¿Es momento de buscar valor en inversiones pasadas de moda?

Crecen las dudas sobre la sustentabilidad del rendimiento que ofrece el sector tecnológico de Estados Unidos, aunque éste genere avances que cambian completamente la manera de vivir.

Si se observa un gráfico del desempeño de las acciones estadounidenses en relación con el resto del mundo, inmediatamente se siente que algo tiene que cambiar.

Hasta 2009, los mercados globales se movían más o menos juntos. Luego Estados Unidos empezó a sacar ventaja. Durante la última década, las acciones norteamericanas superaron a aquellas del resto del mundo en un 100%.

Éso se ve muy claramente en los gráficos de rendimiento de los fondos de inversión de EE.UU. De los 10 mejores de la última década, nueve estaban fuertemente centrados en acciones de allí, en particular del sector de tecnología. La única excepción es un fondo japonés muy tecnológico.

Sin embargo, si se mira otra década atrás, uno podría sin remordimientos pensar que se viene el cambio. Ocho de los diez fondos con peor desempeño invertían fuertemente en acciones tecnológicas, principalmente estadounidenses y japonesas. Si hubiera vendido todos los fondos mayormente de commodities (que ofrecían mayor rentabilidad hasta 2010) e invertido lo producido en lo que en aquel entonces eran los 10 peores fondos de la década (concentrados en grandes tecnológicas), el desempeño habría sido 260% superior.

Simon Evan-Cook de Premier Asset Management sugiere que los inversores que mantienen esas acciones tecnológicas "cometen la misma costosa equivocación que hace diez años": asumir que una tendencia de inversión es algo permanente.

No todos están convencidos de eso. Uno de los fondos más grande del mundo, Norwegian Oil Fund planea reasignar hasta u$s 100.000 millones invertidos en acciones europeas (donde se puede afirmar que hay valor) para colocarlos en papeles estadounidenses.

Según George Cooper de Equitile, una administradora de inversiones, ésa es la decisión correcta. Las revoluciones industriales no se revierten (nadie volvió a hacer viajes largos a caballo) y estamos en el medio de una extraordinaria revolución industrial.

Un pequeño número de compañías extraordinarias, ubicadas mayormente en EE.UU, "están transformando la economía global" mediante una revolución digital que aún transita su infancia. Eso no cambiará en el corto plazo.

No va a haber una "regresión a la media" ni un movimiento a otro lugar -los clústers de innovación tienden a ser "duraderos y poderosos". Lo que tienen que recordar los inversores es que "Cuando los procesos que conducen a los mercados no se revierten a la media, los mercados no deberían tener una regresión a la media", dijo Cooper. Por lo tanto, Equitile mantiene las acciones de crecimiento, y las de Estados Unidos.

Ambos puntos de vista pueden ser correctos. Nos aferramos a los precios, y cuando se mueven en general somos malos para volver a evaluar los fundamentals y cambiar nuestra opinión. Además, siempre hay compañías a las que es imposible considerar sobrevaluadas por la simple razón de que todavía no sabemos cuánto pueden cambiar el mundo.

Pero también hay que tener en mente que si bien las tendencias pueden cambiar completamente nuestras vidas, no necesariamente nos harán ganar dinero. Quienes compraron fondos tecnológicos en 1999 suponían que sus servicios dominarían nuestras vidas. Quienes compraron fondos de commodities en 2010 pensaban que China seguiría creciendo y consumiendo recursos. Ambas ideas daban "en el blanco", tal como dice Evan-Cook. Sin embargo, ambas le hicieron perder dinero a los inversores.

Las firmas tecnológicas probablemente sigan dominando nuestras vidas durante muchos años. Pero también es posible que el entusiasmo por ellas como tendencia de inversión signifique que los retornos de mañana en gran medida ya estén reflejados en el precio de hoy.

La pregunta es qué hacer. Se podría abandonar a las compañías norteamericanas que son empresas tradicionales pero se hacen pasar por firmas tecnológicas -un ejemplo clásico es WeWork- y mantener sólo aquellas que realmente hacen algo especial.

Luego, observar dónde hay valor. Si se observan los fondos con peor desempeño de la década pasada, se encuentran unos pocos fondos de energía. El precio del petróleo podría pronto subir, en cuyo caso habría que considerar los fideicomisos de inversión en el área -BlackRock Energy and Resources Income Trust cayó un gratificante 20% en los últimos cinco años y rinde 5%.

Más riesgoso es Riverstone Energy. Está más focalizado y tiene activos no cotizantes.

También se podría recurrir al Japón no tecnológico, quizás incluso bienes raíces.

El terreno sobre el que se encuentra el Palacio Imperial de Tokio tenía un valor superior a California. Hoy los activos de las 70 firmas de bienes raíces que cotizan en Japón valen menos que la valuación bursátil de Uber y Lyft juntas.

 

Traducción: Mariana Oriolo

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