El Banco Central Europeo (BCE) se otorgó a si mismo un nivel de flexibilidad sin precedentes para su plan de comprar bonos adicionales por 750.000 millones de euros apuntado a contener el impacto financiero del coronavirus. Según los analistas, esa medida podría derivar en cuestionamientos legales.

Casi todas las restricciones que se aplicaban a los anteriores programas de compra de activos del BCE se han eliminado o suavizado de manera significativa, según los detalles del último plan del BCE dados a conocer ayer.

Las características del nuevo programa se condicen con el tuit que escribió la presidenta del BCE Christine Lagarde, la semana pasada. "No hay límites para nuestro compromiso con el euro".

"Está el riesgo de que el BCE enfrente riesgos legales y una fuerte reacción política en el futuro", dijo Frederik Ducrozet, estratega de Pictet Wealth Management. Pero "refuerza el apoyo cuasifiscal del BCE a los países más vulnerables", agregó.

Los bonos de la eurozona repuntaron a raíz de la noticia, lo que redujo los costos de financiamiento para los países más afectados por el coronavirus. Los inversores sostienen que la eliminación de las restricciones del BCE fortalece su promesa de sostener los mercados.

Es crucial que el límite autoimpuesto para comprar no más de un tercio de los bonos elegibles de cualquier país no se aplique a los bonos adicionales por 750.000 millones de euros, que se comprometió a comprar este año en respuesta a la crisis del coronavirus en el marco de su Programa de Compras de Emergencia para Pandemias.

Ese límite por emisor se fijó para garantizar que el BCE no compre tal cantidad de bonos que luego se lo acuse de estar financiando directamente a los gobiernos nacionales, lo que va en contra del derecho de la UE.

La semana pasada, el consejo de gobierno del BCE no se ponía de acuerdo si elevar o no los límites de compra por emisor. Un grupo, que incluía a los jefes de los bancos centrales alemán y holandés, se oponía incluso a decir que se estaba considerando subirlos, mientras que otro grupo proponía aumentarlos de inmediato para eliminar cualquier duda entre los inversores sobre el poder de fuego que le queda al banco central. Al final, se analizará un retoque de los límites si fuera necesario.

Aunque sus compras de bonos siguen estando sujetas a una norma que exige que sean en proporción al tamaño relativo de la economía de cada país y a su aporte al capital del BCE, el banco central también en ésto se concedió a sí mismo mucho margen de maniobra.

El banco central también ahora podrá adquirir bonos con vencimiento superior a 70 días, en comparación con su anterior restricción de comprar sólo deuda soberana con vencimientos entre uno y 30 años.

El BCE constantemente señala que los límites por emisor no son una restricción de cumplimiento obligatorio para sus compras de activos y, dado que se espera que muchos países europeos emitan mucha deuda para financiar sus respuestas al coronavirus, la presión cederá.

Florian Hense, economista en Berenberg, dijo: "Esto demuestra una vez más que, cuando se trata de acciones a enorme escala en la eurozona, el BCE es la única institución capaz de hacerlo, al menos por ahora".

"Le están diciendo a países como Italia 'te cubrimos las espaldas'", señaló Iain Stealey, director de inversiones internacionales de renta fija en JPMorgan Asset Management. "Han sido días dolorosos. Pero ahora, aunque no hemos vuelto a los niveles [anteriores a la crisis por el virus] no estamos a millones de kilómetros".

Traducción: Mariana Oriolo