Alberto Fernández, es el último y más veterano de los cuatro miembros del gabinete que han dimitido en los últimos meses. Su salida supone un nuevo golpe para el presidente, que se enfrenta a unas pésimas calificaciones en las encuestas, a una inflación que se prevé que supere el 70% este año y a unos precios de los bonos soberanos que se encuentran en territorio de crisis.

 El ministro había recibido fuertes presiones del ala más radical de la coalición peronista, liderada por Cristina Fernández de Kirchner, la poderosa vicepresidenta y exdirigente argentina. Los kirchneristas han criticado repetidamente el acuerdo con el FMI para reestructurar la deuda de 44.000 millones de dólares, que Guzmán negoció. En cambio, quieren un mayor gasto y una mayor intervención del gobierno para combatir la inflación y la pobreza. 

 Los comentaristas políticos señalaron que Guzmán anunció su salida mientras Fernández de Kirchner hablaba en un acto en memoria de Juan Domingo Perón, el general que fundó el movimiento político homónimo. "Perón usó su pluma para ayudar al pueblo", dijo, alabando sus programas de bienestar social. También negó que el déficit presupuestario sea la causa de la alta inflación y pidió que Argentina se plantee una renta básica universal.

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GUZMÁN Y EL FMI

Guzmán había celebrado el acuerdo con el FMI en marzo de este año como un compromiso que permitiría refinanciar 44.000 millones de dólares de deuda y seguir aumentando el gasto gradualmente en términos reales. Pero Fernández de Kirchner quería que gastara más y abandonara la promesa de reducir los subsidios a la factura energética.

La división abierta en el seno de la coalición gobernante plantea interrogantes sobre el futuro del programa del FMI, que ha sido criticado como excesivamente laxo por algunos economistas por no abordar los problemas estructurales fundamentales de la economía argentina.

Los inversores se muestran escépticos ante la posibilidad de que un gobierno dividido e impopular que se enfrenta a las elecciones de 2023 pueda mantener el acuerdo con el FMI, lo que aviva los temores de que se produzcan más reestructuraciones y de que se produzca una espiral salarial perjudicial.

Argentina ha quedado sumida en una "gran incertidumbre", según Ignacio Labaqui, analista senior de Medley Global Advisors. Quienquiera que sustituya a Guzmán "tendrá que salvar la división" en la coalición gobernante o se enfrentará a los mismos problemas, dijo.

Nicolás Dujovne, exministro de Economía de la oposición de centro-derecha, dijo que los problemas de la economía argentina eran profundos. "El gobierno tiene muchos más problemas que la división (política): un alto déficit, una excesiva impresión de dinero y han perdido la confianza del mercado", dijo.

A pesar de las quejas por los recortes de gastos realizados por el bloque kirchnerista, Guzmán "no tenía disciplina fiscal, no estaba haciendo los ajustes necesarios y ha perdido la confianza de los inversores", añadió Dujovne.

 Los economistas de Citi advirtieron el mes pasado que las autoridades argentinas no estaban abordando adecuadamente sus problemas. "Creemos que una espiral inflacionaria al estilo de los años ochenta es un riesgo real para la economía argentina, y la probabilidad que se le atribuye está aumentando", concluyeron en una nota para clientes.

Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs, escribió en una nota a los clientes: "Dado el bajo capital político de la actual administración, existe el riesgo de que la calidad de [su] combinación de políticas se debilite aún más".

Los bonos soberanos del país han caído a nuevos mínimos, rondando los 20 centavos de dólar. La presión sobre la moneda local aumenta a pesar de los controles de cambio y una costosa factura de importación de energía impide a Argentina acumular reservas de dólares.

En los primeros cinco meses del año, los costos de importación de energía aumentaron un 205% en comparación con el mismo periodo de 2021, alcanzando un total de 4600 millones de dólares debido al aumento de los precios internacionales del combustible.

Guzmán tenía previsto viajar a Francia la próxima semana para renegociar los más de 2000 millones de dólares que debe al Club de París de 22 países, que incluye a Estados Unidos, Alemania y Japón. El año pasado, el Club de París concedió a Argentina más tiempo para pagar la deuda, lo que permitió negociar un acuerdo separado con el FMI.

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