En el reciente Congreso Nacional del Pueblo, en Beijing, quedó claro que la estabilidad en los precios se ha convertido en la prioridad de China.

La meta para el índice de precios al consumidor se fijó en 4% (un punto porcentual por encima de la meta de 3% del año pasado, que no se cumplió). En lo que va del año, el gobierno no ha tenido más éxito que en 2010. Los precios de los alimentos siguen subiendo, aunque a menor ritmo ahora que los banquetes por el Nuevo Año Lunar terminaron. El costo de la vivienda también aumenta, pese a las medidas por evitarlo, y los precios de los commodities que importa China, como el petróleo y el carbón, han avanzado 30% en los últimos tres meses.

El mercado está nervioso por todo esto y también por el alza en los salarios en China, donde subieron en términos nominales 14% en el año a septiembre, según informó HSBC. En todas las ciudades costeras del país las compañías manufactureras se quejan de los crecientes costos laborales. Contratar y retener trabajadores se ha vuelto más difícil y China Fishery, la mayor firma procesadora de pescado del mundo con 14 plantas en toda China, no es una excepción. Sabíamos que esto iba a pasar. Pero no pensábamos que iba a pasar tan rápido. Hay oportunidades de trabajo en todas partes, dijo el director gerente del grupo, Ng Joo Siang, en su sede de Hong Kong.

Ng agregó que están modificando sus fábricas e introduciendo más automación, para que sean menos mano de obra intensivas. Otras manufactureras se trasladan al interior. No es una coincidencia que el gobierno tolere salarios más altos cuando ya se puede pensar en ir hacia el interior por las mejoras en infraestructura. Muchos empresas preferirán ir a Shanxi o Sichuan que a Bangladesh y Vietnam, donde a menudo los insumos deben ser importados, los puertos no funcionan bien y los funcionarios aduaneros pueden ser corruptos.

Los aumentos en los sueldos son una fuente de inflación menos preocupante en China porque es parte del rebalanceo que tanto el gobierno local como el resto del mundo están pidiendo. A medida que aumentan los sueldos en las grandes ciudades de la costa, las empresas se trasladan al interior llevando trabajo y riqueza, lo que reduce la desigualdad en los ingresos y la fuga de capitales. Los salarios más altos implican que habrá cada vez más demanda interna y será esa demanda, y no las exportaciones, la catalizadora del crecimiento. Esta es una buena noticia para los países que fabrican las cosas que los consumidores chinos quieren comprar.

Además, China ya trepó en la cadena de valor agregado, y ahora exporta más maquinarias y equipamiento.