Financial Times: Bolsonaro corre el riesgo de quedar aislado tras la derrota de Trump

El presidente brasileño aún no ha felicitado a Biden y necesita cambiar de rumbo en materia de política exterior.

Para Jair Bolsonaro, no será fácil abandonar a Donald Trump. Tres semanas después de la victoria de Joe Biden, el presidente brasileño es el único importante líder mundial —además de Vladimir Putin— que no ha felicitado al presidente electo de EE.UU.

Los dos mandatarios populistas de derecha habían forjado no sólo una estrecha relación personal, sino una alineación de sus políticas exteriores, ya que Brasil eligió seguir el ejemplo de la Casa Blanca de Trump en temas desde el cambio climático hasta las relaciones con Venezuela y China.

Ahora que Biden está prometiendo una reforma de la política exterior estadounidense —y un nuevo enfoque con respecto al medio ambiente— Bolsonaro enfrenta una difícil elección: ajustar dramáticamente la postura internacional de Brasil o mantener el rumbo y correr el riesgo de quedar aislado.

"La victoria de Biden es un terremoto de enormes proporciones para la actual política exterior de Brasil, que se basaba casi exclusivamente en una relación especial con Trump", dijo un alto diplomático que trabaja en las relaciones entre EE.UU. y Brasil. "Biden es pragmático y se acercará a Bolsonaro, pero el gobierno brasileño tendrá que cambiar de rumbo, especialmente con respecto al medio ambiente y su política exterior ideológica".

Es una opinión que están expresando de diversas formas otros diplomáticos en Itamaraty — el famoso Ministerio de Relaciones Exteriores multilateralista de Brasil — quienes han sufrido en silencio durante los últimos dos años mientras la nación más grande de América Latina ha seguido a EE.UU. en la promoción de causas conservadoras muy alejadas de sus enfoques tradicionales.

La prevención de la persecución religiosa, por ejemplo, se convirtió en una prioridad durante el gobierno de Bolsonaro —un locuaz cristiano evangélico— a pesar de que el país tiene poca experiencia histórica en el tema.

Un asesor de Ernesto Araújo, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, dijo que piensa que los "asuntos culturales y religiosos" desaparecerán de la relación bilateral con Biden y que Brasil recibirá menos apoyo de EE.UU. en importantes objetivos de política, como su admisión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Pero advirtió que el cambio sería gradual, señalando que "el Departamento de Estado de EE.UU. se ha vaciado en los últimos años y necesita recuperar su capacidad. Y América Latina nunca ha sido una prioridad" para Washington.

Los observadores dicen que el destino de Araújo — el ministro de Relaciones Exteriores populista de Brasil, cercano a Bolsonaro y muy querido por los partidarios del presidente — será una indicación de cómo Brasil pretende proceder. Si permanece en el cargo, es probable que Brasil mantenga su postura actual en materia de política exterior. Si es sustituido, sería señal de que Bolsonaro está listo para lidiar con Biden.

Sin embargo, cualquier cambio podría tener repercusiones en la imagen doméstica de Bolsonaro.

La cuestión de si, y cómo, evolucionará la política exterior brasileña es apremiante porque Biden ya ha señalado su postura sobre Brasilia. En su debate final con Trump, el presidente electo dijo que crearía un fondo de miles de millones de dólares para proteger la selva amazónica de la deforestación y amenazó con sanciones económicas si Brasil no obedecía.

En una inquietante indicación inicial de las potenciales tormentosas que se avecinan, el presidente brasileño respondió que el país respondería con "pólvora" si lo castigaban, un comentario que provocó burlas generalizadas entre los internautas brasileños.

La mayoría de los analistas piensan, sin embargo, que Bolsonaro cambiará de tono una vez que comience a sentir la presión de la élite empresarial brasileña, que reconoce la importancia de las buenas relaciones con el segundo socio comercial más grande del país.

"Bolsonaro moderará su discurso e intentará adaptar su narrativa. Se verá obligado", dijo Hussein Kalout, un ex secretario de gobierno para asuntos estratégicos, y añadió que Brasil podría utilizar el despliegue de la tecnología 5G como un ramo de olivo para desarrollar las relaciones con la administración Biden.

"Bolsonaro se encuentra ahora entre la espada y la pared", dijo Kalout. "No tiene muchas opciones. Por eso será más pragmático".

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