Financial Times: incertidumbre por la deuda argentina, martirio para los inversores

El presidente electo Alberto Fernández no da indicios sobre cuáles serán sus prioridades en cuanto a la economía ni cómo será la relación que pretende mantener con los bonistas y con el FMI.

Aunque falta poco para la asunción del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, los inversores no logran hacerse una idea de lo que sucederá en el futuro. Les preocupa cómo el peronista de izquierda pretende abordar la deuda de u$s 330.000 millones que tiene el país, en particular la parte de u$s 101.000 millones que debe reestructurarse.

Fernández anunció un equipo de asesores para hacer la transición con los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri. Mientras tanto, el banco central endureció los controles de capital para evitar seguir perdiendo reservas de divisas y bajó las tasas de interés.

Los inversores vieron con buenos ojos la medida que limita la cantidad de dólares que pueden comprar los argentinos. Advirtieron que, con reservas netas inferiores a u$s 10.000 millones, según las estimaciones de algunos analistas, el país se enfrenta a una grave crisis de liquidez.

Todavía no saben cuáles serán las prioridades de Fernández en cuanto a la economía ni cómo será la relación que pretende mantener con los tenedores de bonos y con el FMI, que le otorgó a Argentina un programa de rescate récord de u$s 57.000 de dólares en 2018.

"No tenemos un solo plan integral de política macroeconómica y microeconómica", aseguró Alejo Czerwonko, estratega de mercados emergentes de UBS Global Wealth Management. "Tenemos expresiones de intención en determinadas áreas, pero faltan varias piezas del rompecabezas."

Durante la campaña, Fernández se quejó de la decisión del FMI y de Macri de aplicar severas medidas de austeridad para cumplir con las condiciones del rescate. El presidente entrante prometió en cambio aumentar el gasto social para estimular el crecimiento.

Según Axel Christensen, principal estratega de inversiones para América Latina de la gestora de inversiones globales BlackRock, la necesidad de claridad sobre los detalles de estos planes es crucial, dada la frágil situación financiera y las perspectivas del país. "Cualquier indicador que uno elija -inflación, crecimiento, nivel de reservas en el banco central- todo en Argentina es un desafío en este momento", agregó.

El índice de inflación anual se mantiene increíblemente elevado, en más del 50%, mientras que más de un tercio de la población vive por debajo de la línea de pobreza. La tasa de desempleo es superior al 10% y la economía está sumergida en una grave recesión.

La postura de Fernández tan dura e inesperada contra Macri en las elecciones primarias de agosto llevó a los inversores a salir corriendo. El valor de los bonos en dólares del país se desplomó, y el precio de la deuda a 100 años cayó casi 40% en pocos días a cerca de 45 centavos por dólar. Hace sólo dos años, los inversores compraron masivamente esos títulos de deuda.

Dado que el 80% de la deuda de la Argentina están nominada en moneda extranjera, el 20% de devaluación que sufrió el peso frente al dólar inmediatamente después de las PASO debilitó la capacidad del país de cumplir con sus obligaciones.

Anupam Damani, gestora de carteras del equipo de renta fija global de la administradora de activos estadounidense Nuveen, afirmó que este difícil contexto obligará a Fernández a elaborar con rapidez un plan económico creíble y a avanzar en la reestructuración de la deuda. Esto requiere de personas creíbles capaces de aplicar la política en ambos frentes, señaló.

"Argentina se encuentra en la sala de urgencias y la economía, que es el paciente, está en estado crítico y necesita oxígeno", advierte Damani. "No tienen tiempo para esperar. Deben empezar a relacionarse con el FMI y los tenedores de bonos".

Fernández anteriormente se mostró a favor de una reestructuración de deuda al estilo uruguayo, que implicaría una postergación de los vencimientos de los bonos sin quita para los inversiones.

Como era de esperar, los inversores están a favor de este enfoque, pero los escépticos aseguran que esos términos podrían no brindar a la Argentina suficiente alivio en el flujo de caja y es poco probable que le permita conseguir el respaldo del FMI.

Mientras no se llegue a un acuerdo, dice James Barrineau, codirector de deuda de mercados emergentes en la administradora de activos Schroders, es probable que los bonos argentinos en dólares se mantengan presionados a un nivel de alrededor de 40 centavos por dólar.

"No creo que nadie quiera comprar deuda agresivamente hasta no tener algún indicio de cuál podría ser el valor de recupero", comentó. "El precio de los bonos ahora mismo te está diciendo que el mercado duda de una reestructuración al estilo uruguayo."

Traducción: Mariana Oriolo

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