El dólar se desploma en el mundo: por qué el mercado apuesta a que seguirá cayendo
Se espera que la mejora del crecimiento europeo y la posible recesión en Estados Unidos presionen a la divisa norteamericana.
Los inversores apuestan por una mayor debilidad del dólar estadounidense tras sus recientes caídas, ya que las secuelas de la crisis bancaria del mes pasado limitan hasta dónde la Reserva Federal puede subir las tasas de interés, mientras los inversores estadounidenses buscan rentabilidad en el extranjero.
Tras una racha alcista de 18 meses que le llevó a alcanzar en septiembre del año pasado un máximo de 20 años, el billete verde ha ido retrocediendo a medida que los analistas fueron reduciendo sus expectativas de nuevas alzas de las tasas. La semana pasada, el dólar alcanzó su nivel más bajo en un año frente al euro, así como frente a una canasta de divisas más amplia.
A pesar de las caídas, los hedge funds y algunos analistas creen que las mayores posibilidades de subas de tasas en la eurozona, donde el crecimiento económico está mejorando, y en el Reino Unido seguirán presionando al dólar a la baja.
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"El dólar ha tenido una racha fantástica, pero está empezando a cambiar", dijo Alan Ruskin, estratega jefe internacional de Deutsche Bank. "El pesimismo que vimos el año pasado sobre Europa tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania se está desvaneciendo y, al mismo tiempo, otras divisas tienen historias positivas propias".
Los operadores especulativos han duplicado sus posiciones cortas en el dólar desde mediados de marzo, según cálculos de Refinitiv basados en datos de la La Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos (CFTC, por sus siglas en inglés), lo que indica que los hedge funds apuestan a que el dólar seguirá cayendo. En los últimos datos semanales, que abarcan hasta el 10 de abril, los especuladores aumentaron sus posiciones cortas hasta un total de u$s 10.730 millones.
Ruskin destacó la mejora del panorama económico en Europa y la especulación de que Kazuo Ueda, el nuevo gobernador del Banco de Japón (BoJ), podría relajar su larga dependencia de la política monetaria ultra flexible, en un contexto de presiones alcistas sobre las tasas de interés, que son un factor clave en la evolución de las divisas.
Se espera que el Banco Central Europeo aumente las tasas de interés en otros tres cuartos de punto porcentual, hasta el 3,75%, para el verano boreal, ya que el crecimiento y la rigidez de los mercados laborales avivan los temores de que la batalla contra la inflación no está ganada del todo, a pesar de la suavización de los aumentos de los precios generales.
Y aunque Ueda se ha ceñido hasta ahora a la estrategia de su predecesor, eso no logró frenar las especulaciones de que el BoJ tratará de relajar gradualmente su política de controlar su curva de rendimientos para ayudar a mantener bajas las tasas de interés.
En el Reino Unido, los mercados prevén casi por completo una suba de medio punto del Banco de Inglaterra para septiembre.
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Por el contrario, siguiendo lo que se anticipa sea un alza de un cuarto punto en mayo, los mercados esperan que pronto la Fed empiece a recortar las tasas de interés si se confirman las crecientes expectativas de recesión en Estados Unidos.
La reciente crisis bancaria estadounidense también ha pesado sobre el dólar.
Tras la quiebra de tres bancos en marzo, una encuesta periódica de la Fed de Dallas mostró una fuerte caída de los préstamos bancarios en general. Varios datos sobre el empleo también han apuntado a un debilitamiento de los mercados laborales, aunque el más seguido, el informe mensual sobre las nóminas, aún no lo ha corroborado.
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"El impacto en los bancos estadounidenses. refuerza la idea de que EE.UU. podría entrar en recesión antes que otras grandes economías", lo que es negativo para el dólar, dijo Ebrahim Rahbari, estratega jefe de divisas de Citigroup.
Mientras tanto, el apoyo de la Fed al sistema bancario, incluida una nueva línea de crédito, ha revertido parcialmente sus esfuerzos por reducir su balance. Conocido como endurecimiento cuantitativo [quantitive tightening], las reducciones eran otra forma de achicar el exceso de liquidez en el sistema, pero la necesidad de la Fed de canalizar efectivo a los tambaleantes bancos regionales ha socavado esos esfuerzos.
"Fundamentalmente, los tipos de cambio son una extensión de la política monetaria: el dólar tuvo una gran racha cuando la Fed quiso endurecer su política", dijo Chris Turner, jefe de estrategia de divisas de ING. "Todo eso ha cambiado a principios de este año con los signos de desaceleración que se han visto exacerbados por la crisis bancaria".
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Sin embargo, las apuestas de los fondos por una mayor debilidad del dólar podrían verse amenazadas si los inversores se apresuran repentinamente a buscar refugio en caso de crisis.
Las actuales condiciones que pesan sobre el dólar "podrían evaporarse con bastante rapidez si los mercados perciben otro eslabón débil en el sector financiero o en la economía mundial a medida que el mundo se adapta a tasas más altas", dijo Jane Foley, jefe de estrategia de divisas de Rabobank. "[El] dólar podría subir bastante sin previo aviso".
Y, como ha sido el caso este año, cualquier camino hacia una mayor debilidad del dólar será probablemente accidentado, ya que los inversores consideran hasta qué punto los bancos centrales tendrán que endurecer la política monetaria para controlar la inflación.
"Si miramos atrás este año, en enero fue como un escenario de 'Ricitos de Oro', ya que la inflación general bajó. Luego, en marzo, debido a las turbulencias bancarias, el mercado se debilitó", dijo Athanasios Vamvakidis, jefe de estrategia de divisas del G10 en Bank of America.
"No será una línea recta. Será una montaña rusa", cerró.
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